La festividad de Corpus Christi de este año no tendrá la tradicional procesión por las calles de la ciudad de Segovia, por la situación excepcional de la actual crisis sanitaria provocada por el COVID-19. Los actos de este domingo quedarán concentrados en el interior de la Catedral donde el obispo de Segovia, César Franco, presidirá la misa solemne a las 12.30 horas, en la Capilla Mayor, tras la celebración de la Eucaristía en la Capilla del Santísimo.
Desde la Diócesis de Segovia recordaron que el aforo en lugares de culto durante la fase 2 está fijado en el 50 por ciento, por lo que el acceso a la Catedral estará controlado y se velará por mantener las diferentes medidas de seguridad e higiene entre los fieles. La procesión de la Custodia, sin la carroza que le acompaña y acabará en el enlosado con la bendición del obispo.
Este Corpus Christi será una de las ocasiones que, desde 1656, la Custodia, obra del maestro platero Rafael González Sobera, no recorrerá las calles de Segovia al igual que el carro procesional realizado por Pedro de Riezgo, del siglo XVIII. Este conjunto fue objeto de una restauración integral, iniciada el pasado octubre, que finalizó en abril para que pudiera estar preparado para esta cita anual del Santísimo Sacramento con el pueblo de Segovia. Una festividad instituida por el papa Urbano IV que goza de gran popularidad desde el siglo XVI y que ha ido evolucionando a lo largo de los siglos en su expresión cultural y religiosa.
Proceso de restauración
La carroza y custodia del Corpus Christi habían sufrido deterioro tras años procesionando y por el propio paso del tiempo, por lo que optó por una restauración integral por su gran riqueza patrimonial y estar completamente realizada en plata, así como en la carroza, donde se vio que no presentaba problemas estructurales pero si desplazamientos de tablas, suciedad superficial y levantamientos puntuales en la capa pictórica.
En la restauración realizada por las restauradoras de ConservarArte, Sara Martín y Beatriz Rubio, primó desde el inicio la menor intervención para garantizar la durabilidad y visión estética, el empleo de materiales inocuos y la reversibilidad de estos trabajos. Al inicio se trabajó en asegurar las piezas con riesgo de desprendimiento de este Carro Triunfal que cuenta en su parte delantera con una representación de los Tetramorfos y, en el resto del conjunto, una decoración basada en motivos geométricos y vegetales grabados en los paños de la carroza, completándose con dos ruedas doradas que rematan su zona inferior.
En primer lugar, se realizó una limpieza superficial para eliminar en seco y mecánicamente el polvo, suciedad ambiental, restos de cera concentrados en la parte trasera o manchas de pintura. A continuación, se llevó a cabo un primer sentado de color, así como una desinfección preventiva, para después asegurar el sentado del estrato pictórico.
El proceso se completó con el estucado de lagunas y fisuras o el encolado de piezas sueltas. Entre los trabajos más minuciosos realizados se observa el de la reintegración de las zonas de pérdida de los dorados. Para ello, se empleó una trama a modo de cestillo, realizada con micas estables aglutinadas con barniz, así como pigmentos al barniz para la reintegración cromática de las lagunas de policromía.
En la estabilización de su estructura, se trabajó con el herrero segoviano, Raúl Bravo, incorporando una parte metálica con un tirador desmontable para el manejo del conjunto durante la procesión, así como un ajuste de su verticalidad y la recuperación de las ruedas delanteras, separadas del carro en una antigua intervención, con una función meramente estética pero que ayudará a cerrar el conjunto visualmente.
La custodia también fue objeto de limpieza, realizada por la empresa C. Meneses, retirándose para su reparación piezas partidas, los cuatro jarrones ornamentales y resto de piezas extraíbles, completando la actuación con un lacado final para evitar su oxidación.