“Puede que sea la última vez que vea subir a la Virgen”. Con lapidarias afirmaciones como esta asistieron este domingo numerosos ancianos de la localidad de Bernardos a la única romería española que tiene lugar cada diez años.
Es la tradicional ‘Subida de la Virgen del Castillo’, patrona de este municipio de 600 habitantes famoso por sus pizarras y que inició hoy los actos conmemorativos consistentes en el traslado procesional de la imagen de la Virgen desde la iglesia hasta la ermita, y que se prolongarán hasta el próximo miércoles en que se retornará de nuevo al templo.
En total participaron más de 5.000 personas. Pero entre las numerosas muestras de fervor, la mayor emoción la expresaban los más mayores, algunos de los cuales tienen por seguro que será la última vez que verán pasar a su patrona. “Dónde estaremos dentro de diez años”, se preguntaban algunos octogenarios de una población en la que los ancianos son, como en la mayoría de las localidades del entorno, la mayoría.
A las 10.00 horas de la mañana comenzó el recorrido de tres kilómetros desde la iglesia parroquial hasta el Cerro del Castillo, donde se encuentra la ermita. Un tramo que se ha realizado en pocas ocasiones desde 1728, en que se tiene conocimiento de la primera aparición de la talla. Es desde 1940 cuando la fiesta se celebra cada década, coincidiendo con el Domingo de Pentecostés.
Ya ayer sábado se vistió de gala el municipio con la recogida de las santeras, una figura protagonizada por mujeres que antaño resultaba de gran relevancia para el cuidado de la Virgen del Castillo, ya que en la época de la cosecha se paseaba por las eras para recoger donativos, en forma de grano, que luego dedicaba a la adquisición de cera para iluminar a la patrona.
El grupo de paloteo, acompañado de dulzaineros, fue por las casas de las siete santeras -a las que acompañan los santeros- para reunirse en la Plaza Mayor, desde donde, en compañía del Ayuntamiento y el resto del pueblo, partieron a la iglesia parroquial, para proceder a la ofrenda de flores. Acabado este acto, tuvo lugar la lectura del pregón, que fue redactado por Raúl Carreras.
Prepartivos
Pero la romería, que se celebra cada diez años, se lleva preparando desde hace meses. El alcalde de Bernardos, Jesús Pastor, se suma a las manifestaciones de los más ancianos: “¡Que lleguemos a ver la próxima!”, dijo.
Las mujeres del pueblo también se sienten emocionadas tras comprobar el buen tiempo que acompaña a un día en el que resaltan mucho más las miles de flores que han elaborado para adornar los arcos que jalonan el recorrido de la procesión..
La fiesta, originariamente, no se organizaba cada diez años, según el alcalde, que recuerda que la primera referencia de la que se tiene constancia data del año 1732, cuando se inauguró la ermita a la que peregrina la imagen. A partir de esa fecha, hay un período marcado por la ausencia de documentos que traten del asunto. Y en 1814 se produce la primera romería de la que existe documentación. Los vecinos subieron a su patrona el día 30 de mayo en conmemoración del regreso a España del rey Fernando VII después de la invasión napoleónica. Luego, en 1928, se produjo la coronación de la Virgen del Castillo, en la plaza del pueblo, el día 30 de mayo, que fue otra fecha histórica pues se conmemoró el 150 aniversario de la aparición de la imagen en el cerro del Castillo. Los bernardinos, a través de sus aportaciones, sufragaron la corona que actualmente luce su patrona en las solemnidades. Y fue en 1940 cuando se estableció la periodicidad decenal.
El Ayuntamiento hizo un esfuerzo especial este año con la romería. Se han habilitado dos mil plazas de aparcamientos a lo largo del camino de subida, y salidas de emergencia para garantizar cualquier actuación en caso de necesidad.
Además se sumaron los integrantes de la recién creada Asociación para la Subida de la Virgen del Castillo que aglutina a la Asociación de Padres y Madres de Alumnos del colegio, la asociación cultural, las amas de casa, los jubilados, los cazadores y la parroquia.
Además, con bastante antelación se fabricaron numerosos productos de promoción, cuya distribución ayudará a sufragar los gastos. Se elaboraron camisetas, polos, forros polares, botellas de vino, tabletas de chocolate, abanicos, monederos o decantadores de vino, entre otros artículos.
El lleno en Bernardos se produjo ya el viernes por la noche con la actuación del Nuevo Mester de Juglaría en concierto. Y los actos proseguirán la semana que viene con el regreso de la patrona el martes día 25, cuando se iniciará una procesión al ritmo de la jota para devolver a la imagen a su habitual morada, en la iglesia parroquial. Previsiblemente será una procesión larga, pues la última ocasión, hace diez años, duró cerca de 18 horas.
Sentimiento de pueblo
La celebración decenal ha unido más al pueblo si cabe. Además ha hecho regresar a más población que nunca de la que ha emigrado. Según los cálculos que baraja el Ayuntamiento, estos días se multiplica por ocho la población habitual de Bernardos, llegando aproximadamente a las 5.000 personas.
Para esta cita vuelve a la villa gente que ha perdido el contacto con la localidad, «porque sus antepasados procedían de Bernardos, ya han fallecido, pero los nietos, bisnietos y tataranietos siguen viniendo y sólo lo hacen en estas fechas», recuerda el regidor. De este modo, las cinco casas rurales que existen en el municipio llevan más de un año con todos sus alojamientos contratados. Y lo mismo sucede con multitud de establecimientos de este tipo del entorno más cercano. «Las demandas en ese sentido son tremendas», asegura Pastor.
Además la onomástica ha permitido recuperar otra de las figuras claves en torno a esta celebración el grupo de paloteo, que «se activa y desactiva para cada subida». Tradicionalmente el grupo lo componían los quintos, pero la realidad demográfica actual no lo permite y ha habido que hacer un grupo heterogéneo en cuanto a edades. Ahora el conjunto lo componen alrededor de 35 personas y ha sido posible gracias al empeño de Jesús Bartolomé y Salvador Segovia, «que en su momento palotearon, y han sido los que han enseñado a los que están ahora mismo». Además, Cristina Herranz les aporta nociones sobre las jotas.
Ahora, todo el mundo piensa en el regreso, que será aún más emocionante. La comitiva partirá a las 19.30 horas del martes 25 de mayo, pero no se sabe a qué hora llegará al templo principal. El alcalde se refiere a este punto como uno de los de mayor exaltación. La procesión de 1990 entró en la iglesia a las doce y media de la mañana del miércoles, y en la última, la del año 2000, a la una y cuarto de la tarde.
Este día, el cortejo contará con la iluminación de velas que se situarán a lo largo de todo el recorrido. De este modo quedarán encendidas sólo las luces de los arcos y se apagará el alumbrado público. Serán un total de 2.000 velas, en el trayecto de 137 metros existentes entre los dos arcos que jalonan la vía.
Las previsiones apuntan a que serán 20 horas las que dure el recorrido de tres kilómetros del itinerario procesional entre la ermita y la iglesia. En cualquier caso, será menos tiempo que el que haya que esperar para poder volver a participar en otra Subida.