Seis años como decano de la Facultad de Ciencias Sociales, Jurídicas y de la Comunicación de la Universidad de Valladolid en Segovia, le han servido a Juan José Garcillán, entre otras muchas cosas, para defender el nombre de este centro al que él mismo denomina la “perla desconocida”. Desde que llegó a Segovia en 2002, afirma que sus mayores frustraciones han sido las promesas incumplidas del Campus de Segovia, que ahora se excusan con la crisis.

Vallisoletano de nacimiento pero con raíces familiares y sentimentales segovianas, las máximas del matemático han pasado por involucrarse con los problemas de la facultad, de la que todo momento ha hecho bandera, y por conseguir una educación superior más dinámica y más comprometida con la sociedad.

Ahora cesa en su cargo al frente de la institución con la firme convicción de que en Educación, lo primero que hay que hacer en España es alcanzar un consenso entre todos los partidos políticos para tener una ley de educación estable. “Si cada cambio de Gobierno implica un cambio en la legislación, no avanzaremos nunca”, señala el mismo.

Pasa el testigo a Agustín García Matilla, que será elegido mañana nuevo decano de una facultad que próximamente se traslada al nuevo Campus María Zambrano. A él, Garcillán le desea el mayor de los éxitos «porque creo que es una persona muy capacitada para desarrollar esta tarea, con una larga experiencia y con algo importante como es una gran capacidad de trabajo y esfuerzo».

Su futuro lo afrontará impartiendo clases en la facultad, donde es profesor titular y tiene su plaza adscrita. Además, señala que seguirá ayudando al nuevo equipo del decanato y a la Universidad. “Yo siempre seguiré agradeciendo a la universidad y a Segovia todo lo que me ha dado”.

 

-¿Qué balance personal haces de los seis años que ha estado al frente del decanato de la Facultad de Ciencias Sociales, Jurídicas y de la Comunicación?

Es un balance absolutamente de satisfacción. Dejo el cargo de decano con la tranquilidad de que tanto yo como todo el equipo que me ha estado acompañando durante estos años, hemos intentado hacer las cosas lo mejor posible. Creo que el nivel que dejamos en cuanto al nivel de la Facultad y a las especificidades de nuestro centro son más que aceptables. La balanza entre lo que podía ser los momentos buenos y los menos buenos, es muy positiva. Creo que hemos conseguido que nuestra Facultad sea conocida, ya no solo a nivel de Segovia, sino a nivel de nuestra propia Universidad. Antes éramos la “perla desconocida” y ahora preguntas en Valladolid y ya saben que existe la Facultad de CCSS, Jurídicas y de la Comunicación.

Además, en la actualidad, dadas las fusiones entre centros que ha habido en Valladolid, somos el cuarto centro en número de alumnos de toda la Universidad de Valladolid e incluso en algunos años hemos estado en el segundo y tercer puesto.

Hemos conseguido crear un ambiente entre profesorado y alumnos tras el comienzo de la constitución de la facultad en el que hubo algunas tensiones. A pesar de que aún queda mucho por hacer, la balanza, como te decía, es muy satisfactorio.

 

-Hablas de una “perla desconocida”. ¿Qué crees que es lo que llevó a que esta facultad no estuviera tan reconocida como en la actualidad?

Cuando yo accedí al decanato apenas llevábamos dos años constituidos como una facultad que surgió de la fusión de lo que antiguamente era la Escuela de Relaciones Laborales y Turismo de la Universidad de Valladolid con el Colegio Universitario Domingo de Soto. Obviamente esas fusiones tardaron en asociarse en las instituciones centrales de nuestra universidad. Es inevitable, y no lo digo como crítica, que en Valladolid no se terminaba de percibir que en otros campus fuera de Valladolid hubiese centros de dimensiones como el nuestro. Es precisamente eso lo que hemos conseguido superar y ya tenemos un peso específico en la universidad.

 

-En este bagaje has estado acompañado con un equipo que ahora, en su mayoría, comenzará una nueva andadura con Agustín García Matilla. ¿Qué destacarías de este equipo?

Pues simplemente puedo decir buenas cosas de ellos. En concreto, del equipo actual constituido por cuatro vicedecanos y un secretario del centro, dos de ellos continuarán desempeñando funciones con el nuevo decano y los demás son profesores con una gran cualificación profesional, humana, y con una alta capacidad de esfuerzo y sacrificio y que conocen el conocimiento de la institución, lo que llevará a que la gestión sea más llevadera. Por parte del nuevo decano entiendo que es un acierto contar con ellos, por su valía y porque también es una manera de dar cierta continuidad a lo que se estaba haciendo en la situación convulsa que podemos tener ahora entre la crisis y el cambio al nuevo edificio.

 

-A pesar de la precariedad de centros como el de Mahonías se habla de un “espíritu”, ¿a qué crees que se debe?

Una de las características de esta facultad es que todos hemos tenido que superar algunos problemas. “Al mal tiempo buena cara”, como se suele decir. Gran parte de esos problemas se han suplido como una plantilla de profesores jóvenes pero con un alto grado de cualificación y una gran cercanía a los estudiantes. Ciertas complicidades que han potenciado actividades como Publicatessen o congresos y que han hecho que esos problemas de infraestructuras con los que hemos tenido que convivir, se haya separado con una formación más allá de la universitaria, que no tiene nada que envidiar a la de otros centros, con un plus de la cercanía del profesorado.

Una de las cosas de las que más orgulloso me siento es que siempre hemos estado abiertos a cualquier miembro de la comunidad universitaria para cualquier inquietud o problema que tuviese, y como yo, mi equipo. Algo que es muy difícil de ver en otro tipo de centros, donde determinados puestos parecen “ los intocables”.

 

-¿Cómo ha perjudicado la crisis en esta Facultad?

Aparte de lo que está por venir, hemos tenido la mala suerte de que después de habernos ilusionado con que por fin íbamos a tener un Campus, y cuando digo Campus no me refiero a una mitad, sino a uno entero, la crisis lo que ha hecho ha sido dar justificación a los que nunca han terminado de apostar por ese Campus.

Soy sensible ante la situación de crisis, y sé que hay que hacer recortes y todos nos tenemos que apretar el cinturón. Pero en este caso estamos hablando de un proyecto que lleva más de 10 años latente y que en su momento hubo un compromiso de las instituciones responsables de habilitar una partida presupuestaria específica para este campus. No termino de entender que ahora con el argumento de la crisis la partida presupuestaria que debería de estar reservada no se pueda utilizar para el campus.

Creo que se está cometiendo un grave error porque mucho me temo que gran parte del recorte presupuestario va a ir con cargo a la educación superior y precisamente creo que para poder superar una crisis como esta hay que apostar por una educación superior de calidad y formar bien a los futuros responsables de todos los sectores de la población para generar I+D. Tenemos que equiparnos a otras naciones que son capaces de generar riqueza a través de la educación y la cultura.

 

-¿Es Segovia realmente una ciudad universitaria? ¿Qué le queda por hacer?

Si valoramos el ratio de estudiantes universitarios que tiene Valladolid respecto a su población, Segovia lo supera. Según los estudios realizados, estamos hablando de que en torno a un 10% de la población en Segovia es universitaria. Son cifras que están muy cerca a las de Salamanca, ciudad universitaria por excelencia. El peso que tienen las universidades, tanto la de Valladolid como IE University y la UNED confieren a Segovia un carácter de ciudad universitaria, y lo que tiene que hacer la propia ciudad es creérselo y asumirlo porque eso hará que se cuide a este sector de la población.

-¿Crees que las instituciones hacen lo suficiente para promocionar y apoyar este carácter de ciudad universitaria en Segovia?

A las pruebas me remito. Cuando se ha dilatado en el tiempo y cuando ahora se paralizan la continuidad de unas obras para tener un campus público digno, hay que pensar que no se hace lo suficiente. Por ejemplo desde la Junta de Castilla y León se podría y se debería hacer más de lo que se está haciendo. Creo que el Ayuntamiento sí que ha demostrado que si que se involucra.

 

-¿Podría ser este traslado al Campus, uno de los aspectos que te han faltado por llevar a cabo como decano?

Me hubiese gustado haber podido hacer uso del campus antes, pero no por una cuestión de protagonismo. Lo que se ha conseguido es fruto del esfuerzo de todos, del anterior decano, de los diferentes directores de los demás centros universitarios de la UVa en Segovia, y los diferentes vicerrectores que ha habido. Todos hemos remado en el mismo sentido, por lo que la frustración la tengo no por ser decano sino por haber llegado tarde.

 

– Además de la del Campus, ¿ha habido proyectos que no te ha dado tiempo a desarrollar?

Me hubiera gustado tener una plantilla de profesores más estable, no una que casi todos los cursos tenga que sufrir cambios, aunque creo que también se ha avanzado. Luego siempre hay proyectos que el tiempo impide culminar como intentar configurar una oferta educativa renovada en esta facultad con titulaciones diferentes a las que pueda haber en otros centros.

De hecho, hay un acuerdo aprobado del Consejo de Gobierno, elevado por nuestra propia Facultad, de que de impartirse el grado de Comunicación Audiovisual en la Universidad de Valladolid, sería en Segovia. Dentro de la fase de previsiones de titulaciones estratégicas se pensó en aprovechar los movimientos que había en la ciudad como el CAT para hacer de Segovia un referente en la comunicación audiovisual y la publicidad. Lamentablemente, la crisis no ayuda ahora a podernos plantearnos estas cuestiones.

Podríamos hacer una oferta que busque la sinergias entre las titulaciones existentes, buscando perfiles diferenciados para los estudiantes que cursen los grados en Segovia, algo así como dobles titulaciones.

 

-Dejando a un lado estas pequeñas frustraciones, y por el contrario, ¿de qué asuntos te has sentido más orgulloso como decano?

Yo creo que básicamente de lo que más orgulloso me siento es de que ahora mismo en la UVa se hable de la Facultad de CCSS, Jurídicas y de la Comunicación de Segovia. Todavía tenemos que superar ciertos desconocimientos por parte de la sociedad segoviana pero creo que ya tenemos un camino que nos identifica y que estoy seguro de que cuando nos desplacemos al nuevo campus será aún mayor.

Por otro lado también me siento orgulloso de que nuestros estudiantes terminen sus titulaciones y que sean ellos mismos sean los que más propaganda nos hagan en el exterior. En el caso de la titulación de Publicidad, en la que hay estudiantes de toda España, año tras año se cubre la demanda completa de plazas.

En Derecho y ADE también estamos creciendo, seguimos teniendo capacidad de recibir estudiantes. Los alumnos segovianos que se matriculan en estas carreras aquí, sino lo hicieran en Segovia, se irían a Madrid.

Por nuestra ubicación geográfica somos un eje atractor de estudiantes en carreras como Publicidad y por otro, una especia de imán que retiene a jóvenes de Segovia, que se desplazarían a las universidades de Madrid si no estudiasen en esta ciudad. Es una cuestión estratégica a valorar.

 

-¿Sería imprudente implantar más titulaciones universitarias en Segovia?

Habría que valorar cual es la población de Segovia y lo que representa poner en marcha una titulación de nuevo estudios, así como el coste que ello conlleva. Creo que implantar Comunicación no sería imprudente porque es una cuestión de utilidad además de coste. En este caso la titulación tiene muchas intersecciones con Publicidad y si hay un plantel de docentes de este ámbito ya en el campus, a lo mejor la implantación requeriría solo de pequeños ajustes. No sería tan elevado el coste para el efecto que podría tener. Si se ofertara el grado y se perfilara con un curso o dos comunes con Publicidad, la demanda sería mayor porque en un determinado momento elegiría si quiere continuar con una carrera o con otra.

No es tanto como ofertar titulaciones a mayores sino hacer ajustes en las que se imparten actualmente y evitar duplicidades.

Si estamos hablando de implantar una Ingeniería ya es algo inviable porque sería necesario buscar aulas y laboratorios específicos y contratar a profesores con un perfil totalmente distinto al que tenemos en este momento.

Ójala llegue un momento en que el Campus María Zambrano se quede pequeño y haya que hacer otras nuevas sedes en las afueras de Segovia.

 

– Antes de dejar tu puesto de decano ¿qué pedirías para esta Facultad?

A la Junta de CyL pediría que habilite todo lo necesario para iniciar la II Fase del Campus y a nuestra institución que tenga un trato específico hacia este centro, que no se nos trate como a otros centros que están más que consolidados. Además, pediría que se establezcan, en términos de plantilla, algún criterio para tener cada vez más profesores asociado con el fin de que no se nos dificulte el desarrollo de la docencia.

 

-Para finalizar, ¿qué le deseas al nuevo decano, Agustín García Matilla?

Pues en primer lugar, me pongo a su disposición para que la transición sea lo más fluida posible. Además, le pagaré con la misma moneda hablando en el buen sentido, porque desde que se incorporó a esta facultad siempre ha sido leal y cuando ha tenido que reinvindicar algo lo ha hecho con elegancia y respeto.

Le desearé cuando se confirme su elección oficialmente, el mayor de los éxitos porque creo que es una persona muy capacitada para desarrollar esta tarea con una larga experiencia y con algo importante como es una gran capacidad de trabajo y esfuerzo. Además hará falta porque la gestión de un decano en esta facultad toca todos los niveles porque no tenemos una infraestructuras adecuadas.

Agustín García Matilla conoce sobradamente el día a día de un centro de universitario, tiene capacidad de liderazgo y de trabajo y esfuerzo.

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