La sala de exposiciones de la Casa Joven de Segovia acoge la exposición “La huella de la vida”, en la que abuela y nieto se unen artísticamente.
Así, la muestra de Dolores Gil Utrero y Güilty, con trabajos de ambos, acercara la filosofía de vida de esta autora, inspirada en la naturaleza y el sonido del viento.
Fue la propia unión que hubo entre Dolores Gil y su abuela, la que motivó a esta autora, que ahora es ella misma abuela, a fomentar esa relación con sus nietos. Esa unión fructifica a través de los trabajos de pintura que realiza con ellos. Les anima a mostrar su creatividad, a trabajar sin miedo al resultado y, sobre todo, a exponer sus trabajos, ya que como ella misma señala, “la mirada del otro devuelve al creador una parte que no conocía de su propia creación”.
Conectar con la vida, y soñar
Desde pequeña, Dolores Gil sentía que los colores ejercían sobre ella una fuerza que la impulsaba a pintar y según indica “dibujar y pintar, fue y es, soñar”.
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De este modo, esta autora ha encontrado en la pintura una forma de conectar con la vida, para no perderse ni un matiz de su día a día.
Por ello, es en el momento de comenzar la obra cuando decide qué quiere contar y con qué técnica, lo que hace que sus trabajos estén llenos de frescura, caracterizándose por un estilo sencillo, libre y sin normas.
Así, en la muestra se pueden encontrar tanto óleos como acrílicos, pasando por acuarelas, rotuladores o creaciones hechas a bolígrafo, donde plasma personas, paisajes y calles cargadas de vida.
La exposición se puede visitar en la Casa Joven hasta el 30 de mayo.