Desde hace años se precede el día de todos los santos con la festividad americana – de origen mexicano – Halloween. Aunque la gente sigue acudiendo a los cementerios para llevar las flores, la noche anterior se convierte en la más terrorifica y aterradora con brujas, zombies y otros monstruos del «otro mundo».
El día de todos los santos es una tradición católica instituida en honor de Todos los Santos, conocidos y desconocidos, según el papa Urbano IV, para compensar cualquier falta a las fiestas de los santos durante el año por parte de los fieles. Las personas siguen manteniendo la costumbre de acudir a los cementerios y nunca se olvidan de las flores. Las dalias y los crisantemos son las más populares del día de Todos los Santos.
El 1 de noviembre también se visita las pastelerias buscando los dulces tradiconales de este día: Los buñuelos y los huesos de santos. Ambos se compran los días anteriores y suponen un gran trabajo artesanal. Además, comerse los huesos de santos supone sacar una alma del purgatorio, según dicen la leyendas. Estas delicias pasteleras dependen del territorio español: en Cataluña son tradicionales las castañas asadas o los Panellets, las gachas de leche son otro dulce muy consumido en el Día de Todos los Santos, sobre todo en Andalucía y los pestiños de Extremadura. Aqui en Castilla y León nos quedamos con los buñuelos y los huesos de santo.
A pesar de que España es un país más cercano a la festividad de Todos los Santos, actualmente los bares, calles y domicilios se llena de adornos más cercanos a la noche de los muertos. Halloween proviene del inglés antiguo, y significa «víspera de todos los santos», ya que se refiere a la noche del 31 de octubre, víspera de la Fiesta de Todos los Santos. Sin embargo, la antigua costumbre anglosajona le ha robado su estricto sentido religioso para celebrar en su lugar la noche del terror, de las brujas y los fantasmas. Halloween se ha propagado a todas partes del mundo. La calabaza, en este caso, es la mayor protagonista de la noche. En Estados Unidos o Inglaterra se iluminan y decoran los portales de la calle. Por la noche y perfectamente disfrazados los niños (y también adultos) acuden a las casas al grito de «trick or treat» (truco o trato) para indicar que gastarán una broma a quien no les de una especie de propina, golosinas o dinero.