¿Cuántas veces nos habremos quedado embobados mirando las nubes o les hemos sacado parecido a las cosas? «Esa nube se parece a un perro, pues esa parece una manzana, a mi, esta otra me parece un árbol». Todo un entretenimiento que nos permite desarrollar nuestra imaginación en momentos de mágico descanso, mientras tumbados, observamos el techo natural que cubre nuestras cabezas.

Ahora, es posible hacerlo en las salas de una galería, ya que desde el 24 de julio y hasta el 15 de septiembre, la galería arteSonado de La Granja de San Ildefonso presenta la exposición «En las nubes» que comisariada por José María Parreño, reúne a dos pintores, Juan José Gómez Molina y a Jorge Fin, en cuya pintura, las nubes adquieren el protagonismo.

Gómez Molina, fallecido hace tres años y catedrático de dibujo en varias facultades de Bellas Artes, se acerca a las nubes como parte de una investigación de los límites de la representación, aprovechando al máximo las posibilidades de composición y cromatismo. El resultado final son cuadros con un extraordinario poder visual dónde lo formal y plástico se convierte en expresión.

Los cuadros de nubes de Jorge Fin son un desarrollo de su interés por el paisaje, que ya había explorado atendiendo especialmente al firmamento y las escenas nocturnas. Convertidas en tema exclusivo estos últimos años, Fin se ha convertido en un “pintor de nubes”, a las que ha dedicado cuadros, pero también dibujos y murales. Los cuadros de esta exposición son, como todos los suyos, de un lirismo delicado y misterioso, en los que las nubes son el humor del cielo y una proyección del estado de ánimo de los personajes que los habitan.

Con esta exposición doble, la galería arteSonado, como en anteriores ocasiones, ofrece la ocasión de comparar dos aproximaciones a un mismo tema. Dos aproximaciones que en este caso resultan complementarias pues, como señala J.M. Parreño en el texto del catálogo, una (la de Fin) es una mirada humana, mientras que la de Gómez Molina parecería ser la de un ojo incorpóreo. Nubes líricas en un caso y abstractas en otro, que seguramente transformarán nuestra forma de mirar el cielo.

 

 

 

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