El pasado martes se celebraba el Día Mundial del Reciclaje, una fecha que nace para poner en valor este hábito ambiental que se va consolidando cada vez más también entre los ciudadanos y ciudadanas de Castilla y León.

Prueba de ello es que, desde 2017 hasta 2021, el uso del contenedor amarillo en Castilla y León ha crecido un 32,3%, lo que refleja que el reciclaje de envases es un hábito asentado entre la sociedad castellana y leonesa. Así, durante el año pasado, cada ciudadano depositó 15,3kg de residuos -frente a los 11,6kg de 2017- en los 15.558 contenedores amarillos que hay a disposición de los ciudadanos de la región, el equivalente a bajar la bolsa de envases una vez cada seis días, aproximadamente.

En el caso del contenedor azul, el aumento de su uso en el último lustro ha sido de un 6,6%. Durante el año pasado, Castilla y León separó y depositó 19,4 kg de envases de papel y cartón en los 21.803 contenedores azules que hay situados en la vía pública para reciclar, una bolsa cada ocho días. Esta cifra se situaba en los 18,2kg de media por habitante en 2017.

El consejero de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, Juan Carlos Suárez Quiñones Fernández, ha reiterado que, en materia de residuos, se intensificará el desarrollo del Plan Integral de Residuos de Castilla y León, con especial atención a la recogida separada, impulsando los principios de economía circular, apoyando la valorización material y energética de los residuos y reforzando las actividades de formación e información ambiental , fundamentales para conseguir una sociedad más formada y por tanto más concienciada, esencial para el éxito de cualquier política ambiental.

Por su parte, Ángel Hervella, director de Gestión Local y Autonómica en Ecoembes, destaca que “estos datos son el reflejo del esfuerzo que el conjunto de la sociedad de Castilla y León está llevando a cabo en materia de reciclaje y circularidad. La Comunidad Autónoma ha dado un salto cualitativo en este hábito, consiguiendo en solo 5 años un aumento del 32,3 % en el uso del contenedor amarillo: hay voluntad y ganas de seguir avanzando”.

Además de a través de los contenedores de la calle, los envases domésticos se recogieron también en otros espacios, como en los más de 3.000 puntos de reciclaje situados en lugares de gran concurrencia (oficinas, hoteles, restaurantes, bares y cafeterías, así como centros deportivos, entre otros).

Así, solo en 2021, la región mandó a instalaciones recicladoras un total de 67.688 toneladas de envases de plástico, metal, brik, papel y cartón, que contribuyeron de forma significativa a las 1.570.513 toneladas de envases enviadas a instalaciones recicladoras a nivel nacional. De esta forma, se evitó la emisión de 2,05 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera, el equivalente a lo que emiten las calefacciones de Asturias en un año. Además, se ahorraron 20,50 millones de m3 de agua y 5,27 millones de MWH de energía.

La colaboración, factor fundamental para continuar mejorando en reciclaje

Lograr estos datos solo es posible con la participación activa de todos los actores que forman parte del ciclo del reciclaje, así como la puesta en marcha de diversas iniciativas y proyectos para promover la recogida selectiva de los envases.

Así, destaca la implantación del contenedor amarillo en todos los barrios de Valladolid. En concreto, a lo largo del 2021, se instalaron cerca de 1.130 contenedores amarillos en las calles de la ciudad para que sus 300.000 habitantes puedan separar adecuadamente sus envases de plástico, latas y briks. Además, también el año pasado, llegó al municipio de Aranda de Duero el Sistema de Devolución y Recompensa (SDR) RECICLOS. Este SDR, destinado a fomentar el reciclaje de latas y botellas de plástico de bebidas a través de recompensas sostenibles y sociales para los ciudadanos recicladores, supone un paso más en la evolución del actual sistema que gestiona Ecoembes. RECICLOS está ya presente en 255 contenedores amarillos de la localidad burgalesa, a los que se les ha incorporado tecnología para que el usuario pueda recibir las recompensas cuando vaya a reciclar.

En la Comunidad Autónoma también se apostó de manera decidida por la educación ambiental y la sensibilización ciudadana. Así, en el curso 2020-2021 ya eran más de 100 los docentes de Castilla y León que formaban parte de Naturaliza, el proyecto de educación ambiental de Ecoembes que busca llevar el medioambiente a las aulas. Además, a lo largo del pasado año, casi 2.000 castellanos y leoneses liberaron de basuraleza 205 espacios naturales de la región gracias a su participación en LIBERA, el proyecto creado por SEO/Birdlife en alianza con Ecoembes para concienciar sobre la problemática de la basuraleza.

A estas iniciativas se suma la implicación de 78 ecoalbergues castellanos y leoneses que forman parte del “El Camino del Reciclaje”, un proyecto en el que Ecoembes busca concienciar a los peregrinos acerca de la conservación del Camino de Santiago, promoviendo el reciclaje de envases que van generando durante cada etapa y la lucha contra el abandono de residuos.