El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, y el presidente de «La Caixa» y de la Fundación «La Caixa» Isidro Fainé, han firmado un acuerdo en virtud del cual la entidad financiera dedicará, durante el año 2010, 4´6 millones de euros a la concesión de 1.000 becas de formación profesional para reclusos de centros penitenciarios de toda España que afronten la etapa final de su condena. La inversión media en cada una de estas becas asciende a 4.600 euros.

 

Una formación profesional muy especial

Las becas se dirigen a capacitar y mejorar el nivel de empleo y a familiarizarse con las obligaciones profesionales que comporta un empleo estable.

Por esta razón, la formación se realiza fuera de los centros penitenciarios, en un horario semilaboral y con una importante exigencia de respeto hacia los formadores y el resto de compañeros.

El contacto con el exterior pretende, además de presentar un recurso alternativo a la variada oferta formativa que existe en el interior de los centros, ofrecer a los internos un contexto lo más normalizado posible, que contribuya a la adquisición transversal de competencias prelaborales (habilidades de comunicación, autoestima, orientación vocacional, etc.) en un ambiente similar al del mercado de trabajo que encontrarán una vez que hayan cumplido su condena.

La salida diaria al exterior es un paso intermedio entre el régimen ordinario y el régimen de semilibertad. En este sentido es, además, un instrumento importante para que la institución penitenciaria valore la evolución de los participantes en su itinerario hacia la inserción social.

En la pasada edición de los cursos, participaron 1.033 internos de 44 centros penitenciarios de toda España. El 58,2% de las acciones de formación se enmarcaron dentro del sector servicios; el 26,2% en el de la industria; y el 8,7% en el de la construcción.

¿Quiénes serán los participantes?

De los 1.033 becarios del curso 2008-2009, 163 son mujeres, el 15,8% del total (un porcentaje sensiblemente superior a la proporción de mujeres en la población reclusa general, que asciende al 8%). Por edades, el 74,5% de los becados tiene entre 25 y 45 años. Su nivel académico es el de estudios de primaria (54,1%).

El 94% de los internos participantes nunca había recibido una formación específica orientada al mercado de trabajo (formación profesional o universitaria) y cerca del 65% carecía de estudios o había cursado únicamente la enseñanza obligatoria.

En relación con el régimen penitenciario de los participantes al inicio de la acción formativa, 615 estaban clasificados en segundo grado y 418 en alguna modalidad de tercer grado. Dentro del perfil del participante del programa destacan los internos clasificados en segundo grado, a los que el proyecto brinda la posibilidad de acceder al tercer grado si finalizan la acción formativa con resultado satisfactorio. El tercer grado penitenciario es un régimen de semilibertad que permite el desarrollo de una actividad laboral en el exterior del centro.

En el momento de cerrar el informe preliminar (septiembre de 2009), habían finalizado más del 75% de los cursos programados en virtud del anterior convenio. El porcentaje de éxito entre los participantes de los mismos ascendió al 95,1% entre los hombres y al 94% entre en las mujeres participantes.

Aunque los datos son todavía muy recientes y aún se está desarrollando alguno de los cursos, la mayoría de los internos que terminaron su beca hace más de tres meses se encuentran ya en diferentes regímenes de semilibertad (tercer grado, libertad condicional o finalización de condena) y un 26% ha obtenido un puesto de trabajo en el exterior del centro penitenciario.

 

Un compromiso con los colectivos desfavorecidos

El programa de formación profesional para población reclusa forma parte de las iniciativas que impulsa la Obra Social «La Caixa» en favor de las personas en riesgo o situación de exclusión social. Concretamente, el proyecto desarrollado en los centros penitenciarios se enmarca en una de las líneas estratégicas de actuación de la entidad financiera: la integración sociolaboral de los colectivos desfavorecidos.

Así, Incorpora, el programa de fomento de la ocupación de Obra Social «La Caixa», se dirige a parados de larga duración, inmigrantes, jóvenes con especiales dificultades para acceder al mundo laboral, personas con discapacidad y víctimas de violencia de género, entre otros colectivos. Desde su puesta en marcha, hace tres años, Incorpora ha facilitado 21.747 inserciones de personas en situación de vulnerabilidad gracias a la colaboración de más de 9.000 empresas de toda España. De estas 21.747 inserciones, 303 de ellas corresponden a ex reclusos.

La Obra Social «La Caixa» también ha insertado, a través de su programa de mejora y conservación de los espacios naturales en cada una de las comunidades autónomas, a un total de 3.100 personas en riesgo de exclusión social en cuatro años. El programa promueve la integración sociolaboral de personas con dificultades para acceder al mercado de trabajo a través del desarrollo de acciones vinculadas a la protección y gestión del medio ambiente y de los espacios naturales, un sector emergente dentro del campo de la inserción.

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