El número total de agresiones comunicadas al Colegio de Médicos en el año 2020 en Castilla y León, asciende a 17, lo que supone 1,1 por cada 1.000 colegiados (15.512 en la Comunidad). La tasa revela un descenso de las agresiones en la Comunidad, donde el año anterior se situaba en 1,37.
Un informe de la Organización Médica Colegial de España (OMC) revela que la tasa de agresiones a médicos en la Comunidad, se situó por debajo de la media nacional de 1,63 denuncias por cada mil colegiados. La ratio en España también se redujo respecto al 2,57 de 2019, con 441 casos, un 35 por ciento menos.
Es Andalucía donde se produjo el mayor número de agresiones (110 en 2020), seguida de Cataluña, Madrid y Comunidad Valenciana. Analizando la incidencia, Cantabria (4,22) y Extremadura (4,06), son los territorios donde se registró la tasa de incidencia acumulada de agresiones superior.
El Observatorio Nacional de Agresiones de la OMC destaca que en España, de las agresiones sufridas por los facultativos, el 57 por ciento correspondió a mujeres frente al 43 por ciento de los hombres, un dato que “consolida la tendencia de los últimos cinco años en los que las mujeres sufren la mayor parte de las agresiones”.
Uno de los datos más relevantes de las estadísticas de 2020 es el importante aumento de las agresiones registradas dentro del ámbito de la Atención Primaria, que supone más de 50 por ciento de los casos (52 por ciento) frente al 43 por ciento del año anterior. A este ámbito le siguen los hospitales (17 por ciento), urgencias de atención primaria (diez por ciento) y urgencias hospitalarias (nueve por ciento).
Respecto a los diferentes tipos de agresiones sufridas, en nueve de cada diez casos se produjeron insultos y amenazas, mayoritariamente a mujeres (60 por ciento), mientas que el diez por ciento restante fueron agresiones que acabaron en lesiones físicas, sufriéndolas a la par hombres y mujeres. Respecto a 2019 destaca el incremento de los insultos un diez por ciento
En este sentido cabe destacar que, en 2020, y debido a la situación derivada de la pandemia por COVID19, el 29 por ciento de las agresiones registradas se realizaron por vía telefónica o telemática, frente al 71 por ciento restante. Este nuevo contexto sanitario y asistencial ha provocado un cambio respecto a la consecuencia de las agresiones que en 2020 fueron mayoritariamente No Físicas (56%) frente al 44% de las Físicas, invirtiendo la tendencia por primera vez en los últimos años.
Otro dato que pone en relieve el informe de los años 2019 y 2020 es que cada vez más profesionales reciben apoyo por parte del centro de trabajo. En concreto en 2020 el 57%, lo que supone casi el doble de los datos que se registraban en 2011 y 2012.
Acerca de las agresiones que han conllevado una baja laboral se observa una línea estable en los últimos años que en 2020 registró un porcentaje del 17 por ciento, un dato ligeramente superior al alcanzado en 2019 (15 por ciento).
El 40 por ciento de las agresiones se producen por discrepancia con la atención médica recibida, y un siete por ciento motivadas específicamente por causas relacionadas con la COVID-19. Aunque en menor medida, también son motivos de agresiones el no recetar lo propuesto por el paciente (diez por ciento), y el tiempo en ser atendido (once por ciento).
La proporción de las diferentes causas de agresiones ha variado en el tiempo, aumentando las discrepancias con la atención médica (5,4 por ciento desde 2010), el no recetar lo propuesto por el paciente (1,6 por ciento desde 2010) y el tiempo en ser atendido (0,9 por ciento desde 2019).
Respecto al tipo de ejercicio en el que se ha producido las agresiones en el año 2020, también mantienen datos similares a los de años anteriores con una clara preponderancia del ejercicio público (86 por ciento) frente al privado (14 por ciento). De todas las agresiones, un 8% se producen fuera del horario y entorno laboral.
En la distribución por edades el informe resalta que las agresiones las sufren mayoritariamente los colegiados entre los 56 y los 65 años, seguidos de los de 36 y 55 años. Por el contrario, los que menos sufren las agresiones son el grupo de edad de menos de 46 a 55 años, y especialmente los mayores de 66 años.
En cuanto a la tipología de los agresores en el año 2020, los datos muestran que son principalmente pacientes programados (52 por ciento), seguidos de los pacientes no programados (25 por ciento) y los acompañantes (21 por ciento), lo que supone un incremento de los pacientes programados. Cabe señalar que en los tramos de edad inferiores a 60 años el perfil mayoritario es el del hombre mientras que en el tramo superior a 60 años son las mujeres las principales agresoras.