Dice Javier Cámara que él es feliz en Málaga . El calor del sol y el del público malagueño consiguen que los actores y directores se sientan muy arropados en su festival. Un certamen hecho para el cine español y en el que los fans tienen más protagonismo que en ningún otro. Para bien y para mal.

En esta edición, la número 14, ha habido de todo, como en botica: gritos de niñas histéricas intentando arrancarle la americana a Mario Casas, olor a espeto por el paseo marítimo, silbidos y aplausos al final de un pase de prensa, donuts gratis, trapicheos con entradas, etc. He estado cuatro días allí y he tenido ocasión de ver algunas películas de diferentes secciones y entrevistar a bastante gente. Y así os lo cuento en este post.

Mi primera misión era llegar a tiempo a la rueda de prensa de ¿Para qué sirve un oso? Teníamos entrevistas concertadas con Javier Cámara, Gonzalo de Castro y Tom Fernández, el director. También tuvimos la oportunidad de hablar con Oona, hija de Geraldine Chaplin, una actriz guapísima que irradia dulzura y que también sale en la peli. Cámara fue, como siempre, encantador. Parece que nuca se cansa de sonreír, hablar con la prensa o buscar la broma.

Por la tarde inauguración. Alfombra roja con los protagonistas del festival y con muchos rostros de la televisión (algo muy típico de Málaga). La plaza del teatro Cervantes se convirtió en un hervidero de chicas que rondaban los 17 años, pidiendo un hijo de Mario Casas, de Hugo Silva o, en el peor de los casos, de los dos. La película de Tom Fernández era la encargada de inaugurar la sección oficial y el equipo de la película (con la ausencia de Emma Suárez) llegó para cerrar el desfile de famosos de la noche. Dentro del Teatro Antonio de la Torre y Rosi de Palma preparaban el discurso de bienvenida.

Fernando González, el director de Fuga de cerebros y 3 metros sobre el cielo, visitó el festival para hablar de su próximo proyecto, Tengo ganas de ti, la segunda parte del libro de Federico Moccia. Nos contó que comenzará el rodaje en el mes de mayo y que aún no saben qué actriz será la encargada de interpretar a Gin, la tercera en discordia de la historia amorosa entre H y Baby. El caso es que a Fernando el festival le debe dar suerte, o a lo mejor el causante es Mario Casas. Porque todo lo que tocan juntos, lo convierten en oro. Tengo ganas de ti huele a taquillazo.

Los de No lo llames amor, llámalo X, pasearon su historia de pornografía en una alfombra roja, a las 5 de la tarde y con 25 grados pero, como dijo el director de la cinta Oriol Capel, “cualquier hora es buena para el cine porno”. Con esta carta de presentación llegó a Málaga la nueva comedia del guionista habitual de Nacho García Velilla (Fuera de Carta, Que se mueran los feos) que ahora debuta con todo el elenco de Aída. Paco León se llevó casi todos los aplausos y con su desparpajo atendió a la prensa y sofocó la histeria de las fans.

La falta de organización se hace patente en el festival cuando se trata de concertar entrevistas. La de Carlos Bardem, por ejemplo, con quien quería hablar por ser miembro del jurado de la sección oficial, nos resultaba imposible de conseguir. Pegas de horario, lugar… Finalmente nos concedieron 5 minutos con él. En un ataque de pesimismo dijo que el cine español no va tan bien como algunos piensan y que las buenas cifras no son tan buenas si apartas Torrente 4. El “hermanísimo” nos habló también de su nuevo proyecto, la adaptación cinematográfica de Alacrán enamorado, la novela que escribió hace un par de años y que ya tiene distribuidora. Poco más le dio tiempo a decir en 5 minutos.

Me gustó especialmente la película de Max Lemcke: 5 metros cuadrados. Una comedia dramática sobre las trampas inmobiliarias en las que caemos todos los días, protagonizada por Fernando Tejero y Malena Alterio. Un guión muy bueno que, además de decir verdades como puños, te inquieta, te divierte y te sobrecoge. También me reí muchísimo con Amigos, la primera película de Borja Manso y Marcos Cabotá. Una dura crítica a la telebasura que, paradójicamente produce Telecinco y que creo que tiene el premio del público asegurado. Ernesto Alterio y Diego Martín son los actores perfectos para esta película.

También hubo chascos. Como el que me llevé con Memorias del desarrollo, una insufrible película que, a modo de collage, nos mostraba la vida de un hombre que abandona Cuba por los Estados Unidos y se da cuenta de que no cree en nada, no siente nada, no es capaz de dirigirse hacia ninguna parte y no empatiza con nadie. Para mí, la antipelícula.

Y lo mejor del festival: José Luis Alcaine. Un hombre que  lo es todo para el cine español y que desprende simpatía y humildad en cada frase que dice. Estaba emocionado porque el Festival le rendía un homenaje y nos concedió una de las mejores entrevistas.

Como siempre, en los últimos 4 años, me tengo que volver a Madrid con el festival a medias, así que me quedo con ganas de todo: de más películas, de más alfombra, de más famosos. Porque parece que el cine español muchas veces no interesa y en Málaga, sin embargo, se escribe con mayúsculas.

 

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