Zamarramala vivió hoy el día grande de sus fiestas de Santa Águeda con la procesión y la escenificación del juego de banderas y escolta de alabardas. No faltó el baile de alcaldesas, ni la misa, el pregón, la entrega de nombramientos y la quema del pelele, como marca la tradición de esta fiesta de Interés Turístico Nacional en la que mandan las mujeres. Cuenta la leyenda que así sucede desde 1227, cuando las zamarriegas obtienen tal privilegio después de que los tercios segovianos reconquistaran el Alcázar, entonces en poder de los sarracenos, para ponerlo a disposición del rey Alfonso VI.

La tradición de entregar los nombramientos es mucho más reciente (1969). En esta edición lo recibió el actor segoviano Luis Callejo, designado ‘Matahombres de oro’. Con este galardón se reconoce a personas o entidades que contribuyen a realizar aportaciones para las mujeres en general y se representa mediante un alfiler lardo de oro, clavado en un pequeño tronco de madera. Es un recuerdo del que usaban las mujeres para sujetarse el refajo, a la vez que arma para defenderse de quien incordiara durante el baile de las mujeres casadas.

El título honorífico ‘Ome bueno e Leal’, dirigido con carácter general a personas e instituciones que se hayan distinguido por su interés por Zamarramala, recayó en la Asociación de Cocineros y Reposteros de Segovia y Provincia, en este caso, por “su especial dedicación al mantenimiento y difusión de la cultura gastronómica de Segovia”.

En cuanto a las ‘Aguederas Honorarias’, que suelen ser mujeres que ostentan alguna representación social, cultural o política, fueron nombradas las concejalas del Ayuntamiento de Segovia María José de Andrés y Azucena Suárez, la periodista María Victoria Domínguez y Marián Illana. Las alcaldesas de este año son Áurea María Tabanera de Andrés y María Paz Ceballos Góm

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