Los agentes de la Policía que detuvieron a la presunta parricida, dieron cuenta en el juzgado de la «frialdad» de la madre de Olivia. Según recoge el diario El Comercio, tras la declaración en el Juzgado de Instrucción número 1 de los policías que la detuvieron y leyeron sus derechos tras ser dada de alta en el hospital, donde ingresó a las tres de la madrugada del pasado 30 de octubre.
La fase de instrucción contra Noemí Martínez, presunta asesina de su hija Olivia, sigue su curso. Como informa El Comercio, este lunes declararon los cuatro policías que «durante 45 minutos dieron cuenta de la frialdad y consciencia de la presunta parricida».
Así, informa el periódico, los agentes aseguraron «que Noemí no mostró ni sorpresa ni arrepentimiento cuando le leyeron sus derechos y la informaron del delito del que se le acusaba».
Es más, añade, «ni siquiera lloró cuando le dijeron que su hija había fallecido a causa de la ingesta desmedida de fármacos. En comisaría solo llamó a su hermano y a su abogada de Segovia, que no la representa en esta causa».
La interpretación de los declarantes es que Noemí estaba en sus cabales, justificando incluso sus actos para que su hija dejara de sufrir malos tratos por parte de su padre. «Le di los fármacos porque nadie nos ayuda ni nos hace caso», explicó la presunta asesina. La investigación apunta a que la madre decidió acabar con la vida de su hija justo el día después de que la jueza le otorgase la custodia a su exmarido, con lo que debería regresar a vivir a Segovia con él.
La acusada, Noemí Martínez, continúa en calidad de presa preventiva en el centro penitenciario de Asturias. De momento, no hay aún fecha para que declare de nuevo ante la jueza instructora del caso.