Los arquitectos Esther Escribano Rivera y Miguel Ángel Rosique Valverde, ambos titulados en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad de Valladolid, han ganado uno de los primeros premios que otorga probablemente el concurso de arquitectura más importante en el ámbito europeo “European 10” por un proyecto diseñado en Eisenstadt (Austria), ciudad de 14.600 habitantes. En concreto, han obtenido el primer premio de los proyectos presentados para esta ciudad, valorado en 12000 euros, en el que también se ha otorgado un segundo de 6.000 euros. En la anterior edición European 9, obtuvieron un segundo premio (runner-up) con otra propuesta en la ciudad de Riga (Letonia)

El concurso European 10 cumple su décima edición y se trata de uno de los más destacados a nivel europeo, destinado a los arquitectos jóvenes menores de 40 años, con el que se busca soluciones de urbanismo y vivienda. En cada edición se plantean propuestas en solares ubicados en diferentes lugares de Europa, en concreto en 19 países, y los arquitectos presentan proyectos a uno de estos solares, para los que existen un primer premio y un segundo (runner-up). El próximo mes de mayo, todos los ganadores acudirán a un congreso en el que expondrán sus propuestas, tras haber recibido el premio en los correspondientes países participantes.

¿En qué consiste esta estructura premiada?

El proyecto diseñado por estos dos arquitectos, colegiados en Valladolid y que desarrollan trabajos como autónomos para el Vicerrectorado de Infraestructuras de la Universidad de Valladolid, plantea el aprovechamiento de construcciones y solares vacíos dispersos por toda la ciudad para la apertura de un hotel, viviendas, un área comercial y otra de trabajo y un museo. La idea planteada en el trabajo desecha la nueva construcción y aprovecha los recursos que ya tiene para crear una red de infraestructuras por toda la ciudad.

“Si los propietarios de los terrenos estuvieran dispuestos existe la posibilidad de poder llevar a cabo la propuesta, ya que el fin de este concurso es poder materializar los proyectos ganadores de cada lugar”, explica Esther Escribano.

El proyecto de este solar de Eisenstadt, junto con otros muchos que se planteaban en esta edición del European 10, ha sido apoyado por un jurado que ha valorado la propuesta porque propone economizar los recursos mediante la reutilización de las estructuras existentes en la zona. “Queremos actuar de manera semejante a como lo hace la medicina, recuperando la energía existente en espacios que podemos considerar enfermos”, explican en el resumen del proyecto, que se marca como objetivo sanar las heridas que el hombre y el tiempo han producido en el lugar de intervención, apostando por aprovechar lo que ya existe.

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