La ‘burbuja’ en torno a los alquileres de viviendas, lejos de reducirse, continúa hinchándose en Castilla y León. La subida de precios en la primera mitad del año duplica la registrada en los primeros seis meses de 2017, si bien existen diferencias marcadas en la Comunidad. Mientras Burgos y Palencia se sitúan en cabeza, se ha producido ya un estancamiento en Salamanca y Segovia.

Las zonas donde más tarde iniciaron la normalización de precios reflejan mayores subidas en los últimos meses, según explica el jefe de estudios de Idealista, Fernando Encinar, quien advierte de que los aumentos tienen como techo los salarios, de forma que si superan esta barrera, la demanda se retira hasta que bajen. Esto, sin embargo, no impide en su opinión que algunas calles de las grandes ciudades sigan mostrando alquileres al alza porque la oferta es escasa.

De esta forma, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) consultados por Ical, los alquileres acumulan en la primera mitad de este ejercicio una subida del 0,4 por ciento, frente al 0,2 por ciento que arrastraban en el mismo periodo de 2017. Por tanto, las rentas siguen su escalada en Castilla y León, con variaciones significativas. Los mayores aumentos se registraron en las provincias de Burgos y Palencia, con incrementos del 0,6 por ciento, seguidas del 0,5 por ciento de León, y el 0,4 por ciento de Ávila.

Menores fueron los aumentos de Valladolid y Zamora, con un 0,3 por ciento, y Soria, con un 0,2 por ciento. Sin variaciones se mantuvieron los alquileres en Salamanca y Segovia, dos de las provincias con los precios más elevados de la Comunidad. De media en España, las rentas reflejan un mayor crecimiento, puesto que se encarecieron un 0,7 por ciento, tres décimas más que en Castilla y León y cuatro que lo registrado en el primer semestre de 2017.

Asimismo, los aumentos de los precios de los alquileres se ven también influidos por la actualización conforme al IPC (Índice de Precios al Consumo), que cerró el mes de junio en el 2,3 por ciento, por lo que un piso arrendado en 500 euros, pasará a costar 511,5 euros, lo que en 12 meses supone un gasto extra de 138 euros. Todo ello, contribuirá, a un aumento de los precios, si bien en ciudades como Barcelona, las subidas muestran signos de agotamiento.

Entre tanto, el mercado del alquiler de Castilla y León recupera la evolución positiva que perdió en 2013, cuando en el primer semestre los precios subieron un 0,6 por ciento. En 2014 y 2015 se registraron caídas del 0,5 y el 0,6 por ciento, a las que siguieron en 2016 un leve aumento del 0,1 por ciento, que se reforzó el pasado año con un incremento de dos décimas, que en 2018 se ha convertido en cuatro.

Con ello, según los datos recabados por Idealista, las viviendas se alquilan en Castilla y León a 6,2 euros el metro cuadrado, es decir, un piso de 80 metros, se oferta en 496 euros al mes. También, Fotocasa, estima un valor medio de 6,1 euros para la Comunidad, en línea con el cálculo del anterior portal, según el cual, Salamanca y Segovia son las ciudades castellanas y leonesas más caras con un precio de 7,3 euros, mientras que las más baratas son Zamora, con 4,5, y Ávila, con 4,9 euros. De media el metro cuadrado cotiza en España a 10,8 euros al mes.

Control de precios

Frente a las iniciativas para controlar los precios, el jefe de estudios de Idealista plantea una serie de medidas para aumentar la oferta de calidad y por otro para contener las subidas. En primer lugar, propuso agilizar la recuperación de la vivienda en caso de impago, lo que consistiría en actualizar los plazos de la Ley de desahucio express que aprobó el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero en su segunda legislatura, así como mostrar tolerancia cero con la ocupación.

También sería positivo a su juicio que el nuevo Ejecutivo recuperase la desgravación fiscal a inquilinos que derogó Rajoy, y que aportó tanta transparencia al mercado. “Los inquilinos, al desgravarse su alquiler, sacaron a la luz miles de contratos. Además, podría ofrecer un tratamiento fiscal igualmente beneficioso para los propietarios”, añadió Fernando Encinar.

El director de Estudios de Pisos.com, Ferran Font, advierte de que “el crecimiento de las rentas de alquiler, sobre todo, en aquellos lugares donde el alquiler residencial entra en competencia con el vacacional, está arrojando mensualidades ante las que buena parte de la demanda no puede responder con sus ingresos”. El “calentamiento” de este mercado tiene a su juicio varias consecuencias. Por un lado, muchos inquilinos están mirando de nuevo a la compra y por otro, los que disfrutan de un alquiler aceptable albergan cierta incertidumbre, ya que temen que sus caseros actualicen la renta al alza en cualquier momento.

Font declara que “todas las administraciones, desde las locales hasta el Gobierno central, deben poner el foco en la situación que actualmente vive este régimen de tenencia en los grandes núcleos urbanos”. Asimismo, comenta que “encontrar un punto de equilibrio será complicado si no se anima al sector privado a formar parte de este negocio”.