La decisión del jurado de elegir San Sebastián como Capital Cultural Europea en el 2016 decepcionó y sorprendió a las delegaciones segoviana y burgalesa que hoy acudieron al salón de actos del Ministerio de Cultura donde se anunció la finalista. Si el alcalde de Segovia, Pedro Arahuetes, se reconocía «sorprendido», el exprimer edil burgalés, Juan Carlos Aparicio, lamentaba que en la decisión final haya cobrado peso «la utilización política de una herramienta cultural».

La cara del alcalde de Segovia, Pedro Arahuetes, expresaba toda su decepción. Sus primera palabras fueron para felicitar a la capital donostiarra por su elección, «merecida o no merecida, desconozo el proyecto a fondo», apuntaba, para añadir a renglón seguido que el mejor adjetivo que definía su estado de ánimo era «sorprendido» porque «si alguien no estaba en las quinielas era San Sebastián». «Es precipitado hacer más valoraciones», añadió.

«Todos hemos visto distintas declaraciones, antes, durante y después de las elecciones, todos hemos seguido de alguna manera el proceso, de ahí mi sorpresa, no porque San Sebastián no tenga capacidad de acoger la celebración sino por el modo en que se han ido desenvolviendo los acontecimientos en los últimos meses», concluyó el primer edil.

Del mismo modo, el ex alcalde de Burgos, Juan Carlos Aparicio, mostró su «respeto» a la decisión del jurado pero lamentó que «se haya introducido un elemento que todos temíamos, un elemento de riesgo, que es la utilización política». En su opinión, la Capitalidad Cultural Europea es una «herramienta cultural, nunca política», y el peso político en la decisión del jurado introduce «un riesgo» que «espero no tenga ninguna consecuencia».

El exprimer edil subrayó que todas las candidaturas estaban «suficientemente cualificadas» para resultar ganadores pero que «no se trataba de aprobar o sacar buena nota, sino de una única oportunidad». Pero no quiso caer en la tristeza o la decepción porque, subrayó, «queda el trabajo bien hecho, el haber equipado a la ciudad con recursos que seguirán dando sus rendimientos en el futuro».

Por su parte, Arahuetes destacó que la candidatura segoviana es un «trabajo muy bien hecho» y que «ha merecido la pena llegar hasta el final». «El proyecto de Segovia no acaba hoy sino que va a continuar a lo largo de los próximos años, vamos a desarrollar una gran actividad cultural y la cultura seguirá siendo uno de nuestros ejes de desarrollo», añadió.

También lamentó la decisión el codirector de los yacimientos de Atapuerca, Juan Luis Arsuaga, para quien «todo lo que no fuera elegir Burgos está mal». «No me lo esperaba, la verdad, no porque no se lo merezca, sino porque la mayor capacidad transformadora del proyecto estaba en Burgos», añadió, puntualizando que la candidartura burgalesa tenía «verdera trascendencia histórica». Además, apuntó que el peso político carece de sentido cuando todavía quedan otras elecciones por delante antes de que llegue la hora de la celebración.

El jurado destacó la «excepcional imaginación» demostrada por la candidatura donostiarra tanto en el primero como en el segundo corte, la visita «impecablemente organizada» por el anterior alcalde, Odón Elorza, presente también en el acto, así como el «apoyo» al proyecto mostrado por todas las fuerzas políticas con representación en el Ayuntamiento y del Gobierno vasco. Además, el comité de selección valoró su capacidad para superar su pasado violento a través de la cultura.

El actual alcalde, Juan Carlos Izaguirre, de Bildu, agradeció el apoyo del jurado a un proyecto «novedoso, arriesgado y fresco», que se inserta en «un nuevo proceso de normalización política» basado en «el respeto democrático a todas las culturas y pueblos». El regidor, que realizó su intervención en castellano y euskera, destacó la importancia de «la diversidad y lo pequeño», en concreto la «importancia» del vasco como idioma y de poder presentarlo a Europa y al mundo.

La ministra, Ángeles González sinde, apuntó que cada uno de los proyectos presentados «ha supuesto una valiosa oportunidad para rediseñar su paisaje cultural» y animó a las perdedoras a seguir apostando por la cultura como eje de desarrollo.

San Sebastián 2016 será la segunda ciudad Capital Cultural Europea española después de Salamanca, que logró el título en 2002. En esta ocasión, la capital donostiarra lo compartirá con la polaca Wroclaw.

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