Si se trata de recoger el legado de la candidatura a la Capitalidad Europea de la Cultura, Segovia 2016, y comprimirlo bajo el influjo de la luna llena, el resultado solo puede ser una noche mágica, cargada de sensaciones y emociones y con los “habitantes de la Cultura”, como eje principal de la misma. La sexta edición de la Noche de la Luna Llena de Segovia volvió a congregar a miles de ciudadanos y visitantes bajo un abanico de 32 actividades culturales entre las 20:30 horas y las 02:30 horas con el objetivo de “promover la participación y el desarrollo de la creatividad de los ciudadanos por medio de la experimentación”, como señaló la concejala de Cultura, Clara Luquero.
Aunque el sueño de Segovia 2016 se truncó, la capital del Acueducto no decayó en sus esfuerzos por continuar cultivando el impulso cultural que la candidatura otorgó a la ciudad, más bien al contrario, sirvió para continuar con su legado bajo la marca Segovia Cultura Habitada, y la Noche de la Luna Llena es un buen ejemplo de ello. La síntesis de esta marca cultural del consistorio segoviano se erige bajo el pilar de involucrar a los habitantes en la cultura y hacer de ellos parte activa de la misma porque ¿qué es la cultura si no está habitada?.
Creatividad Ciudadana al son de Los Beatles
La Noche de la Luna Llena inauguró su edición 2012 con la presentación de la “Alfombra de momentos”, una instalación que conforma un telar de 700 metros cuadrados con retales y trozos de tela de personas de la ciudad y que no supera a ninguno de los registros similares de la web de los Récord Guinness, según señalaron fuentes de la concejalía de Cultura. A pesar de no estar calificada como tal, esta actividad que forma parte de los Laboratorios de Creatividad Ciudadana (LABCC), fue el pistoletazo de salida a una noche marcada por la participación de los varios miles de ciudadanos que hasta allí se acercaron para sentarse “como si estuviesen en la alfombra de su casa”, disfrutando del tributo a Los Beatles en el 50ª aniversario de la grabación de su primer grabación, que se celebró con grupos de la ciudad a los pies del emblemático Acueducto segoviano.
Prácticamente desde el mismo lugar, pero desde la parte más alta del monumento, en el Corralillo de San Sebastián tuvo lugar la presentación de ‘Segovia se anima’, una mirada a la ciudad a través de los ojos de los más pequeños, quienes dibujaron su visión de Segovia que posteriormente fue animada. Además, la proyección 100 Miradas consiguió un lleno absoluto de curiosos que querían comprobar con sus propios ojos como sus familiares, amigos, o vecinos pasaron a formar parte activa de la cultura con este documental creado exclusivamente por ellos bajo la pregunta “¿Qué es para ti la cultura?”.
El epicentro cultural
Tras la inauguración rápidamente las principales arterias de la capital vieron como todos sus rincones se llenaban de una frenética actividad y de largas colas ante los rincones, patios, edificios, y parajes donde se desarrollaban las actividades. Desde la Escuela de Arte Casa de los Picos donde se celebró un taller de papiroflexia para crear las estrellas que acompañan a la luna, hasta la Plaza Mayor donde se celebraron multitud de talleres para que los más pequeños crearan sus chapas con la luna como protagonista o pintaran sus postales con el motivo de la celebración, la gente se agolpaba en las diferentes actividades.
A la caída de la noche los seres lumínicos de las instalaciones de las escaleras de la Canaleja y de la Plaza de San Martín así como de la Casa de África y del arco de la Puerta de la Luna, ‘Travesías de Luz’ iluminaron el paso dotando a la noche de una mayor belleza por el centro de la ciudad.
También la luz fue la protagonista de las acciones celebradas en el Museo Esteban Vicente que abrió sus puertas para volcarse con la celebración de la Noche de Luna Llena. Las instalaciones lumínicas Lights&Contacts y Sphére A-léas, permitieron a las largas colas de asistentes configurar sus composiciones de luz con sonido, con sus manos, probando y dejándose llevar por la experiencia sensorial.
Exclusividad e intimidad
Los rincones más intimistas de Segovia como los patios de la familia Torreagero, el del Ilustre Colegio de Abogados, o el de la Casa-Museo de Antonio Machado, acogieron las actuaciones más exquisitas. La magia y la sorpresa del teatro de objetos de The Bag Lady, la historia de una mujer solitaria que hace poesía con bolsas de plástico, dotándolas de vida en torno a las luces, sombras y sonidos, fue alguno de los ejemplos que consiguieron dejar al público con la boca abierta. Entre los demás, se encuentran la experiencia sensorial del viaje imaginario Por las Lunas del Sistema Solar, cuyos asistentes vivieron en primer persona el frío, el calor o el viento que supone para un ser terrestre recorrer las lunas Calisto, Ganímedes o Tritón. Otro viaje espacial a través de telescopios se pudo vivir a los pies del Alcázar segoviano, junto a la Asociación de Ciencia y Tecnología Hespérides, quienes contaron todos los secretos que esconde el cielo bajo el que vivimos.
Como ciudad machadiana, en la Noche de Luna Llena no podía faltar la poesía en la propia casa en la que vivió Don Antonio en Segovia, una velada junto a la hiedra de las paredes del patio cuyo frescor podría compararse con el vivido en la Real Casa de Moneda de Segovia donde el sonido de las ruedas hidráulicas acompañaron a la actuación al piano de David Gómez, rodeado de 200 velas.
Un eje principal, siempre a la sombra de la cultura
Si de algo estuvo cargada la noche, además de cultura, fue de todas aquellas personas que trabajaron frenéticamente para que la noche funcionara correctamente. Los más de 67 ciudadanos de la plataforma del voluntariado cultural doblegó esfuerzos para que todo saliera a pedir de boca. Como explicó su coordinadora, María Inés García Ramón, la labor de los voluntarios consistió en “apoyar las labores de los técnicos organizadores del festival”, y su misión pasó por controlar y mantener informados a los miles de visitantes que asistieron a las actividades, hasta acomodarlos y asisitir a los artistas.
Según García Ramón, el número de voluntarios en la presente edición de Noche de Luna Llena se vio duplicado respecto a ediciones anteriores, y a través de los diferentes turnos en cada una de las actividades consiguieron que la velada acabara sin ningún incidente. “La idea de organizarlos por turnos consiste en que ellos mismos puedan también ver las actividades que le interesan, que no se cansen, y que lo disfruten para que repitan el año que viene”, aseguró.
Aunque las semanas previas a la Noche de Luna Llena el trabajo fue frenético “porque faltaban voluntarios por todos los lados”, señaló la coordinadora, finalmente se animaron con un resultado excelente “porque todos son encantadores, trabajan muy bien, y además disfrutan de la Noche de la Luna Llena desde otro ámbito, el de la organización del conjunto de actividades que recordarán que Segovia es una capital cultural con mayúsculas”.
Imágenes por Rosa Blanco