El proyecto ‘Apadrina un bosque’ ya está aquí. Su objetivo primordial es incorporar a las empresas y a la sociedad civil en la gestión forestal sostenible. Se trata de un proyecto novedoso y pionero en España, con vocación de expandirse a toda la geografía nacional e incluso traspasar fronteras, que pretende canalizar los donativos y la responsabilidad social corporativa de las empresas para la conservación de nuestros bosques.

A través del portal www.apadrinaunbosque.org se ha comenzado a gestionar una propuesta que pretende vincular a cada entidad dispuesta a participar con unidades de gestión determinadas (montes) por periodos de tiempo concretos (uno o dos años). De esa forma, la Administración regional establece una serie de bosques que precisan una actuación prioritaria (principalmente aquellos que aún carecen de un plan de ordenación aprobado), dando prioridad a las superficies arboladas y buscando que estén representadas todas las comarcas de la región.

Esta propuesta, que sigue un modelo implantado con éxito en Suiza, es fruto de la colaboración entre la Consejería de Fomento y Medio Ambiente, la Asociación de Consultoras Ambientales de España (Ascoma) y la Fundación Centro de Servicios y Promoción Forestal de Castilla y León (Cesefor).

Según explicó Pablo Sabín, en representación de Ascoma, ‘Apadrina un bosque’ permitirá a las personas y empresas que se sumen a la iniciativa ayudar a la “conservación de especies, conseguir hacer los bosques más accesibles a las personas, fomentar la creación de empleos en el medio rural, luchar contra el cambio climático y ayudar en la prevención activa de incendios”.

Por su parte, el gerente de Cesefor, José Luis Alonso, subrayó que “éste es un ejemplo de colaboración público-privada”, en el cual las fundaciones que se han involucrado aportarán transparencia a la gestión de los fondos que se consigan. “Queremos que éste sea un proyecto permanente, de largo recorrido, que permita la implantación de sistemas de gestión forestal sostenible por toda la Comunidad”.

El proyecto, según detalló el director general de Medio Natural de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente, José Ángel Arranz, tiene “vocación de futuro”, y da forma a una idea que desde la Administración regional “estaba latente”. “confiamos en que tenga mucho recorrido, tanto en su planteamiento inicial, que atañe a Castilla y León, como que nos permita la cooperación internacional y canalizar a diferentes países de Sudamérica o China, donde ya hemos colaborado, estas propuestas de desarrollo sostenible”, precisó.

 

Una Comunidad verde

Los fondos aportados por los padrinos serán destinados a la elaboración de documentos de planificación forestal y realización de trabajos de conservación y mejora de los bosques, así como a la certificación de la gestión. Se establecerá además un programa de voluntariado ambiental y trabajos de divulgación. Respecto al voluntariado ambiental, se fomentará la participación de los trabajadores de las empresas que apadrinen el bosque y del público en general.

En su intervención, Arranz recordó que Castilla y León cuenta con más de 700.000 hectáreas arboladas ordenadas, de las cuales 613.645 hectáreas cuentan con la certificación de gestión forestal, el 44 por ciento del total de España. La autonomía cuenta con 4,8 millones de hectáreas forestales, de las cuales 2,9 son montes privados y cerca de dos millones de titularidad autonómica, liderando el ranking de superficie forestal arbolada por habitante (con 1,2 hectáreas por persona, mientras que la media en la UE es de 0,3).

Según apuntó Arranz, los espacios forestales pueden satisfacer simultáneamente múltiples demandas de bienes y servicios, desde la producción de madera, pasando por la biomasa, la resina, los hongos y otros frutos, hasta la conservación del suelo y la regulación del régimen hidrológico, siendo fundamentales para la obtención de recursos hídricos de calidad. También contribuyen a la regulación del clima y a frenar el cambio climático, mantienen y mejoran la biodiversidad del planeta, y generan un gran número de empleos al poner en valor los recursos locales y fomentar los trabajos de conservación y prevención de incendios.

Se calcula que la transformación de productos forestales, el mantenimiento, la conservación, la biomasa, y la resina, entre otras, generan unos 21.000 puestos de trabajo en Castilla y León que dependen del sector.

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