patrimonio inmaterial de Segovia

La pérdida del patrimonio inmaterial de Segovia equivale a que se nos hubiera quemado la mitad del monte. Así lo expone Fuencisla Álvarez, historiadora de la danza y musicóloga. Álvarez ha puesto de relieve la importante pérdida de patrimonio inmaterial que se produce en la provincia. Para ello, hace un símil con otro tipo de bienes que gozan de mayor protección. «El patrimonio inmaterial no se ve, pero se ‘quema’ todos los años, se ‘cae’ todos los años, y nadie corre en su auxilio«, lamenta.

La investigadora, experta en las danzas rituales segovianas, ofreció una conferencia en la que insistió en la importancia de “volver a los pueblos para explicar lo importante que es lo que tienen y ponerlo en valor para que lo conserven”.

De este modo, iniciaba su intervención en Torre Val de San Pedro, localidad serrana con la que mantiene lazos familiares ya que una de sus bisabuelas nació allí, y en la que ha documentado parte de sus investigaciones.

Torre Val de San Pedro

Torre Val de San Pedro es uno de los siete pueblos de Segovia donde se mantiene la danza de palos con enaguado masculino.

Además, es uno de los tres, junto a Orejana y San Cristóbal, que conserva el ritual del Rosario tal y como se conocía siglos atrás.

Está tradición con más de 400 años de antigüedad, está ligada al culto del Rosario iniciado por el papa Pío V con ocasión de la Batalla de Lepanto (1571).

Su ritual se fijó a lo largo del siglo XVII y se caracteriza por los variados adornos que acompañan las procesiones: banderas, alabardas, tambores, roscas, danzas de gitanas, danzas de palos, danzas de hortelanos… Muchas de ellas desaparecidas o cambiadas con el paso de los siglos, porque, como ha señalado Álvarez “el patrimonio inmaterial ni se crea ni se destruye, se transforma”.

Poner en valor la identidad de cada pueblo

El documento más antiguo hallado en relación con la soldadesca, uno de los adornos ligados al ritual del Rosario, se encontró en Sigueruelo y data de 1621.

En Torre Val de San Pedro se ha documentado al menos desde 1752.

Los enombrados escenifican la protección a la Virgen durante la procesión.

patrimonio inmaterial de Segovia

Participan en ella tres mozos solteros, tres matrimonios y un niño, cada persona con sus insignias.

Dos de los mozos solteros son alabarderos, un tercero es el abanderado, los varones casados tienen diferentes grados (capitán, mariscal de campo y aposentador) y el niño toca el atabal o tambor mientras se corre la bandera, de forma previa al paso de la Virgen.

Fuencisla Álvarez ha manifestado la importancia de “poner en valor la identidad de cada pueblo”, para conservar estas manifestaciones culturales que son propias de cada localidad.

patrimonio inmaterial de Segovia

En este mismo sentido ha hablado Pedro de la Calle, dulzainero y danzante de Torre Val, al evocar la figura de José A. Sebastián Santaengracia, recientemente fallecido y homenajeado en el evento: “nosotros tenemos que seguir cuidando la raíz, como lo hizo José Antonio”. Alcalde durante dos legislaturas y miembro de la Junta Directiva de la Asociación Cultural de Amigos de Torre Val, organizadora del acto, Sebastián Santaengracia fue una figura clave en la recuperación de las danzas rituales en la localidad serrana y miembro de la primera generación de danzantes tras el paréntesis de la dictadura franquista que, precisamente este año, celebró su 40º Aniversario.

El pueblo más dulce de Segovia


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