La sanidad pública de Castilla y León necesitará habilitar 197 camas de UCI (Unidad de Cuidados Intensivos) en los hospitales de la Comunidad para iniciar la desescalada del Covid-19 que ha marcado el Ministerio de Sanidad, que obliga a cumplir con la ratio de 1,5 camas reservadas a enfermos críticos por 10.000 habitantes. Los complejos hospitalarios de Castilla y León cuentan, habitualmente, con 166 camas en la UCI, aunque esa cifra ha aumentado hasta las 479 para atender el incremento de pacientes afectados por el coronavirus. Un incremento que ha sido posible gracias a las UCIs extendidas por diferentes áreas de los hospitales como las REA (unidades de reanimación), las URPA (unidades de reanimación postanetésica), y otras unidades con adecuada dotación para la atención de pacientes críticos como los quirófanos.
El Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó la orden que regula el proceso de cogobernanza de transición a la nueva normalidad, es decir, la norma que fija los criterios que debe cumplir una comunidad para pasar de una fase a otra de desconfinamiento. De esta manera, las autonomías deberán disponer o tener acceso o capacidad de instalar en un plazo máximo de cinco días entre 1,5 y 2 camas de cuidados intensivos por cada 10.000 habitantes.
El objetivo del Informe de Recomendaciones sanitarias para la estrategia de transición es, por tanto, «garantizar la posibilidad de desplegar capacidades adicionales que estén operativas en un breve espacio de tiempo».
A fecha de ayer domingo, había hospitalizados en las UCIS de los hospitales de Castilla y León, tanto en las unidades estructurales como extendidas, un total de 167 enfermos. Fuentes de la Consejería de Sanidad aseguraron a la Agencia Ical que la Comunidad nunca han ocupado más de 500 pacientes en las unidades de críticos, durante la crisis sanitaria por la pandemia del Covid-19,.
Según la ratio del Gobierno central de contar con 1,5 camas de UCi por 10.000 habitantes, la provincia de Ávila debería pasar de los ocho puestos estructurales a los 24, lo que supone un incremento del 200 por ciento, aunque el hospital de la capital cuenta, con la crisis sanitaria, con 19 camas en las UCIs extendidas.
En Burgos, el Ministerio obliga a disponer de 54 camas de UCI frente a las 26 estructurales , con una subida del 107 por ciento, aunque ahora suma 77 puestos con las repartidas por las diferentes áreas del complejo hospitalario. En Palencia, hay 16 camas habitualmente para enfermos críticos, que han aumentado a 31 por la situación de emergencia sanitaria, y el Gobierno reclama contar con 25.
En Segovia, se repite el patrón al contar con solo diez camas estructurales de UCI frente a las 23 que contempla el documento del Ministerio para iniciar la desescalada, aunque están habilitadas 13. En Soria, también tiene, en circunstancias normales, diez camas reservadas para críticos aunque con la pandemia han aumentado a 22, mientras que el Gobierno central contempla 14.
En la provincia de Valladolid, que cuenta con tres hospitales (dos en la capital: Clínico y Río Hortega, y otro en Medina del Campo), hay, habitualmente, 32 camas estructurales de UCI, que se han disparado hasta las 143 por el Covid, aunque la ratio de Sanidad recoge disponer de 78 para la desescalada. Es decir, un 143 por ciento de las existentes en un estado normal. Por último, en Zamora, suele haber reservadas once camas para pacientes críticos, aunque ahora se han sumado 14 más, hasta las 25, que es una menos de lo que pide el Ministerio.