Dicen que después de la tormenta siempre llega la calma, y así es, y los agradecimientos.

En la tarde del lunes se vivieron momentos de tensión en muchas vías de la ciudad. Un ejemplo nos lo cuenta Santiago.

Ayer por la noche en la Plaza de Somorrostro se vivió una situación dura. A los comerciantes se los inundaban los establecimieientos y los coches aparcados en la calle estaban llenos de agua, teniendo que ser retirados por grúas.

Pero en lugar de correr hacia sus casa para no mojarse, Santiago y un grupo de vecinos, voluntarios de protección civil y amigos de los comerciantes afectados formaron un equipo de trabajo. Y a pesar de los pocos medios de los que disponían pudieron solucionar la situación.

Según dice él mismo en las redes sociales: «Uno se acuesta cansado, pero muy satisfecho».