El Museo de Segovia ha escogido una de los elementos más importantes del vasto patrimonio artístico segoviano como pieza del mes de julio. En concreto, el espacio artístico y cultural de la capital destaca una arqueta de reliquias datada en el ‘tardogótico’ (finales del siglo XV). Esta arqueta está formada de una caja rectangular con una tapa plana, su estructura de madera está forrada de cordobán grabado con motivos góticos y guarnecida con herrajes de rica factura. Su tapa se halla atirantada por nueve bandas o fajas de hierro y está dotada de un asa central abatible. En su frente posee además dos cerraduras de hierro decoradas con remates de pináculos y veneras.

Esta pieza segoviana responde al tipo denominado ‘Reyes Católicos’, una tipología de contenedores sagrados empleados frecuentemente como donación para las iglesias, sirviendo las de mayor tamaño para la conservación de reliquias. En este caso, custodiaba los restos de fray Corbalán, nombrado primer prior del convento de Santa Cruz por Santo Domingo, que murió a los pocos días con fama de santidad.

Fray Juan de Navamuel (1752), ex prior de Santa Cruz y autor de un libro sobre la Cueva de Santo Domingo, sostiene que la arqueta que actualmente se encuentra en los fondos del Museo de Segovia fue un regalo de los Reyes Católicos a su prior, fray Tomás de Torquemada, quien la colocó en la capilla mayor de la iglesia, en un nicho que hay encima de la puerta que da a la sacristía, detrás de una reja dorada y con la siguiente inscripción: ‘Aquí están las Reliquias de muchos Santos, y el Cuerpo de San Corvalàn, compañero de Santo Domingo, que murió en esta casa año de mil doscientos y diez y ocho’. Añade el Padre Navamuel, que este nicho estaba orlado con las granadas, mostrando a un lado el escudo de los Reyes Católicos y al otro el de la Orden de Santo Domingo. Tras la desamortización de 1836, el Padre Claudio Sancho de Contreras, religioso exclaustrado de Santa Cruz, trasladó las reliquias al convento de MM. Dominicas de la ciudad. Así, cuando la Diputación de Segovia se hizo cargo de los bienes artísticos que quedaron en el convento, tras su cesión para establecer allí los ‘Establecimientos Provinciales de Beneficencia’, esta arqueta pasó a pertenecer a la propia corporación.

Con motivo de la conmemoración en Segovia del octavo centenario del nacimiento de Santo Domingo en 1970, las reliquias se restituyeron a su arqueta primitiva en el curso de un acto celebrado en la iglesia de Santa Cruz. Años más tarde, en 1995, la Diputación de Segovia procedió a la entrega de los restos de San Corbalán y las reliquias de los santos contenidas en la arqueta a las MM. Dominicas de Segovia, en un acto oficiado por el Obispo de la Diócesis en el convento de Santo Domingo el Real, manteniendo la arqueta como parte de la colección de obras de arte de la Diputación. Más recientemente, en concreto el pasado mes de julio de 2014, esta pieza fue cedida temporalmente por la Diputación de Segovia al Museo de Segovia, junto con otras piezas de la colección de la Diputación, para su exposición en las salas del Museo.

En general, las arquetas eran cajas de madera de pequeño tamaño, con tapa que se une a la caja mediante anclajes metálicos y bisagras, pudiendo llevar cerraduras, candados, asas, etc. Generalmente esta caja se cubría o forraba por completo de un material rico (seda, cuero decorado, marfil, esmalte, gemas…) para enriquecerla y dotarla de ese halo de pieza lujosa y singular. Además, la forma que se daba tenía como referencia simbólica, según algunos autores, el Arca de la Alianza o el sepulcro de Cristo.