Cuentan los escritos de la época, que allá por el año 1.600, los propios segovianos cedieron su oro para la acuñación de unas monedas en la Casa de la Moneda. Han pasado siglos desde entonces, el edifico ha sufrido el abandono institucional durante décadas aunque ahora, desde el 14 de febrero de 2007, su reconstrucción es ya una realidad.
Ahora, con el fin de recuperar las piezas más singulares de la numismática, la real Casa de la Moneda ha comenzado un nuevo programa de emisiones de monedas de colección denominado ‘Joyas numismáticas’, cuya segunda serie (presentada en Segovia) está formada por tres piezas con faciales de 100, 50 y 20 euros y rinde homenaje a dos de las monedas más peculiaridades por su tamaño, técnica de acuñación y su calidad: el centén y el cincuentín, monedas que se acuñaron en exclusividad en el Real Ingenio de Segovia y las más grandes acuñadas en España.
Su sistema de acuñación consistía en pasar una tira de metal entre dos cilindros colocados en horizontal y previamente grabados con el anverso y reverso e la moneda. La presión de los cilindros hacía que la imagen de los mismos quedase estampada sobre el metal. Las monedas eran recortadas posteriormente hasta lograr el peso exacto, procurando al mismo tiempo respetar, tanto como fuera posible, la circunferencia externa , al menos, lagrafía dentadas, lo que requería un meticuloso cálculo del grosor de la tira de metal.
A diferencia de las monedas obtenidas por el tradicional sistema de acuñación a martillo de canto irregular, las producidas en el real Ingenio eran circulares con bordes casi perfectos, por lo que eran admitidas por su valor facial sin necesidad de ser pesadas, ya que la gráfila en su borde delataba posibles cortes o limaduras.
La Casa de la Moneda, el cuarto monumento de Segovia
La existencia de la Casa de la Moneda de Segovia se remonta a la época Romana, entre los años 30 y 20 antes de Cristo fueron acuñados abundantes monedas de bronce de la que hoy quedan numerosos ejemplares, según la documentación de la Real Casa de la Moneda.
Durante la reconquista, se vuelve a acuñar moneda y en el año 1455, el rey Enrique IC construye una nueva casa de la moneda, en cuyas piezas aparece por primera vez El Acueducto como marca de la Ceca. Este inmueble estuvo funcionando hasta el año 1681, fecha de su última acuñación.
Un siglo antes del cierre, Felipe II funda el Real Ingenio de Segovia. El edificio, obra de Juan Herrera, se ubica al pie del Alcázar. Fue en este lugar donde se acuñaron los cincuentines y centenes que ahora, reproducidos, se han convertido en el homenaje de esta época. Una conmemoración que, en palabras del alcalde, Pedro Arahuetes, «son el símbolo de la inminente recuperación de la CECA».