Los familiares de una mujer de 78 años fallecida recientemente de covid19, quieren que la opinión pública conozca la injusta situación que sufrió desde el inicio de la enfermedad hasta su muerte en el Hospital General de Segovia:
«Nuestra madre; antes de ser contagiada, vivía independiente en su casa, llevaba una vida social activa, no tenía ninguna patología importante, iba a gimnasia, daba paseos y además se ocupaba de sus nietos.
Nuestra madre había tenido contacto con una amiga fallecida por COVID-19, lo puso en conocimiento de su centro de salud, que sólo llamaron por teléfono para anularle una cita solicitada e indicarle que ya le llamarían por teléfono para hacerle un seguimiento.
Sus hijos llamamos al teléfono de coronavirus de Castilla y León para informar su situación y dijeron que ya la llamarían.
El servicio de Urgencias por coronavirus tiene registrado desde el día 15 de marzo síntomas en principio ligeros fiebre, mialgias, tos, pero hasta el jueves 19 de marzo no fue un médico a verla. Este médico dijo que irían a hacerle la prueba del coronavirus pero que hasta que no tuviese fiebre alta y más dificultad respiratoria no sería tratada o ingresada. Nos dijo a los hijos que mantuviéramos el aislamiento, también que los pulmones no estaban afectados y que ventilada bien. Insistió que estaba bien, y que el único tratamiento que requería era paracetamol cada 8 horas.
El viernes 20 de marzo le llamaron por teléfono y le dijeron que esa tarde irían a su casa a hacerle la prueba y no fueron. La mañana siguiente llamó a una hija porque se había caído de la cama durante la noche y no recordaba desde cuándo ni cómo. Llamamos inmediatamente al servicio de urgencias y no se acercaron ni a ayudar a levantarla y valorar su estado sino que nos dijeron que estábamos bloqueando el servicio y habiendo diferentes peticiones cuando claramente la desorientación de nuestra madre era debida a la enfermedad. Pasado mediodía, se acercaron dos sanitarios e indicaron que ella estaba bien, pero nos consta que no le miraron ni garganta ni pecho ni espalda ni le auscultaron.
Nuestra madre siguió empeorando, no quería irse de su casa con una de sus hijas porque le habían asegurado que irían allí a hacerle la prueba del coronavirus el 21 de marzo. Cuando pasó el día sin que fuesen a hacerle la prueba, fue una de sus hijas a por ella y la encontró delirando, desorientada y con fiebre alta. Llamamos al 112, y el servicio de urgencias envió una ambulancia para llevarle al hospital.
Entró por urgencias hacia las 23h, dónde le hicieron una placa y diagnosticaron neumonía bilateral muy grave.
Nuestra madre fue ingresada en el Hospital General de Segovia la noche del sábado 21 de marzo. El día 24 en el informe diario de su estado de salud se nos comunica que por el estado crítico en el que se encuentra debería entrar en la UCI con respirador, pero que debido a que están obligados a cumplir el protocolo recogido en las normas internas del citado hospital, no se la puede trasladar a la citada Unidad, y el día 30 de marzo se nos comunica que ha fallecido.
Varios doctores nos comunican, y así lo tenemos recogido en una grabación entre partes, que según el citado protocolo, toda persona mayor de 75 años queda excluida del necesario respirador y del ingreso en esta unidad vital, por lo tanto no van a proceder a ello, ya que mi madre tiene 78 años.
Intentamos, sin resultado, pedir ayuda desde el departamento de atención al paciente del hospital, desde dirección médica, y servicio de canalización de pacientes e incluso a la Gerencia de Valladolid. Escribimos al gerente de Asistencia Sanitaria de Segovia Sr. Jorge Elizaga y al Presidente del colegio de médicos de Segovia Sr. Enrique Gilbert rogando, suplicando ayuda para nuestra madre y, a día de hoy, no hemos recibido respuesta.
Al denegarla el respirador e ingreso en la UCI, esto implicó que se la dejó morir sin darle una última oportunidad.
Dicho protocolo, según hemos constatado, ni se sigue en otros hospitales de la Comunidad de Castilla León, ni en otros hospitales de otras comunidades autónomas, como por ejemplo Madrid o Castilla La Mancha.
Moralmente el citado protocolo nos parece miserable, como hijos muy, muy triste, pero además pensamos que incumple lo dispuesto en la Ley Orgánica 14/2007, de 30 de noviembre, de reforma del Estatuto de Autonomía de Castilla y León, así como otras normas del ordenamiento jurídico español como es el caso de nuestra Carta Magna.
Artículo 13, derechos sociales, punto 2: Derecho a la salud:
Todas las personas tienen derecho a la protección integral de su salud, los poderes públicos de la Comunidad velarán para que este derecho sea efectivo.
Los ciudadanos de Castilla y León tendrán garantizado el acceso, en condiciones de igualdad, a los servicios sanitarios de la Comunidad en los términos que la ley determine.
En el Capítulo IV, artículo 16.- Principios rectores de las políticas públicas:
5. Derechos de las personas mayores. Las Administraciones Públicas de Castilla y León velarán para que las personas mayores no sean discriminadas en ningún ámbito de su existencia y garantizarán sus derechos, en particular, la protección jurídica y de la salud, el acceso a un alojamiento adecuado, a la cultura y al ocio, y el derecho de participación pública y de asociación.
Por todo lo anterior,
LA FAMILIA SOLICITA
se realicen las investigaciones oportunas en orden al esclarecimiento de los hechos por los que llegado el caso de ingreso en UCI y/o necesidad de un respirador, a nuestra madre no se le concedió esta opción por discriminación de edad.
De no tener materialmente espacio en la UCI del citado hospital, se podría haber realizado un traslado inmediato a otro centro hospitalario en el que hubieran podido darle la atención que necesitaba y merecía.
Queremos, en primera instancia, informar a la población de Segovia de la situación que se está produciendo en el Hospital General.
Queremos que se haga pública la circular/ normativa interna que marca esta forma de proceder y el nombre del responsable de esta decisión.
Así, llegado el momento, que las familias sepan a qué atenerse al llevar a sus seres queridos al Hospital de Segovia y puedan buscar alternativas de asistencia médica para sus mayores.
¿Se merecen nuestros mayores (padres, abuelos), que nos han engendrado y cuidado, que mueran así?
¿Estamos todos convencidos de los derechos, incluidos los de la salud e igualdad, de las personas mayores?
La respuesta siempre será afirmativa. Por esto y por todos los hechos expuestos en este escrito, denunciamos que se niegue, cuando lo necesitan, el derecho a un respirador y UCI a los mayores de 75 de años.