¿Quién no quisiera volver a ser un niño el primer día de colegio después del verano? La ilusión por volver a ver a los compañeros, la nostalgia del olor a tiza en las aulas, la emoción de estrenar libros nuevos, la felicidad pura al contemplar un lápiz con la punta bien afilada.

Hoy, 13.497 alumnos de Infantil y Primaria han vuelto a las aulas de los colegios segovianos de toda la provincia y como siempre, en la puerta se han revivido las escenas típicas de esta época del año: algún niño lloroso que se resiste a soltar la mano de mamá, algún tímido con cara de preguntarse si los compañeros se acordarían de él después  de tres meses de ausencia, otros que miraban con admiracion a la seño y otros, más lanzados, que cruzaban con decisión la puerta del patio. “¡Vamos chicos, a la fila, qué no pasa nada!”, gritaba una niña de 3 años en la puerta del Claret a los compañeros tristes. Y mientras tanto, algunos padres respirán tranquilos, agradeciendo la vuelta a la rutina después de un verano de piscina, horarios cambiados, vacaciones familiares…

Quienes vuelven también a la rutina del cole son los 1.078 maestros que este año cuidarán de los pequeños en los colegios publicos y concertados de Segovia y que hoy, con la paciencia que los caracteriza, han hecho frente a los lloros, a alguna rabieta, a los niños más movidos… Porque lo cierto es que el ambiente general era en la puerta del Claret de cierto nerviosismo infantil por la emoción del primer día.

«Esta mañana estaba muy nervioso, se ha despertado prontísimo y ha preparado la mochila 20 veces», comentaba la madre de un niño de 9 años. «Estaba muy contenta, pero lo va a costar hacerse a los horarios, madrugar otra vez», comentaba otra. Aunque por ahora, solo iran al colegio por la mañana asi que tiempo tienen para ir haciendose a la idea. Ojalá los adultos pudiéramos volver a disfrutar de esos privilegios.

 

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