La romería de la Virgen de Hornuez ha congregado a varios millares de devotos procedentes de Segovia, Burgos y Soria. El amplio enebral dio cobijo a las numerosas personas que se acercaron hasta el Santuario, aprovechando el sol del día, en el que, como cada año a finales de mayo, tiene lugar la romería en la que se recuerda el milagro de la patrona de toda la zona.

Los devotos de la Virgen de Hornuez llegaron desde primeras horas de la mañana, tanto en turismos como en autobuses, procedentes de las zonas más diversas, especialmente del sur de Burgos, de Soria y de toda la provincia de Segovia. De nuevo, los fieles aprovecharon la procesión de la Virgen para sentar a los más pequeños sobre el altar, cumpliendo así con la tradición. Otros muchos tocaban la imagen con pertenencias personales para solicitarla protección. En la procesión, los romeros bailaron jotas frente a la imagen a la vez que avanzaban de espaldas.

La Virgen fue trasladada precedida por las insignias parroquiales y seguida por los alcaldes de la zona, los miembros de la cofradía y las autoridades políticas, entre las que se encontraban el delegado territorial de la Junta, Luciano Municio, y algunos diputados provinciales.

Al final del recorrido se procedió a la ofrenda de frutos, y a la subasta, tanto de los bienes ofrecidos, como de los palos para meter la imagen en la ermita.

Una vez finalizado el recorrido se colocó la imagen en el interior de la ermita, una vez subida a su camarín, situado sobre las ramas de un enebro que, según la leyenda, se quemó tras caer un rayo sobre el árbol. Sin embargo, milagrosamente el fuego no afectó a la imagen, aunque sí al árbol, que también permanece en el interior del templo.

El actual templo fue construido entre los años 1768 y 1774, con un estilo similar al del renacimiento italiano y una planta en forma de cruz griega rematada por una gran cúpula central bajo la que se encontraba el enebro con la imagen de la Virgen, y un templete de cuatro altares a su alrededor.

Junto a la novedad que ofrecía la desaparición de la Borrega, el árbol más grande de la zona y catalogado por la Junta de Castilla y León como uno de los ejemplares singulares de la región, cayó por efecto del viento el pasado invierno. A ello se unía el aspecto desolador que la zona próxima ofrece ya que fue pasto del mayor incendio del año 2008 en que se quemaron casi mil hectáreas forestales.

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