Apenas 150 días le separan de su primera reválida seria en Castilla y León y el secretario general del PSCyL y candidato a la Presidencia de la Junta, Óscar López (Madrid, 7 de abril de 1973) esboza en esta entrevista concedida a la Agencia Ical, alguna de las ideas-fuerza con las que pretende convencer al electorado de que “le de una oportunidad” para el cambio. Las mujeres y los jóvenes serán el eje de su campaña que, reconoce, no se producirá en el mejor momento para su partido. Respetuoso con los procedimientos no quiere avanzar nombres concretos en las listas autonómicas, pero si advierte de que no primará un criterio orgánico y que habrá un portavoz económico fuerte. Óscar López no rehuye los debates. Así, responde a UGT y quienes le han pedido que se desmarque del discurso del Gobierno que el hecho de que “el PSCyL y el PSOE coincidan en su planteamiento es menos sorprendente a que lo haga UGT con un Gobierno de derechas”. Del mismo modo, dice sentirse a gusto en el debate sobre infraestructuras, aunque reconoce que hay retrasos en los plazos del Gobierno y asegura que “hay que dar una vuelta” a las diputaciones. Contesta también a las líneas de crítica que le formulan desde el PP y asegura que pisa “el doble de territorio que Herrera”, insiste en que su vida política está en la Comunidad, aunque reconoce que abrirá una reflexión si en las elecciones de mayo no se alcanzaran sus expectativas. Frente a sus ganas, contrapone las de Herrera, de quien dice que “no es inteligente elegir capitán del barco en plena tormenta, a quien está deseando abandonarlo”. En el debate nacional, sostiene que es a Zapatero a quien le corresponde decidir si vuelve a presentarse y, en caso de no hacerlo, asegura que se deben respetar los cauces del partido –primarias incluidas- para elegir al nuevo candidato.

 

El Gobierno y el PSOE viven sus horas más bajas. ¿Cómo lo vive el partido en la Comunidad, cuál es el estado de ánimo suyo y del resto de candidatos?

Es evidente que si hubiera un momento nacional mejor, sería mejor. Creo que cada proyecto es cada proyecto. El PSCyL tiene un proyecto de futuro y hay sitios donde tenemos más posibilidades y en otros menos.

 

¿Contemplan que la gestión del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, les pase factura?

Nosotros no vivimos en una burbuja. Es evidente que todos los gobiernos del mundo, y también el de España, tienen un desgaste por la crisis. Eso afecta al PSOE, pero le afecta en Valladolid, en Cádiz y en Bilbao, evidentemente. Creo que la gente cuando vota en autonómicas, vota en autonómicas, y en municipales, vota en municipales. Espero y confío que la gente sepa evaluar que en Castilla y León hay un proyecto, que acaba de arrancar hace dos años. Es un proyecto que si algo significa es el futuro de Castilla y León.

 

¿Cuáles serán las líneas maestras de la campaña del candidato socialista a la Junta?

El eje central de esta campaña va de que la gente elija entre el futuro y el pasado. Esta es la realidad: la gente va a tener que elegir entre unos señores que llevan casi 25 años gobernando esta Comunidad, con las puertas abiertas para que salgan los jóvenes y abandonen esta tierra por falta de oportunidades, o alguien que viene con la legitima ambición e ilusión de darle a un futuro a esta Comunidad. Por tanto, la gente va a tener que elegir entre futuro o pasado, cambio o no cambio: nosotros representamos el cambio y el futuro. Pero creo que el cambio no lo puede conseguir el PSOE: el cambio lo pueden conseguir y lo deben conseguir las mujeres y los jóvenes. El 52 por ciento de la población de esta Comunidad, según el CIS, quiere cambio, por tanto la mayoría. Esta cuestión es central, y voy a hacer un llamamiento a las mujeres y los jóvenes porque ellos son quienes pueden cambiar esta Comunidad. O las mujeres y los jóvenes se implican en el cambio o no habrá cambio en Castilla y León.

 

Y cómo les va a animar a implicarse…

Les quiero hacer participes de ello. Les quiero decir que no es verdad que todos los políticos son iguales o que no hay futuro en esta Comunidad, y que lo bonito de la democracia es que se puede comparar. Por tanto, que prueben y comparen.

 

En el acto de Ponferrada esbozó las siete líneas de actuación de una forma general y que pueden compartir los dos partidos, ¿podría concretar algunas de sus propuestas?

Este es el problema, que piensa que podemos compartir todo. Pero no es verdad, porque cuando vemos lo que ha hecho la Junta, una cosa es el discurso oficial y otra lo que se hace. Pongo un ejemplo: durante dos elecciones yo he sido rival de Jesús Merino en Segovia, como cabeza de lista, los dos hablábamos de honradez en política y no es lo mismo, ¡claro que no! Ese es el problema. No es lo mismo unos señores que se pasan el día diciendo que no hay un problema de despoblación en esta Comunidad y que insultan a la inteligencia al decir que su Agenda de la Población ha tenido efectos mágicos incluso antes de estar aprobada. Hay que sentarse y hacer una ordenación definitiva de Castilla y León: esta Comunidad no tiene un problema identitario. Yo creo que la gente quiere sentir más a su Gobierno autonómico y quiere igualdad. Valladolid es un motor de esta Comunidad y lo tiene que seguir siendo, pero la Junta tiene que llegar a todas las partes; un ciudadano de Soria o de Zamora tiene que sentir a su Gobierno autonómico. Y eso es lo que no se siente hoy.

 

Y esta ordenación del territorio que proponen, ¿qué papel reservan a las diputaciones provinciales?

Soy de los que creen que hay que dar una vuelta a las diputaciones provinciales. No quiero hacer propuestas que no sean desde el consenso y hablado con todo el mundo. Tengo mis ideas pero no las quiero avanzar hasta que las demos una vuelta. Creo que las diputaciones cumplen un papel muy importante como administración pegada al territorio, pero deberían de tener fórmulas de mayor democratización y transparencia. Lo que no pueden ser son órganos caciquiles de reparto de dinero, como dijo la consejera de Agricultura, Silvia Clemente, de la Diputación de Segovia. Hay que democratizar y hacer más transparentes las diputaciones provinciales.

 

¿Pero qué ofertas concretas habrá para decidir si se quiere apoyar a su proyecto?

Todas las propuestas van a ir en el programa electoral, van a ser concretas y estarán cuantificadas y con una memoria económica, para que sean creíbles. El problema fundamental, aunque a alguno no le parezca importante, está en el empuje político, en la ambición, que es lo que no tiene la Junta. Las propuestas ya las estoy haciendo, como en Sanidad que es para mi lo más importante y ahí me comprometo a que la Junta no promoverá la construcción de ningún hospital privado más y a que haya un mapa sanitario digno en esta Comunidad, con actuaciones concretas como la construcción de tres nuevos hospitales: en el Valle del Tiétar, en Guardo y en Benavente.

 

¿Cómo plantea la campaña?

En la campaña, el PP no va a querer hablar de Castilla y León: va a hablar de España y de Zapatero; pero nosotros vamos a hablar de Castilla y León, es la estrategia. Si quieren hablar de España y de Zapatero, que se presenten a un congreso, que quiten a Rajoy y se pongan ellos, pero en esta Comunidad hay un Gobierno que cobra por ello y unos consejeros que tienen un sueldo de todos por gobernarla. Ya esta bien de hacer la estrategia del avestruz después de 25 años.

 

Usted siempre habla de la responsabilidad de la Junta y de sus competencias, ¿cómo puede hacer que cale en los ciudadanos el balance de esa gestión?

Es evidente que hay que hacer más Comunidad en Castilla y León y quien puede hacerlo es el Gobierno. Yo en lo que he podido lo he hecho, como por ejemplo en los acuerdos de cajas y Plan de Convergencia, pero creo que se hace Comunidad desde el Gobierno, y no lo va a hacer quien no lo ha hecho desde hace 25 años. Por eso yo lo que pido a la gente es que nos de una oportunidad a gente nueva, que viene con ilusión, con ambición, con ganas. Si a algo me comprometo es a no hacer lo que hacen ellos. Yo me comprometo a que la gente vea la Comunidad, sienta la Comunidad, vea que su Gobierno no se quita de en medio y responde a las cuestiones. A que se le vea también fuera de Castilla y León. En resumen, todo lo que siento y quiero decir, lo puedo condensar en una frase: la de cosas que se pueden hacer en esta Comunidad con un gobierno que gobierne, que tenga un poco de ilusión, de ambición y con un presidente que se le conozca, que salga y que pinte.

 

Se ha referido a cuestiones de infraestructuras, pero es difícil justificar a un ciudadano de Soria que proyectos como la Autovía del Duero estén como están…

Reconozco que en el Gobierno de España hay retrasos, pero en la Junta no los hay porque no hay plazos, ni una obra planificada de las comprometidas. Los grandes ejes de Castilla y León son la Autovía de la Plata, hecha por el Gobierno de Zapatero; la León-Valladolid, que está tardando demasiado y que tenía que estar hecha ya desde hace mucho tiempo, y la Autovía del Duero, seguramente una de las carreteras que más complicaciones ha dado en la historia y donde ha faltado voluntad política. Ya no tenemos un problema de voluntad política, se han tomado las decisiones y todo el tramo de la provincia de Soria está en obras. Que se han incumplido los plazos, sí; sí tiene que ser más rápido, pero se está haciendo. Podemos repasar todas las autovías porque yo, en materia de infraestructuras, estoy a gusto. Si en algún tema puedo debatir con el PP, es en infraestructuras. Digo más: en esta Comunidad, el Gobierno de España paga sus competencias y las de la Junta porque el plan de convergencia incluye 47 millones para carreteras de esta Comunidad. Más le valdría al PP que estuviera callado en esta materia.

 

Ha denunciado una privatización soterrada de servicios públicos, ¿por ejemplo?

Cuando alguien no construye ni una residencia para mayores en veinte años, lo que está permitiendo es que haya negocio para que otros lo hagan por lo privado. No ha habido una apuesta política por la construcción pública. En Burgos, guste o no, es la primera experiencia con hospital privado y creo que están hasta arrepentidos quienes lo promovieron porque estaban convencido de que iba ser más rápido y barato y la construcción del hospital de Burgos está siendo un dolor. No ha sido un buen ejemplo.


En los últimos días se le ha pedido que se desmarque del mensaje de Zapatero. La última en hacerlo ha sido UGT ¿Su condición de diputado le ha dificultado al partido diferenciarse de posturas del Gobierno central que, a priori, podrían perjudicar a la Comunidad?

Que el PSCyL y el PSOE suelan coincidir es un poco menos sorprendente de que lo haga la UGT y un Gobierno de derechas como el de Castilla y León. Este partido ha defendido siempre aquello en lo que cree y cuando hemos discrepado del Gobierno –cosa que no hizo Herrera con Aznar- el PSCyL lo ha hecho con contundencia y sin ninguna ambigüedad. Por ejemplo, en el almacén centralizado, donde la Junta estaba negociando con el Gobierno para acogerlo.

 

Del uno al diez, ¿qué nota, qué grado de satisfacción tiene con la respuesta del Gobierno a cuestiones planteadas desde Castilla y León?

No voy a poner nota, porque luego se ofende el portavoz de la Junta. En esta vida siempre se puede conseguir más, pero no reconocer que la inversión de un año en infraestructuras es la misma que en tres años del Gobierno de Aznar, es injusto; no reconocer que, en plena crisis, Fomento ha ejecutado 1.900 millones de euros, es una burrada y una injusticia profunda. ¿Se puede conseguir más? Sí y yo lucharé por ello, pero es profundamente hipócrita y cobarde ir a Madrid a conseguir la foto con el ministro, poner la mejor sonrisa y luego venir aquí y criticarle.

 

Se le critica ser candidato de fin de semana y de estar más pendiente de Madrid que de aquí…

Diré varias cosas. Un análisis de mi agenda comparada con la de Herrera demuestra que piso el doble de territorio que Herrera todos los meses. Yo desarrollo mi proyecto político y vital en la Comunidad. Vivo Castilla y León y duermo donde puedo… algunas noches en León, otras en Valladolid, muchas en Madrid porque también soy diputado y tengo una cuestión familiar, como mucha gente de esta Comunidad, que vive separada de su familia en el día a día. Ahora bien, yo soy vecino de Riaza desde el año 2003, cosa que no pudo decir Aznar cuando fue presidente de esta Comunidad y mi futuro político y vital pasa por Castilla y León, y solo por Castilla y León. Sé que el PP va a centrar toda la campaña en cuestiones personales. Yo no lo haré. Dicho de otra forma: decir que no puedo gobernar Castilla y León porque mi familia vive en Madrid es como si yo dijera que Herrera no puede gestionar el futuro de las familias porque no tiene una, pero yo no lo haré.

 

Después de dos años, ¿qué opinión le merece Juan Vicente Herrera?

Jamás haré una valoración personal de Juan Vicente Herrera, aunque él las haga de mí. Políticamente lo más que se puede decir es que no es inteligente elegir capitán del barco en plena tormenta a quien está deseando abandonarlo. Lo que no se puede tener es a un presidente que lo es para que su partido no tenga un problema y que no tiene ninguna vocación, ninguna ambición y ninguna ilusión.

 

Entramos en la cuestión de las listas ¿Estarán en las candidaturas autonómicas personas de peso en la Ejecutiva como Pedro José Muñoz, Julio López o Ana Sánchez?

Los procedimientos de mi partido me impiden hacer las listas en este despacho. Creo que el Grupo Socialista es como cualquier otro, hay gente que ha hecho una tarea extraordinaria y otros que la han hecho menos. Nosotros tenemos la mejor voluntad de hacer listas que sean muy consensuadas y se están dando los elementos y las condiciones para conseguir un excelente grupo en las Cortes, donde no va a primar el criterio orgánico, sino la valía profesional y personal y la especialización por áreas.

 

En etapas anteriores, algunas listas han servido para dar salida a cargos locales que se caían de otras candidaturas.

Cuando vean las listas, coincidirán conmigo en que va a ser una candidatura de peso político, sobre todo de valía. ¿Cómo tiene que ser una buena lista? Tiene que haber gente que sepa de economía, de educación, de sanidad; eso va a ser lo que va a primar. La economía ahora mismo es fundamental, pues hay que tener un buen portavoz de Economía, ese será el criterio. Ahora más importante que el Grupo, que lo es y mucho, será el Gobierno que haga después de 2011.

 

¿Pueden incorporar personas independientes como han hecho en algunas alcaldías como Salamanca, Ávila o Ponferrada?

Por supuesto que sí. No lo descarto.

 

En septiembre, cuando presentó los candidatos a las ciudades, vaticinó que van a gobernar en más alcaldías, ¿lo mantiene?

Yo lo mantengo e incluso me juego una comida con ustedes. Lo que digo es que el PSOE tendrá más alcaldías en capitales que la última vez y, por lo tanto, más que el PP.

 

¿Es cierto que usted estaba en la terna para asumir la Secretaria de Organización, que recayó en Marcelino Iglesias?

En mi partido hablan muchas personas todos los días sobre mil cuestiones. Por tanto, que de vez en cuando alguien use tu nombre… pues encantado de la vida, pero yo nunca me he planteado, nunca, abandonar el reto al que pienso dedicar mi vida política, que es a gobernar en esta Comunidad. Ni me lo he planteado, ni me lo plantearé. He tomado una decisión difícil, que en el plano personal tiene también un coste y por la que sufro ataques por parte de la derecha. Me parecen injustos, pero yo tengo un compromiso con mis compañeros y he decidido que voy a provocar un cambio político en esta Comunidad y no tengo plan b porque hasta que lo consiga no voy a parar.

 

Entonces, en caso de no repetir como mínimo los resultados de Ángel Villalba en 2007, ¿seguirá en la Comunidad?

Yo sólo trabajo para ganar las elecciones. Lo que sí puedo decir es que si no las ganamos en 2011, lo que haré es lo de sentido común: abrir un proceso para escuchar y para reflexionar con todos mis compañeros. Punto. Habrá que evaluar el resultado y tomar decisiones. Pero no he tenido nunca ni tengo ningún apego al cargo, ni tengo ninguna voluntad de estar por estar. Yo sólo estoy en la medida que tengo un proyecto en el que creo y en la medida que mis compañeros comparten ese proyecto. Creo que en política es muy importante saber llegar, pero es más importante saber irse. Por lo tanto, si no alcanzáramos los resultados ni las expectativas y en el partido se abriera una duda, y mucha gente dudara de este proyecto, sería el primero en no querer encabezar.

 

En términos de política general, hay quien piensa que lo ocurrido en Cataluña puede ser un preludio de las autonómicas y municipales. ¿Qué consecuencias tendría para su partido un mal resultado electoral?

Ya hay precedentes de haber tenido un mal resultado en Cataluña y haber ganado a nivel general, con lo cual no haría una extrapolación automática. Lo que tiene que hacer el PSOE es poner todos los elementos para evitar esa situación. Creo que lo está haciendo ya y espero que al final la gente vea que ha hecho las reformas necesarias para este país. Evidentemente, si el PSOE, a nivel nacional, pierde las elecciones, abrirá una reflexión, lo ha hecho siempre: lo hizo en el 96 y en el 2000.

 

También en este momento se cuestiona la figura del presidente del Gobierno y hay un debate en sí debe o no seguir. ¿Cuál es su reflexión?

Creo que el presidente del Gobierno tiene el derecho a manejar los tiempos. Además, eso dice el reglamento del partido: cuando el PSOE gobierna en un sitio, el que tiene que demostrar su voluntad de seguir o no, es él. Por tanto, yo prefiero respetar su decisión y los tiempos que marque el presidente del Gobierno que, por cierto, hasta la fecha ha demostrado saberlo hacer.

 

¿En estos momentos diría que es el mejor candidato?

Vamos a ser lo más empíricos posible. Zapatero ha sido candidato dos veces y ha ganado las dos. A partir de ahí, lo demás pueden ser cuestiones subjetivas, sobre sí es el mejor él u otro. En todo caso, él está testado, igual que lo está Rajoy: es el primer candidato que pierde desde una mayoría absoluta; el primero que pierde dos veces y que va a perder la tercera.

 

¿Cómo contempla el ascenso de Alfredo Pérez Rubalbaca, es el plan b del PSOE?

No. Insisto, Zapatero tiene que manejar los tiempos. Nadie ha dicho que Zapatero no quiera repetir. Sí quiere ser el candidato, va a tener el respaldo de toda la organización. Y si no fuera así, en el PSOE se abrirá un proceso, donde opinaremos y hablaremos todos. ¿Alfredo Pérez Rubalcaba es un posible sucesor? Vamos a ver lo que dice el presidente del Gobierno. Yo en todo caso siempre he tenido y tengo la mejor opinión del mundo de Alfredo Pérez Rubalcaba.

 

¿Pérez Rubalcaba podría ser candidato, o incluso presidente, por una política de hechos consumados? ¿Se le podría designar sucesor?

El partido tiene unas normas y son aplicables a todo el mundo, desde el pueblo más pequeño de España hasta el presidente del Gobierno. Por lo tanto, la norma establece que allí donde se gobierna el primero que tiene que expresar la voluntad de seguir o no es el que gobierna. Si el presidente del Gobierno o un alcalde deciden no repetir, el partido abre un proceso de selección de candidatos. Sea quien sea tendrá que recoger avales, ver si hay un candidato o más de uno y, en el caso de que haya más de uno, habrá primarias… Son las normas.

 

Entonces no habría un nombramiento directo como en el caso de Joaquín Almunia.

Es que el congreso de Zapatero del año 2000 lo que hizo fue profundizar en la democracia interna del partido y establecer reglamento de primarias. Por tanto, si Zapatero anunciara su decisión de no repetir, el PSOE abrirá un proceso, donde hay un plazo para presentar candidaturas y, en función de eso, sería ratificado o habría primarias.

 

Analizando la actuación del presidente del Gobierno, si pudiera dar marcha atrás, ¿pondría algunas de esas decisiones en revisión?

Sí, claro, nadie es infalible. Voy a dar un ejemplo, para que vea que no hay autocrítica: seguramente la decisión de los 400 euros en el IRPF no fue de las más acertadas, pero hay que ponerlo en un contexto de superávit, baja tasa de paro… Luego, el mundo económico-financiero internacional se derrumbó y nadie lo supo ver.

 

¿Le ha perjudicado al PSOE sus posiciones en el debate territorial en Cataluña?

Yo soy muy crítico y lo he sido siempre con Esquerra Republicana de Cataluña. Creo que lanzó un mensaje incomprensible para la ciudadanía de Cataluña, porque no se puede decir que lo más importante es tener un nuevo estatuto, con más competencias y financiación y, cuando se tiene, votar en contra. Eso ha tenido su sanción en Cataluña. Era evidente. Pero no voy a tolerar la hipocresía de aquellos que denuncian eso y luego lo practican, léase el PP. ¿O es que Camps no estableció una cláusula para que lo que se aprobara en Cataluña se diera en Valencia? ¿O es que Herrera no reivindica todos los días más competencias, más autogobierno y más comunidad autónoma?

 

¿Y el PSC no se ha equivocado en nada?

Vuelvo a decir: lo determinante ha sido el acuerdo con ERC. ¿Cuál ha sido la equivocación del PSC? Creo que la oportunidad en Cataluña era que se viera que por fin había un Gobierno de izquierdas, que no lo había habido nunca. Sin embargo, algunos han tenido la percepción de que la prioridad no era la izquierda, sino el nacionalismo. Creo que el principal culpable de eso es ERC, porque sólo se ha visto la cuestión identitaria y no la gestión positiva del Gobierno catalán. No es fácil gobernar con un partido como ERC y eso tiene sus consecuencias.

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