La Dirección General de Tráfico (DGT) pone en marcha a partir de las tres de la tarde un dispositivo especial ante los más de 6,3 millones de desplazamientos que estiman que se van a producir durante el puente de la Constitución y la Inmaculada. Ante este nivel de movimientos en carretera, la Confederación Nacional de Autoescuelas ha querido compartir una serie de recomendaciones y consejos para la conducción invernal, ante lluvia, nevadas o heladas.

CONDUCIR BAJO LA LLUVIA
Aumentar la distancia de seguridad, al menos 3 segundos con el vehículo que va delante. En días de lluvia los frenos del coche no reaccionan igual y es recomendable distanciarse el doble de la distancia habitual. Ten cuidado y no pises las líneas blancas, ya que el agarre de los neumáticos en esta superficie es menor al del asfalto.

Frenar de vez en cuando para originar fricción y mantener secos los frenos.
No llevar ropa de abrigo al conducir. Evitarás el conocido «efecto submarino»
Encender la luz de carretera no es muy recomendable, aunque es obligatoria en vías interurbanas, insuficientemente iluminadas cuando circulemos a más de 40km/h (y no deslumbremos).

No mantener el antiniebla trasero encendido en retenciones, vías de poblado a poca velocidad porque es muy deslumbrante.

Mantener las escobillas limpiaparabrisas en buen estado. Las escobillas es uno de los elementos que menos cuidamos a la hora de mantener el vehículo y son fundamentales para la buena visión en caso de conducir con lluvia o nieve. Los fabricantes recomiendan cambiar las escobillas si éstas están picadas o en mal estado, y en cualquier modo de forma periódica cada año o cada 15.000 km.

Utilizar los aireadores dirigidos hacia el parabrisas para evitar que se empañen.
Si deseas consultar un vídeo para saber colocar cadenas, en esta pieza Roberto Ramos, experto en Seguridad Vial de la Fundación de la Confederación Nacional de Autoescuelas, explica cómo hacerlo de manera eficiente.

CONDUCIR CON HIELO EN LA CALZADA
No frenar haciendo reducciones bruscas.
El freno motor debe utilizarse para mantener constante una velocidad reducida y adaptada a las condiciones de adherencia, pero, para frenar, debemos utilizar el freno de pie con suavidad. Así, frenamos 4 ruedas y no dos y, además, las ayudas a la frenada se conectan.


Con nieve o hielo, la velocidad debe ser muy reducida porque apenas hay adherencia del vehículo al pavimento.
Recuerda que la distancia de frenado puede incrementarse hasta 8-10 veces más de la habitual, es decir, podemos pasar de necesitar 40 metros para detener nuestro turismo si circulamos a 90 km/h, a necesitar ¡400 metros!

Una marcha que no te obligue a estar continuamente frenando o acelerando, dependerá mucho de la situación, aunque, preferiblemente, corta, para utilizar el motor como freno simplemente al decelerar, y una larga para iniciar la marcha; la segunda generalmente es la más adecuada.

AQUAPLANING
Dejar de acelerar y no mover el volante (siempre y cuando no haya pérdida de trayectoria inicial).
No debe frenar bruscamente para no desplazar el punto de aplicación del peso hacia delante y aumentar la probabilidad de sobreviraje. Pero si no puede evitarlo y se produce, reduzca la velocidad para dar tiempo a que el dibujo del neumático canalice el agua hacia los lados del neumático y circunferencialmente.

Si hay agua sólo en un lado de la calzada hay que intentar, dentro de lo reglamentario (no invadir el sentido contrario, no circular por el arcén, etc.) que pasen las cuatro ruedas por el gran charco.

Los neumáticos deben tener la presión adecuada: no es recomendable disminuir la presión, disminuye el agarre, aumenta la deriva (movimientos transversales) y aumenta la probabilidad de aquaplaning.

Es recomendable que los neumáticos tengan un dibujo adecuado. El mínimo es de 1,6 mm en las ranuras de la banda de rodadura; no obstante, con lluvia intensa, con 2 mm de profundidad, un turismo medio puede sufrir aquaplaning a velocidades en torno a 60 – 70 km/h.

ILUMINACIÓN y VELOCIDAD
Es recomendable utilizar las luces de posición y cruce durante el día para que nos vean mucho mejor.


Si llueve, con las primeras gotas enciende las luces de posición y cruce.
Con niebla, lleva encendidas las luces de posición y cruce, siendo recomendable también el uso del antiniebla delantero.

Si la niebla o la lluvia son muy intensas, o la nevada es muy fuerte, enciende, así mismo, el antiniebla trasero.

Si llueve o hay niebla, reduce la velocidad un 25% y si hay hielo, tu distancia de frenado se alarga hasta 10 veces más; en este caso lo mejor es no conducir.