La demora media para una intervención quirúrgica en Castilla y León ha pasado de 94 días en diciembre de 2019 a 152 días en diciembre de 2020. Un incremento que la Consejería de Sanidad achaca a las «circunstancias sobrevenidas» por la pandemia del COVID-19 y la «prolongada» situación existente, desde marzo del año pasado, en los 14 hospitales de la Comunidad. Pese a ello, la Junta destacó en un comunicado que el tiempo de espera ha disminuido en dos días entre septiembre y diciembre pasados.

La lista de espera global para ser intervenido quirúrgicamente en los hospitales de Sacyl se situó al cierre de 2020 en 36.086 pacientes, un 2 por ciento más que en el mismo periodo del año anterior, cuando se registraron 35.314, según los datos disponibles en el Portal de Salud. Si la referencia es el número de pacientes en espera estructural pasa de 29.263 a 30.322, un 3,6 por ciento más.

Entre los más de 36.000 pacientes que están pendientes de pasar por el quirófano, se encuentran los 2.757 enfermos transitoriamente no programables y los 3.007 en espera tras rechazo de un centro alternativo al hospital público. Eso sí, la suspensión de una gran parte de las consultas ha motivado que el número no sea mucho mayor, ya que los pacientes que no han sido citados por los especialistas no pueden saber si requieren de una operación o no.

La Junta destacó en su nota, recogida por la Agencia Ical, que los centros hospitalarios de pequeño tamaño como Ávila y Aranda de Duero han logrado disminuir el número total de pacientes en espera de una intervención quirúrgica.

La Consejería aseguró que un 93,4 por ciento de los pacientes en prioridad 1, es decir, los casos más urgentes, esperan menos de 30 días tras su indicación, mientras que un 57 por ciento de los de prioridad 2 (demora menor a 90 días) está en su rango de espera, y en los más leves -prioridad 3, menos de 180 días- el 68,3 por ciento se mantiene dentro del plazo establecido.

Los hospitales que mejores cifras presentan en el control del número total de pacientes en lista de espera quirúrgica entre enero y diciembre de 2020, en comparación con el mismo periodo de 2019, fueron los encuadrados en el grupo I (el Hospital Santiago Apóstol de Miranda de Ebro ha bajado de 784 a 559, el Santos Reyes de Aranda de Duero de 565 a 368, y el de Medina del Campo de 755 a 583), a los que se ha unido el Complejo Asistencial de Zamora (1.481 frente a 2.025). Entre el resto, el Hospital Universitario de Burgos (5.493 frente a 5.577) y el Complejo Asistencial Universitario de Salamanca (6.240 frente a 6.496) disminuyeron también el número total de pacientes en lista de espera quirúrgica.

Por especialidades, las que más han disminuido su lista de espera en el cuarto balance del año 2020 han sido, con respecto a 2019, Otorrinolaringología (1.904 frente a 2.719), Cirugía Torácica (75 frente a 87) y Dermatología (254 frente a 290). Por el contrario, según comprobó Ical, Traumatología (con 9.842 personas), Cirugía General (5.760), Oftalmología (4.490) y Urología (2.703) continúan a la cabeza y copan la mayor parte de los pacientes pendientes de pasar por un quirófano.

La Junta precisó que la pandemia también ha influido en consultas externas como en pruebas diagnósticas, «pese a la recuperación de la actividad ordinaria experimentada en la segunda mitad del año».

Consultas externas

En cuanto a consultas externas, la lista de espera de primeras consultas refleja un descenso global del 25 por ciento entre diciembre de 2019 y diciembre de 2020, pasando de 221.071 pacientes registrados a 165.679, al haberse suspendido muchas citas. No en vano, la actividad global en primeras consultas ha pasado de 1,4 millones de consultas a 990.550. Es decir, un descenso del 31 por ciento.

Un dato relevante es que la espera media estructural para una primera consulta ha aumentado en términos globales en el conjunto de hospitales de los 66 días en diciembre de 2019 a los 113 días a 31 de diciembre de 2020. Eso sí, Sanidad resaltó que disminuyó en el Hospital Clínico Universitario de Valladolid, el Complejo Asistencial Universitario de León, el Hospital Universitario Río Hortega y el Hospital Santos Reyes de Aranda de Duero.

En cuanto a pruebas diagnósticas, el número de pacientes en listas de espera de técnicas diagnósticas radiológicas se ha situado en 46.135, frente a los 61.167 del año anterior, lo que supone una reducción global de pruebas pendientes de un 24,5 por ciento. Una disminución que la Junta justifica por el mantenimiento de la actividad realizada en los servicios de Radiodiagnóstico de los centros sanitarios de Sacyl (pese a la lógica influencia del COVID) y a la disminución relativa de pruebas solicitadas.

En concreto, la lista de espera de ecografías recoge 19.533 pacientes a 31 de diciembre de 2020, un 39 por ciento menos respecto a las casi más de 32.000 pruebas pendientes de realizar en diciembre de 2019, con 113 días de demora media.

188 días para una resonancia

En cuanto a la lista de pruebas en resonancia magnética, es de 13.319 pacientes, con una demora media estructural de 188 días. Esta cifra supone un descenso de un 14,4 por ciento en el número de pacientes pendientes de una resonancia magnética.

Por su parte, los pacientes pendientes de hacerse una mamografía alcanzan los 2.905, con 61 días de demora media estructural, lo que también supone un descenso interanual del 27 por ciento.

Por último, la lista de espera de TAC se sitúa en 10.378 pacientes, con una demora media estructural de 98 días. Supone un 6 por ciento menos que un año antes, cuando había 9.789 usuarios.