Las personas mayores que viven en residencias de la tercera edad en Castilla y León comenzarán a recibir esta misma semana la tercera dosis de la vacuna frente al COVID-19. A falta de atar los últimos flecos, la previsión es que el jueves, día 23, comience el proceso de inmunización. Así lo anunció hoy la directora general de Salud Pública, Carmen Pacheco, quien precisó que la Consejería quiere que sea «lo más pronto posible» y, si no existe ningún problema, el proceso empezará en días.

Aunque en un principio se había barajado la posibilidad de que la administración de esta tercera dosis coincidiera con la campaña de vacunación frente a la gripe y el neumococo, la decisión se toma para proteger a esta población lo antes posible, puesto que las vacunas frente a estas otras dos patologías no llegarán hasta mediados de octubre a España, lo que supondría «esperar mucho».

Pacheco, que hoy recibió la acreditación de la Entidad Nacional de Acreditación (ENAC) para el laboratorio de cribado neonatal del Centro de Hemoterapia y Hemodonación de Castilla y León, explicó que la medida es importante en estos centros, pero defendió la necesidad de seguir manteniendo las medidas sanitarias y no farmacológicas -lavado de manos, mascarilla, distancia e higiene respiratorio- en estos espacios, así como en los centros educativos, porque está demostrado que la vacunación no elimina la transmisión de la enfermedad.

A un día para que Casilla y León entre en el denominado nivel de riesgo controlado, en la llamada nueva normalidad, Pacheco explicó que, desde su punto de vista, la exigencia del certificado COVID para entrar en algunos espacios, avalado por el TS de Justicia en Galicia, es algo que la Junta no se ha planteado. Es más, consideró que, en todo caso, debería ser una medida que se aplicara con consenso nacional, y no sólo de comunidad autónoma. En Galicia se ha reconocido para un «marco temporal» y una situación «muy puntual.

«Me parece mucho más importante que se sigan cumpliendo esas exigencias (higiénicas),  que entrar con un  certificado», que puede dar «cierta seguridad», pero que no considera preciso al tener al 80 por ciento de la población vacunada. «Hemos tenido brotes en residencias, algunos por personas no vacunadas, pero otros por vacunados», por lo que ve mucho más necesario seguir cumpliendo con las medidas no farmacológicas.