Decía el dramaturgo Carlos Góngora que “estos muñecos-personajes vestidos con ropajes vistosos, de movimientos entrecortados y alegres, lo mismo lanzan la palabra graciosa que la cruel verdad, y la cara inmutable del títere proporciona, a la queja o a la insolencia, un acento tan profundo que parece sobrenatural”.

El Festival Internacional de Títeres ya tiene fecha posicionada en nuestras agendas. Entre la segunda y la tercera semana de Mayo, se celebra este encuentro, que convoca a titiriteros de todos los continentes. Durante siete días la ciudad es una fiesta. Las calles, plazas, jardines, patios, palacios y teatros sirven de escenario a las más variadas representaciones de teatro de títeres de todo el mundo.

Titiritero de profesión, amante de Segovia y organizador de Titirimundi. Así podemos definir a Julio Michel, director de Titirimundi, con quien Segoviaudaz.es tiene el gusto de charlar en estos días, justo cuando se están dando las últimas pinceladas para que todo esté preparado. Llegan las cuerdas, se acercan los hilos, llega Titirimundi.

 

Julio, avanzaba que en esta nueva edición se daría al festival un enfoque más contemporáneo con la presencia de compañías nuevas para el público de gran relieve mundial, ¿Qué nos puede decir acerca de esta novedad?

Desde sus inicios este festival ha procurado mostrar una imagen real del teatro de títeres en toda su riqueza y complejidad. Se trataba de enfocar correctamente la visión de una forma teatral sobre la que han pesado y siguen pesando muchos prejuicios. Parece que esa labor promocional y de difusión ha cosechado en Segovia excelentes resultados, aunque siempre hay nuevos públicos que formar. Estamos pues en otra etapa en la que, sin abandonar esa labor pedagógica, apostamos por la renovación y por las creaciones mas contemporáneas.

Tanto es así, que excelentes espectáculos se han quedado fuera del programa por no ofrecer ninguna característica acorde con esa línea vanguardista por la que estamos apostando y que se plasma ejemplarmente en espectáculos como los de Bakelite , Point Zero, Mireille et Mathieu o Walo and Hakkarainen, espectáculos que recomiendo encarecidamente.

 

El pasado mes de febrero, el director de Titirimundi anunciaba que la Consejería de Cultura de la Junta de Castilla y León, principal patrocinador de este evento, había recortado su apoyo casi en un 40% en dos años; Sin embargo, ahora será la marca de calidad Tierra de Sabor, a través de la Consejería de Agricultura, la que lleve las riendas del patrocinio de este evento, ¿Qué acciones se llevarán a cabo?

La Consejería de Cultura de la Junta sigue siendo el principal patrocinador de Titirimundi y, por supuesto, estamos muy agradecidos, aunque su aportación haya disminuido tan abruptamente y esté ya muy próxima a la del Ayuntamiento de Segovia.

Lo que nos ha causado el mayor perjuicio no fue el recorte sufrido, sino la escasa antelación con que se nos comunicó. Esta tardía información causó estragos mucho mayores que la disminución del presupuesto. Titirimundi, como Zamora, no se hace en una hora. Cada edición se empieza a preparar con uno o dos años de antelación, cerrando definitivamente el programa en septiembre. Toda decisión posterior trastoca un proyecto concienzudamente preparado y causa graves perjuicios a muchos artistas que también son trabajadores y tienen derecho, como todos los asalariados, a una cierta estabilidad.

Reivindico mi derecho a exigir una mayor responsabilidad a los administradores de la cosa pública y que tomen las decisiones que consideren oportunas con una antelación suficiente y respetuosa con el trabajo de los administrados.

Tierra de Sabor, con mucho acierto, ha visto en Titirimundi una excelente plataforma promocional y ayudando a mitigar el desequilibrio presupuestario del festival trabaja muy inteligentemente por lograr las mejores condiciones para la promoción de sus productos. A eso le llaman visión comercial. Durante el primer fin de semana del festival, se montará una carpa en Fernández Ladreda para exhibir y vender esos productos.

 

Ya en el período navideño, Titirimundi regresó a Segovia con dos grandes espectáculos de teatro de objetos y mano con un gran éxito de participación. ¿Se ha planteado que este espectáculo, tan bien acogido tanto por el público segoviano como el visitante pueda contemplarlo en otras fechas clave como las fiestas de San Juan o San Pedro o la época veraniega sin ir más lejos?

Parece que próximamente Segovia dispondrá de un pequeño teatro municipal en el recinto de la antigua cárcel, lo que nos permitirá emprender nuevos proyectos que prolongarán las actividades de Titirimundi durante todo el año.

Más adelante, cuando el Teatro Cervantes esté restaurado (y espero que sea pronto) dispondremos de una mayor operatividad y presentaremos proyectos nuevos y ambiciosos que hoy son impensables debido al pequeño formato del Juan Bravo, a su reducido aforo y, sobre todo, a la deficiente disponibilidad pública de ese espacio privilegiado de la ciudad, patrimonio de todos, aunque gestionado, a mí entender, de espaldas a la ciudad, sin un criterio (ni claro, ni oscuro, ni definido) de servicio público, con carácter Cultural.

 

 

A un año de que Titirimundi cumpla sus bodas de plata, ¿Hay ya algo pensado, se está trabajando sobre algún evento en concreto?

Tal y como están las cosas, a día de hoy no me atrevo a proyectar nada especial. A este punto ha llegado mi desconfianza en las Administraciones Públicas, cualquiera que sea su color político. Hace dos o tres años, cuando me decían que, por fin, este festival estaba totalmente afianzado, yo siempre contestaba con incredulidad…..y, desafortunadamente, el tiempo me dio razón. Antes de proyectar nada hacia el futuro será prudente afianzar bien los compromisos de las administraciones mediante la firma de un convenio, o de cualquier otra forma de compromiso. Obrar de otra manera es suicida, por mucho que algún cargo público provisional se moleste con estas verdades.

 

En el mes de marzo, Segoviaudaz.es también conversaba con Antonio Aragón, de la empresa Román&Cía Muñecos Animados y actual fundador de ‘Muñecos por el Desarrollo’ y él nos decía que este gran proyecto como era el de acercar la colaborar con los países menos favorecidos a través de una cultura audiovisual infantil de calidad, sólo podía hacerse en “la capital del títere”, ¿Cómo valora Julio Michel este calificativo?

Es un halago a nuestra labor que agradezco, pues no deja de ser el reconocimiento de una realidad que se conoce perfectamente desde la profesión. También estoy seguro que si la señora Consejera Silvia Clemente hubiese seguido al frente de la Consejeria de Cultura hoy estaríamos muy cerca de inaugurar la tan necesitada sede de Titirimundi en el Palacio del Quintanar, desde donde se gestaria la creación de una Escuela Internacional y un Centro de Creación y Experimentación. Ese proyecto nos colocaría en la vanguardia mundial… Pero habrá que esperar tiempos mejores y administradores autonómicos más sensibles con los proyectos que nacen y se desarrollan, con gran éxito, en Segovia.

 

Son prácticamente un centenar los voluntarios que quieren formar cada año parte de un gran proyecto como es Titirimundi, ¿Qué labor desempeñan? ¿Por qué son tan necesarios para el desarrollo del festival?

Los voluntarios, que llamamos colaboradores,superan el centenar y prácticamente todos son estudiantes universitarios. Desempeñan labores fundamentales para el normal desarrollo de las actividades del festival, como el control de los recintos, el apoyo a los artistas y la ayuda a los espectadores. Seria imposible organizar el festival sin este voluntariado, que pone un entusiasmo y una entrega propias de la juventud que atesoran.

Por otra parte, mediante esta participación conocen desde dentro este género teatral, se relacionan y conviven con los artístas en un ambiente distendido y festivo, descubriendo y aficionandose a esta forma de teatro, cumpliendo el festival una de sus funciones principales; la creación de nuevos públicos.

 

Más de 30 actuaciones de interior en esta vigésimo cuarta edición, ¿Cómo avanza la venta de entradas y qué problemas han podido surgir y cómo se han solventado?

Son 13 los espectáculos que se celebrarán en recintos cerrados, con más de 30 representaciones (sin contar los patios). A los dos días de ponerse las entradas a la venta se agotaron las de varios espectáculos, así como todas las de los patios que pusimos a la venta. Los primeros días surgieron problemas con la taquilla del teatro Juan Bravo, que se solucionaron con la intervención del presidente de la Diputación, firme defensor del apoyo a Titirimundi.

Es inegable que, incomprensiblemente, no exista sintonía entre el no-proyecto Cultural del teatro Juan Bravo y Titirimundi. Objetivamente creo que este hecho delata una gran torpeza por parte de los gestores de ese teatro, pues Titirimundi representa indiscutiblemente el momento de mayor rentabilidad cultural, social y hasta económica de ese recinto público, gestionado, en mi opinión, sin criterios culturales coherentes.

 

Es mucha y muy grande la afición por este tipo de espectáculos en Segovia, ¿Se ha planteado alguna vez crear una escuela de títeres o algún tipo de formación acerca de ello en Segovia?

La necesidad de escuelas de formación para actores- titiriteros es cada día más acuciante. Hay mucha afición y por tanto muchísima demanda. Existe un proyecto muy completo y ambicioso que por el momento no podremos desarrollar, pero con la ayuda del Ayuntamiento y de la candidatura de Segovia 2016, el año próximo iniciaremos talleres y seminarios que sentarán los cimientos de la futura escuela.

 

¿Por qué considera que es tan importante este evento para la ciudad de Segovia? ¿Qué puede aportar un festival de estas características?

Toda inicativa de caracter cultural es importante para una ciudad que parece proyectar su futuro en la cultura y el turismo. Dicho esto, este festival no nació con vocación de «acontecimiento». El éxito logrado y la aceptación con que Segovia lo acogió le dieron ese carácter de fenómeno mediático y popular que tanto interesa a las administraciones públicas y a los sectores económicos más beneficiados. Es decir, que un hecho de carácter artístico y cultural, sin haberlo premeditado, ni pretendido, ha venido a demostrar la rentabilidad económica de un proyecto cultural desarrollado con criterios y fines exclusivamente artísticos.

 

Imagine alguien que nunca ha visto un espectáculo de Titirimundi, ¿Cómo le animaría? ¿Por qué tendría que venir a verlo?

Uno de los motores del desarrollo y del conocimiento es la curiosidad. Esa es la primera condición para acercarse a Titirimundi; sentir curiosidad. Titirimundi se encargará despues de compensar con creces esa inteligente y generosa actitud ofreciendo mundos artísticos fascinantes. El curioso espectador descubrirá las diferentes culturas del mundo a través de unas formas teatrales riquísimas, sugerentes e infinitamente variadas.

Envidio a aquellos que se acerquen por primera vez al teatro de títeres porque tendrán el privilegio de gozar con ojos asombrados y nuevos, del descubrimiento de este maravilloso y sorpendente teatro, que sin duda alguna les emocionará y cautivará para siempre.

 

Después de esto, a nosotros, redactores de Segoviaudaz.es, sólo nos queda decir: ¡Mucha suerte en esta edición y Larga vida a Titirimundi!

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