Como cada año, el domingo más cercano al día de San Antonio (13 de junio) es una fiesta en el municipio de Paradinas. Allí, sus habitantes y aquellos que algún día lo fueron, se reúnen para festejar al Santo, en una tradición marcada de historia y sentimiento. Cada año, una familia organiza la fiesta y hace de la misma un ofrecimiento a sus vecinos. Este domingo la cita comenzó a las doce y media, en una Eucaristía que concluyó para dar paso a una procesión del Santo, desde la Iglesia hasta la plaza de esta entidad menor. Con cánticos, los vecinos regresan hasta el templo, alternando la posesión de las andas de la carroza. Aquella familia que sostiene las mismas cuando la comitiva llega a la Iglesia organizará la fiesta un año después. En esta ocasión los anfitriones , los hermanos  Coco Pascual, pasaron el testigo a la familia Soblechero.

La fiesta es religiosa pero los más pequeños cobran protagonismo, más al final de la procesión. La carroza de San Antonio contiene cerezas y dulces para los niños, quienes antes de introducir al Santo, suben a recogerlas, nerviosos e inquietos  Por último una comida, en esta ocasión, una paella reunió a más de cien personas en el Ayuntamiento. Todos, con un único deseo: que el año que viene todos los vecinos vuelvan a disfrutar de la fiesta. Mientras, San Antonio permanecerá en la Iglesia, esperando su día grande.

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