Agotados por el trabajo sindical desarrollado en las últimas semanas por el extenso territorio de la Comunidad, los secretarios generales de CCOO y UGT en Castilla y León, Ángel Hernández (AH) y Agustín Prieto (AP), respectivamente, vaticinan un “éxito rotundo” para la convocatoria de huelga general del próximo 29 de septiembre. Los dirigentes sindicales defienden su papel a lo largo de la crisis y su posicionamiento en estos momentos tras la “peor agresión” sufrida por los ciudadanos en sus derechos durante la democracia, tal y como cuentan a la Agencia ICal. Una situación que se agrava al corresponder la reforma laboral “impuesta” a un gobierno de izquierdas, sustentado por el PSOE.


¿Qué van a suponer las decisiones del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y que han motivado la convocatoria de huelga general para el próximo 29 de septiembre?

AP: La reforma laboral no va a servir para crear empleo, no acaba con la temporalidad y facilita tremendamente el despido. La congelación de las pensiones y la rebaja de salarios a los funcionarios, supone que estos colectivos tendrán menos dinero para gastar, lo que repercutirá en la economía. A esto se suma lo que se nos viene encima con la reforma de las pensiones, que incrementará las dificultades para acceder a estas prestaciones y las rebajará. Esa es la pura y cruda realidad.

AH: La reforma laboral invita a hacer una limpieza de las plantillas, de la gente con contratos en vigor de 45 días, para ir a la política de abaratar costes laborales. En España se ha optado por lo de siempre para salir de la crisis, que paguen los pensionistas, los que salen del mercado de trabajo y ahora vamos a por todos. Hemos pasado del optimismo a la motosierra.

 

¿Qué les parece que a nadie le guste la reforma y después les critiquen por su convocatoria de una huelga general para modificar su contenido?

AH: Es una parte más de la hipocresía de la clase política de este país. Nadie explica el contenido de la reforma y se ataca a los sindicatos por otras cosas. Nadie cuenta a los trabajadores lo que realmente les va a pasar.

 

¿Os sentís solos o aislados en la lucha contra las medidas del Gobierno?

AH: Solos respecto al contacto con las gentes no. Que nos están intentando discriminar o criminalizar es evidente. Hay un campaña mediática muy fuerte de la mayoría de los medios de comunicación, que están al servicio de los intereses que representa esa reforma, que son económicos, entre otros, fundamentalmente. Hay también una operación de fondo de quienes mueven los hilos del poder, que como se está viendo en muchos casos no son ni los propios gobiernos. En Europa y en España en concreto, el último dique, la última tapia para la contestación y para rechazar unas medidas dirigidas a lograr menos estado y derechos para los ciudadanos y peores condiciones laborales, somos las organizaciones sindicales, porque la izquierda en Europa y en España está desaparecida.

AP: Tenemos pocas ayudas y estamos haciendo un trabajo en común las dos organizaciones para llegar a todos los trabajadores mediante el boca a boca, ante esa falta de apoyos. Sin embargo, las dos organizaciones tenemos una fuerza tremenda, ya que representamos a más del 80 por ciento de los trabajadores. Nadie puede cuestionar esa representatividad, con miles y miles de afiliados, lo que nos da un sentido amplísimo de cobertura a toda la sociedad.

 

¿Entienden que se está intentando transformar está huelga en una reválida sobre el modelo sindical actual general y de clase, burocratizado que señalan algunos?

AP: Desde algunos sectores sí. Por eso vienen esos ataques. Han conseguido que el Gobierno esté con el poder económico y los empresarios, porque ha legislado a favor de la parte más fuerte, con unas medidas que dan la espalda a los trabajadores. El único bastión que les queda son los sindicatos y por el mismo precio quieren quitarnos del medio, a ver si así hay mucha más des regularización laboral y volvemos al siglo XIX, a unas relaciones de semiesclavitud. Somos el último obstáculo para que las política neoliberales campeen a sus anchas.

AH: El objetivo es cargarse a los sindicatos generales y de clase. Es la amenaza del Gobierno basada en tesis del Banco de España y de los gurús económicos, de que hay que ir a una negociación colectiva a la carta, en cada empresa. Suena bien, pero es una trampa. Si modificas el criterio de negociación colectiva en ese sentido estas diciendo que se cree un sindicato por empresa al servicio de la empresa, porque el 80 por ciento son pymes y micropymes. Si hay que negociar convenios que no tienen una referencia superior, lo que se está diciendo es que el suelo va a ser el Estatuto de los Trabajadores y el salario mínimo interprofesional.

 

¿Cómo valoran movimientos como los de Esperanza Aguirre en Madrid contra los liberados sindicales?

AP:: Lo que está haciendo es absurdo. Huele a una rancia demagogia que quieren hacer desde el PP, aunque afortunadamente no todos son iguales, porque desde el Gobierno de Castilla y León no se cuestionan para nada los acuerdos firmados con los sindicatos en esta materia.

AH: La trama mediática de los poderes de la derecha económica necesitaban un instrumento político. Esperanza Aguirre representa a esos colectivos neoliberales, por no decir de extrema derecha, rancios, y ella no podía perderse esta fiesta. Habría que recordar a Aguirre que el acuerdo vigente en su Gobierno se firmó con Gallardón, salvo que también haya querido meter en algún contrincante de su propia casa lo perros en danza.


¿Qué sensación les deja en el cuerpo que las duras medidas que han generado esta situación de confrontación social nazcan de un gobierno sustentado por un Partido Socialista Obrero Español?

AP: El Gobierno socialista es el que ha hecho las políticas, el PSOE no legisla. Es verdad que es un gobierno socialista y el sustrato de donde se nutre son votantes que son en su inmensa mayoría trabajadores. Nos sentimos profundamente defraudados con la política de Rodríguez Zapatero. Una política que nosotros aplaudimos en la primera legislatura, una gran política social y de encuentro con los sindicatos y gobernando con la clase trabajadora. Desde el 9 de mayo, esa política gira y pasa a gobernar en contra de los intereses de los trabajadores y se alinea claramente con el poder económico y los empresarios. Nos ha defraudado totalmente, porque esa política no la esperábamos con un gobierno de izquierdas.

 

¿Hasta dónde llega esa sensación de abandono?

AP: En este momento, con la política del Gobierno sustentada por el PSOE, nosotros nos sentimos huérfanos, porque desde el movimiento sindical siempre hemos querido una referencia política con capacidad para gobernar próxima a nosotros. Desde luego no nos sentimos para nada representados por ese gobierno que está actuando de esa manera.

AH: Avalo absolutamente la intervención de Agustín por venir de donde viene y lo que representa. Hay algo más grave que si nos sentimos huérfanos o no desde un punto de vista de política parlamentaria, es que nos hemos cargado un modelo de concertación, consenso y diálogo en este país. En el Estado está reventado, aquí en Castilla y León, donde vienen momentos muy malos, con recortes presupuestarios tremendos, esperemos que no.

 

Pero llegan dos años con citas electorales…

AH: Como siempre, vamos a decir a los trabajadores que voten y que lo hagan a aquellos partidos que ellos entiendan que son los que con sus políticas y propuestas en los parlamentos están más cerca de sus intereses y de los que representa el sindicalismo de clase en este país. Pero vamos a ser bastante más pro activos y más críticos porque desde luego la estética con este viaje no vale, mientras no haya una rectificación de esas políticas. No tiene mucho sentido que uno de estos partidos nos invite a un debate o presentación de sus programas sobre políticas de empleo con esta carnicería que han preparado unos consentida por los otros.

 

¿Tienen la sensación de que están haciendo el ‘trabajo sucio’ al PP en su tarea de oposición al Gobierno de Rodríguez Zapatero?

AP: Que Cospedal diga que el PP es el partido de los trabajadores y el adalid del avance social, no se lo creen ni ellos. Todos sabemos lo que representa el PP y su apuesta por la desregulación de convenios colectivos y menores salarios. El PP está con el doble lenguaje, me opongo por estrategia política y que el Gobierno se desgaste y que pegue el palo a los suyos. Anteriormente pasó lo mismo con el diálogo social con los empresarios. Dijeron, para qué vamos a llegar a un acuerdo, si este gobierno va a legislar a favor nuestro.

AH: Nosotros no hacemos el trabajo sucio ni limpio a nadie. En realidad, el que le está haciendo el trabajo sucio al PP es el Gobierno, porque le está haciendo su política, al menos la teórica, porque lo otro ya sería ciencia ficción.

 

Mucho y desde diferentes ámbitos se les ha criticado el momento de la convocatoria. ¿Por qué ahora?

AP: Porque ahora es cuando se ha producido la agresión. Hasta el 9 de mayo no había habido ningún tipo de agresión a los intereses que nosotros representamos. Lo que pretendían algunos antes es que hiciésemos una huelga política y no estamos para eso, sino para hacerlas cuando hay una agresión a los intereses de los trabajadores. Ese día se produce un giro, cuando el Gobierno cambia de actitud, mete un paquete de medidas económicas, que para nada compartimos, y luego una reforma laboral infumable.

AH: Cuando el gobierno mete el plan de ajuste se le da una respuesta sectorial, porque tenía que ver con los recortes a los empleados públicos y los pensionistas. Luego dice abiertamente que va a legislar sin acuerdo de las partes sobre el mercado laboral, contra una máxima del propio presidente del Gobierno. Es ahí cuando se toma una decisión, que también tenía la voluntad de esperar a la tramitación parlamentaria para reconducir el asunto. Sus señorías han ido a trabajar en verano para votar las enmiendas y cada uno que saque sus conclusiones. No podíamos hacer antes una huelga al capitalismo porque estaban despidiendo. Qué hacíamos, una huelga a cada empresa que despedía a un trabajador, es que es ridículo. Es ahora cuando hay que hacer la huelga.

 

¿Qué grado de participación vaticinan para el próximo día 29?

AP: Estamos convencidos de que se va a paralizar este país y va a ser un “éxito rotundo”. La unidad de acción de las dos organizaciones es la mayor garantía de éxito. No vamos a entrar en guerras de cifras, pero muchos sectores productivos ya han tomado resoluciones para cerrar y no me cabe duda de que esta ciudad (Valladolid) va a cerrar, ya que en las grandes empresas no va a abrir nadie. Luego habrá más dificultades en las pequeñas, pero por la coacción empresarial. Sin embargo, hay gente que pase lo que pase ya tiene hechos los titulares. Quiero creer que no va a ser así, y los periodistas y los medios de comunicación serán los notarios de lo que ocurre de verdad.

AH: Hay ya un elemento positivo y es que una mayoría sociológica de este país entiende los motivos por los que los sindicatos convocan la huelga. Es un dato muy importante. No tenemos ninguna estrategia establecida de decir unas cifras de participación pase lo que pase. Elaboraremos un mapa de importancia y de valoración con lo que nos vayan diciendo nuestros compañeros y eso será lo que trasladaremos.

 

Pese a ese optimismo, ¿tienen miedo a que sea un fracaso en un contexto marcado por unas elevadísimas tasas de paro?

AH: Es una huelga general de las más adversas, por el contexto general, por la cantidad de desempleo, por cómo está de enrarecido el ambiente político, por todo. Pero nuestro papel era convocar la huelga, porque si no la convocamos no nos lo perdona ningún trabajador con dos dedos de frente.

 

¿Qué ocurrirá después del día 29 con éxito o fracaso?

AP: Seguiremos. No vamos a acabar aquí con nuestras reivindicaciones frente a esta agresión tan brutal. Jamás nadie había llegado tan lejos en los recortes en la época democrática, lo que tiene que tener una respuesta permanente. Si el Gobierno no cambia de política el día 30, seguiremos las dos organizaciones hasta que rectifique. No acaba aquí la guerra. El movimiento sindical ha hecho lo que tenía que hacer y no se puede medir en términos de éxito o de fracaso. El acierto de los sindicatos de clase ya está, ha habido una agresión y han convocado una huelga general.

AH: Todas las huelgas generales han servido y esta también. Porque además tenemos pendiente el tema de las pensiones y la negociación colectiva. Por lo tanto, sea cual sea el grado de éxito de la huelga o el de resistencia del Gobierno para abrir vías de rectificación, ésta también vale para ponernos todos las pilas de las cosas que vienen detrás y cada uno tendremos que aguantar nuestra vela.

 

¿Consideráis viable que Rodríguez Zapatero de marcha atrás?

AH: Otros gobiernos han dicho lo mismo que Zapatero, que es de manual, y el último de Aznar, rectificó el decretazo famoso, con una remodelación de gobierno siete meses después, y la negociación con Zaplana, cuando llegó a ministro de Trabajo. No tenemos interés en esto último, nos da igual que se quede o no el ministro de Trabajo, no es una cuestión de personas, es una cuestión de política.

 

¿En qué marco dentro de todo esto sitúan a la patronal?

AP: Se están frotando las manos. Han hecho una reforma a su medida. Ni los más optimistas hace cuatro meses podían pensar que un gobierno de izquierdas les iba a allanar el camino como se lo ha allanado este Gobierno. Aunque con la boca pequeña dicen que no comparten la reforma porque tenía que ir más allá, obviamente están aplaudiendo con las orejas, por lo bajinis. Están contentísimos. No lo podían ni imaginar. Ni en sus sueños, ni en sus fantasías aparecía una reforma tan a su medida.

AH: La patronal en este país, primero tiene un problema de liderazgo y eso no está ayudando tampoco mucho en el contexto en el que se está. Salió corriendo de las mesas de negociación cuando el Gobierno anunció que legislaría, porque no iba a encarecer el despido, y con la reforma de las pensiones, tiene un principio y es que la Seguridad Social es un cáncer.

 

Diferentes dirigentes de las organizaciones empresariales de la Comunidad están aconsejando que se denuncien los excesos de los piquetes…

AP: Los piquetes ejercen un derecho constitucional. Pedimos a las fuerzas de seguridad que actúen en defensa de los piquetes y que garanticen el ejercicio libre de estos a informar sobre el derecho fundamental a la huelga que tienen todos los trabajadores. No puede ser que los empresarios quieran coaccionar también la actuación de los piquetes, porque ya lo están haciendo con los trabajadores, pasando circulares para que señalen si van a acudir o no al trabajo el día de la huelga, lo cual es denunciable.

AH: Que se dejen de demagogia y de calentar el horno, porque los que están generando coacción no son los piquetes porque no están funcionando. Los que están generando coacción en las empresas son ellos, con sus declaraciones, y presionado a la gente, preguntando si van o no a trabajar y que se atengan a las consecuencias, pero eso no se ve.

 

¿Cómo valoran la regulación de la Junta de los servicios mínimos y que van a recurrir las dos organizaciones?

AP: Es una imposición abusiva. Vamos a ir contra la actitud de un Gobierno que ha prevaricado, porque si huelga tras huelga tiene sentencias reiteradas en contra porque son abusivos, no se entiende que repitan. Están coartando un derecho constitucional y vamos a llegar hasta donde podamos, para exigir responsabilidades penales o las que podamos.

AH: Creo que la Junta se ha precipitado, se han pasado de frenada innecesariamente, porque se ha llegado a un acuerdo con la Administración central, a no ser que quieran lanzar un mensaje a los empresarios de aquí estamos también nosotros.

 

¿En una línea, qué mensaje trasladan a los trabajadores de la Comunidad a pocos días de que se desarrolle la jornada de huelga general?

AP: Vale la pena perder una día de salario para avanzar.

AH: Hacer huelga y perder un día de salario es una inversión para el futuro.

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