Segovia está de luto. Torrecaballeros y la capital lloran a Olivia, la pequeña presuntamente asesinada por su madre. Las banderas ondearán a media asta durante tres días. Las redes sociales se han llenado de comentarios cargados de dolor e impotencia, las velas iluminaban la Plaza Mayor y, entre todo ello, una voz: la de su padre, Eugenio. Él sólo pedía ser el último que tenga que enterrar a un hijo de esta manera. Un triste final para una trágica historia. Olivia era la única protagonista de una dolorosa despedida. Allí la recordaban segovianos y autoridades, todos en segunda y tercera fila, que quisieron participar en las concentraciones convocadas en su memoria donde los globos han recordado la inocencia de una niña que «sólo quería volver a casa», lamentaba su padre.

Muchos son los recuerdan en el Colegio Claret a la madre de Olivia y presunta autora del crimen, Noemí. Allí participaba en labores de la Asociación de Padres y Madres, siempre dispuesta a colaborar. Sin embargo, fuentes cercanas a la familia aseguran que superó la separación. Aquí comenzó el calvario para Eugenio y Olivia, para todos. Pronto llegaron las denuncias, el fijar su residencia en Gijón sin consentimiento del padre con el propósito de alejarlo de la menor: «Olivia estaba sola allí», lamentaba Eugenio.

Aunque este puente del 1 de noviembre debía estar junto a él, el cambio de sentencia fijó que sería la madre la que disfrutara de esos días. «Estaba contenta, volvía a casa después del puente, al colegio del que no debió salir, con su familia, con su hermana…», relataba ante un millar de segovianos su padre, en una concentración convocada por la Asociación de Custodia Compartida. El colectivo, que desde hace años arropa a Eugenio, está formado por otros padres que luchan por disponer de tiempo con sus hijos. «Sólo pedimos las mismas condiciones que sus madres, eso es igualdad, y es un derecho de nuestros hijos», explica Néstor Fernández, presidente del Colectivo.

Finalmente, la Justicia dio la razón a Eugenio. Un lento proceso que tardó cinco años en decidir que él era la persona indicada para la custodia de la menor. Noemí no aceptó el fallo, ella la única sospechosa de la muerte de Olivia. La policía encontró a la mujer tumbada en la cama junto a su hija, ya fallecida. Tras ser detenida, la acusada ha asegurado que había ingerido numerosas pastillas. Podríamos estar ante un nuevo caso de violencia vicaria.

Descansa en paz, pequeña.