La falta de lluvias y las altas temperaturas estropearon el arranque de la campaña micológica en distintas comarcas de Castilla y León, que se dio el mes pasado. En la zona de Pinares, de Soria y Burgos, comienzan a dejarse notar las pérdidas en el ingreso económico de recolectores, la falta de actividad en las industrias del sector y la escasez de ocupación de alojamientos turísticos y restaurantes. Varias asociaciones y ayuntamientos programan con incertidumbre las jornadas micológicas en las respectivas localidades.
Las previsiones meteorológicas no son nada halagüeñas. El mes de octubre arrancará sin la preciada lluvia para los montes de las comarcas más productivas para el recurso micológico en la Comunidad. Turismo, industria y población local comienzan a hablar de pérdidas.
“Esta temporada no va a haber hongos”. Afirma con rotundidad el alcalde de Covaleda (Soria), Hilario Rioja, representante de un Ayuntamiento que rechazó la entrada del término en la regulación micológica del proyecto Myas RC, ya implantado en varias comarcas de Castilla y León.
Los datos del inventario semanal que se actualiza en el Departamento de Investigación y Experimentación Forestal de Valonsadero en Soria desde hace más de 15 años ponen de manifiesto que el 60% de la producción de setas en los bosques está directamente relacionada con las reservas de agua y las temperaturas del suelo.
Ayer viernes los comedores de los restaurantes de Navaleno (Soria) estaban prácticamente vacíos. En otras temporadas, y por estas fechas, grupos de aficionados a la micología acuden el fin de semana para adentrarse en el monte y recoger los tan preciados boletus o níscalos.
“Lo de las setas se nota”, dice Víctor, del Mesón El Hachero, establecimiento que acaba de abrir a la nueva temporada tras el periodo de vacaciones del mes de septiembre
El nombre común de los boletus edulis en distintos lugares de Castilla y León es de “migueles”. La proliferación de esta apreciada seta arrancaba con la fecha de San Miguel, el 29 de septiembre. Desde hace años, y con un paulatino retraso, la mayor recolección de carpóforos se centra en los días de la fiesta de La Virgen del Pilar.
“Vengo con unos amigos y como setas no hay nos vamos a Las Lagunas de Neila”, dice Víctor, de Zaragoza, quien se ha comprado una casa en Navaleno para aprovechar fines de semana como éstos de las setas, ya que antes sólo venían en verano.
Ayuntamientos y asociaciones de zonas forestales ya comienzan a preparar las jornadas micológicas de la temporada. El próximo fin de semana, del 7 al 9 de octubre, se organizan las actividades en Molinos de Duero (Soria), promovidas por Ángel Leiva y Marisa Díez, unidos a la Asociación Micológica Caesaraugusta de Zaragoza.
En el programa se incluye también la muestra de setas al natural durante la jornada del domingo día 9. “La exposición se hará en función de que tengamos setas para poder montarla”, dice Ángel Leiva, asegurando que “si no se puede realizar la vamos a posponer para finales del mes de octubre”.
Leiva recuerda la escasez de setas durante estas semanas. “Si quieres hongos te tienes que subir a los altos”, en referencia a las zonas de mayor altitud que han recibido el agua de algunas de las tormentas del pasado mes de septiembre.
La Asociación Micológica de Navaleno ya ha programado las XIX Jornadas Micológicas del 23 de octubre al 1 de noviembre. Uno de los socios, Benedicto Munera, ya está pidiendo a la directiva que se soliciten los permisos oportunos para poder recolectar en zonas del norte de la provincia de Burgos o parte de Cantabria, donde la lluvia ha sido más abundante y la variedad de setas es mayor para poder preparar la exposición del 29 de octubre al 1 de noviembre.
El uso divulgativo de las setas también está sufriendo un duro revés. El Centro Micológico de Navaleno ha tenido que suspender las visitas guiadas por los alrededores, y programadas para los sábados. Este año, y al entrar la zona en la regulación, han de cobrar a cada participante dos euros por el paseo en el monte, además del coste de la visita guiada.
En la industria, la falta de setas está paralizando la producción. “No podemos comprar por la zona, la gente coge unos pocos nícalos y algún hongo, y eso no es rentable”, dice José Bengoechea, gerente de Wild Fungi, la empresa de transformación ubicada en Cabrejas del Pinar (Soria)
Bengoechea recuerda que “el año pasado por estas fechas ya había edulis”. Para el gerente de la empresa cabrejana “ahora es el tiempo de los edulis, y ya a finales de octubre se puede coger el pinícola si la temporada viene normal”.
Soria a la cabeza
Las estadísticas sobre producción media otoñal de boletus en el área de Urbión, entre Soria y Burgos apuntan que sólo 6 de los 14 años objeto de estudio, desde 1995, se superó la producción media, siendo el año 1997, con más de 80 kilos de producto por hectárea, el mejor de los últimos tres lustros.
Los expertos estiman que la producción media potencial de hongos silvestres comestibles en los bosques de Castilla y León puede alcanzar las 31.400 toneladas, llegando incluso a triplicarse el valor en los años buenos.
Por provincias, Soria acapara el 17 por ciento; Burgos, el 15 por ciento, y León, Segovia y Salamanca, el 14. En el extremo opuesto se sitúan las provincias de Ávila (diez por ciento), Zamora (ocho), Palencia (cuatro por ciento) y, a la cola de la producción, Valladolid, con tan sólo el tres por ciento.
Según los datos de las últimas campañas, la recolección de setas en Castilla y León implica al 54 por ciento de la población rural, con un potencial de 500.000 recolectores. El 14 por ciento de esa población vende el producto, estimándose una capacidad para recolectar y comercializar de más de 17.000 toneladas de setas en años de buena producción, con una generación potencial de rentas directas a los recolectores de 65 millones de euros al año.