Hay algunas películas que pasan por tu vida sin pena ni gloria. Historias con las que pasas un buen rato pero de las que te olvidas según sales de la sala. Películas que no te importan y no dejan poso. Ese tipo de largometrajes me interesa a veces, cuando necesito no pensar o cuando quiero distraerme sin más. Sin embargo otras veces busco todo lo contrario, una historia que me interpele, me haga preguntas y cuestione mis ideas.

Hace un par de semanas vi el documental Inside Job y todavía estoy pensando en él. La historia de cómo el mundo siempre repite los mismos errores, de cómo corrompe el dinero y el poder, de cómo se premia a los que hacen mal las cosas y se olvida a quien trató de poner orden, de cuánta gente domina la economía mundial y en cuántas manos está repartida la riqueza.

Matt Damon pone voz a las explicaciones que, durante meses, ha ido recopilando Charles Ferguson, de personalidades como Daniel Alpert (Director fundador de Westwood Capital), John Campbell (Director del Departamento de Económicas de la Universidad de Harvard),  Jeffrey Lane (Presidente ejecutivo de operaciones de Modern Bank) o Kristin Davis (más conocida como la Madam de banqueros e inversores). Declaraciones que dejan patente que los dirigentes van saltando de puesto en puesto sin importar que hagan bien o mal su trabajo y sin mayor objetivo que lucrarse personalmente y asegurarse contactos para cuando vengas “tiempos peores”.

Mis conocimientos sobre economía son bastantes escasos, por lo que considero que es más fácil impresionarme a mí que a un economista de Wall Street, eso es verdad. Pero creo que Inside Job fue una sorpresa y un descubrimiento para todos (o casi todos) los que me acompañaban en la sala, hasta el punto de que se escuchó un aplauso al final de la proyección, algo sólo vivido en los festivales. Creo que aplaudían la valentía del entrevistador, que evidenció en más de una ocasión la falta de inteligencia de altos mandatarios de bancos y entidades financieras. También aplaudían (quizás) por la alegría de saber que alguien por fin te dice la verdad y que, ya que esta crisis va a durar un tiempo y nos va a afectar a todos, vale la pena poner cara a los culpables.

No soy muy fan de Michael Moore porque creo que es oportunista y probablemente alguno de vosotros piensa que Charles Ferguson también lo ha sido con Inside Job. Pero en mi opinión Ferguson tan sólo ha preguntado y han sido los entrevistados los que se han puesto en evidencia con sus respuestas, de hecho, muchos implicados directamente en la pérdida de billones de euros, declinaron la proposición del director para participar en la película. El que calla, otorga.

Más allá del brillante ejercicio periodístico del que hace gala, el documental brilla también por su realización y montaje. Los planos aéreos de los rascacielos neoyorkinos, mil veces vistos, consiguen sorprender y embaucan una vez más al espectador. La alta definición le saca jugo al skyline americano y dota de sentido a algunas cifras astronómicas de las que se habla en el documental. También destaco la estructura del guión, 5 capítulos para ordenar los hechos cronológicamente y comprobar como se repiten las mismas caras (en diferentes puestos de poder) a lo largo de años y años.

En definitiva Inside job es una obra totalmente recomendable. Porque despierta pensamientos. Porque infunde curiosidad y contagia interés por la economía. Porque, al fin y al cabo, se trata de NUESTRO dinero.

 

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