El Consejo de Ministros ha aprobado la remisión a las Cortes Generales del Proyecto de Ley del Registro Civil, que supone un cambio profundo del actual modelo registral, vigente desde 1957. El Ministerio de Justicia cumple así con uno de sus objetivos clave para esta Legislatura.

La Vicepresidenta Primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, ha destacado que el Registro Civil que ahora se configura ya no supondrá una carga para el ciudadano, sino que será un «un servicio moderno, rápido, accesible y único para toda España».

Una de las principales novedades de este Registro, según la Vicepresidenta, es que los libros tradicionales en los que se registran los nacimientos, los matrimonios o los fallecimientos dan paso a un registro individual para cada persona, vinculado a un Código Personal de Ciudadanía.

Fernández de la Vega ha explicado que con la «nueva Ley» dejarán de expedirse los tradicionales Libros de Familia, que serán sustituidos por certificaciones registrales, que podrán solicitarse a través de Internet.

Habrá una base electrónica de datos común para que los ciudadanos puedan realizar sus trámites en cualquier oficina del país y sólo en casos extraordinarios tendrán que ir personalmente al Registro. La Vicepresidenta estima que en octubre ya se podrán realizar muchos trámites a través de Internet.

Se trata, ha dicho, de un registro desjudicializado, que libera a los jueces de tareas que no aportan valor a su función, y más acorde con el Estado de las Autonomías, «ya que los ciudadanos podrán obtener certificaciones en cualquiera de las lenguas oficiales».

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