“La pandemia, en general, ha conllevado un aumento de peso en gran parte de la población. El no poder salir de casa y limitar muchas actividades cotidianas hizo que gran número de personas se animasen a cocinar, que es algo positivo, pero que cuando se realiza para pasar el rato, se tiende a perder la parte saludable”.
Ese aumento de la ingesta, unido a la falta de ejercicio, han sido los causantes del incremento de peso, explica a Ical la nutricionista palentina Lucía Rodríguez, quien reconoce que se nota el cansancio de esa “falta de libertad”, al tener “en boca” todo el día la pandemia, motivo por el que “se está acentuando el hambre y el comer emocional”.
Esa hambre que “intenta aliviar o canalizar emociones o sensaciones y que aparece de forma urgente para comer con el piloto automático puesto y, la mayor parte de las veces, con preferencia por alimentos con mayor contenido en azúcares y grasas”.
Apuesta por algunos nutrientes que pueden ayudar con la ansiedad, como el magnesio, el omega 3 y el triptófano, los cuales abundan en verduras crudas, plátano, piña, manzana, aguacate, frutos secos, avena, huevos y lácteos. Aún así, desmiente el “mito” de que cierto alimento es necesario para algo en especial o la existencia de los denominados superalimentos.
“Por sí solo no hay ningún alimento indispensable, ni que tenga un beneficio exclusivo. Si tenemos hábitos poco saludables, aunque comamos un superalimento, nuestra salud no mejorará”, recalca la profesional.
Comer conscientemente
Con el fin de evitar que la actual situación no marque la salud y los hábitos alimenticios, Rodríguez explica que se debe procurar tener una despensa saludable, la cual ayude a controlar y evitar los picoteos de alimentos ultraprocesados, así como la práctica de ejercicio diario. Sin olvidar la puesta en práctica “del comer consciente”, razón por la que “es muy importante escuchar al cuerpo cada vez que se vaya a comer y pensar si se tiene hambre y en qué grado”.
“Tomarnos nuestro tiempo, no ir con prisa, prestar atención a lo que comemos y cómo lo comemos. Intentar eliminar distracciones, masticar al menos 20 veces por bocado, y comer de forma lenta, sentados, en un lugar tranquilo y disfrutando del momento”.
Todo ello unido al consumo de alimentos locales y de temporada debido a su mejor sabor, mayor calidad y precio. Con la llegada de la primavera, recuerda que la variedad de frutas y verduras aumenta mucho, lo que facilita esta opción, agrega la nutricionista.
Para atajar las restricciones y los tradicionales picoteos o cenas fuera de casa, la opción “más fácil” es cocinar en familia versiones de los platos favoritos o preparar picoteos saludables, como palomitas caseras, queso semicurado, brochetas, guacamole o hummus, por ejemplo.
“Por cultura, celebramos y disfrutamos de la familia y amigos alrededor de la mesa, pero hay muchos más planes”. Alternativas como rutas por la Montaña Palentina, conocer pueblos cercanos o una merienda saludable en el Monte el Viejo, entre otras ideas.
Operación bikini
Como todos los años por estas fechas, ese “riesgo siempre aumenta, al ofrecerse resultados rápidos, demasiado rápidos muchas veces, a costa de una inversión de dinero muy alta”. “Las dietas milagro pueden funcionar a corto plazo, pero a largo plazo son insostenibles”, asegura a Ical.
Puntualiza que todo este tipo de dietas “drásticas pueden tener consecuencias peligrosas para la salud, además de fomentar una mala relación con la comida y ser causantes de muchos trastornos de la conducta alimentaria”.
Por ello, deja claro que “el mejor momento para ponerse a dieta es hoy, empezando por un pequeño cambio”. Es decir, paso a paso e incluyendo de forma progresiva hábitos que se mantengan y se acerquen a cada objetivo.
Rodríguez traslada que el éxito está en la adherencia y constancia de hábitos saludables, y señala que “hay una idea muy errónea de entender la dieta como algo momentáneo, sacrificado y aburrido”.
“Falta mucha educación alimentaria y aprender a disfrutar de la comida con alimentos saludables, ya que hay vida más allá de la lechuga y pechuga, y sin remordimiento por consumir ciertos alimentos”.
Pérdida de peso segura
En relación a los puntos clave para perder peso de una manera segura y correcta, desgrana que es necesario, en primer lugar, contactar con un dietista- nutricionista o técnico superior en Dietética con titulación oficial, de forma presencial u online, que asesore y guíe en los cambios de hábitos.
“Hay que huir de todos aquellos que prometan resultados muy rápidos y objetivos de pérdida de peso poco realistas”. De ahí que haya que mantener una alimentación saludable, en la que se incluyan frutas y verduras a diario para evitar déficit de vitaminas y minerales, comenta la profesional.
Además, recomienda no eliminar los carbohidratos de la alimentación, con pan, pasta o arroz, y ser consumidos en cantidades adecuadas en base a la actividad que se realice.
Todo ello sin olvidar la importancia de “tener una vida activa y realizar actividad física diaria”, así como “aprender a gestionar” de forma adecuada el estrés, conjugados con siete u ocho horas para dormir, sentencia Lucía Rodríguez.