La mitad de las víctimas mortales de violencia machista en los últimos tres años en la Comunidad había presentado denuncias.
La mitad de las ocho víctimas mortales de la violencia doméstica en la Comunidad entre 2016 y 2018 habían presentado denuncia previa, porcentaje que en el conjunto de España bajó al 30,5%, dado que sólo 46 de las 151 asesinadas alertaron de su situación, según se desprende de un informe del Observatorio contra la Violencia Doméstica, en el que se cifra en 25 las mujeres asesinadas a manos de su parejas o exparejas en lo que va de década en la Comunidad.

Castilla y León presentó un tasa de feminicidios de 2,43 casos por cada millón de habitantes entre 2016 y 2018, muy lejos de los 4,82 de Baleares. También por encima de la Comunidad se encuentran Canarias (4,31), Navarra (3,67), Aragón (3,48), Asturias (3,42), Castilla-La Mancha (3,08) y Valencia (2,50). País Vasco presenta la tasa más baja con 1,73, seguido de Madrid (1,88), Extremadura (2,12) y Murcia (2,20).

Por provincias, también se destaca que Zamora, Valladolid, Soria, Segovia y Palencia se encuentran en el grupo de quince provincias donde no hubo que lamentar ninguna muerte machista entre 2016 y 2018, mientras que Burgos, con tres asesinadas, figura como la tercera provincia con una mayor ratio por cada 100.000 habitantes (0,84), sólo superada por Granada (0,88) y Melilla (1,16). La ratio media fue de 0,32 y por encima también se encuentran Ávila (0,63), Salamanca (0,60) y León, (0,43). En la provincia abulense se contabilizó una víctima, y dos en Salamanca y León.

En lo que va de década, 2016 fue el peor año en Castilla y León con seis mujeres asesinadas, mientras que en 2017 no se contabilizaron víctimas. En 2013 y 2010 hubo cuatro, tres en 2014 y dos el resto de años.

En el informe de este órgano dependiente del Consejo General del Poder Judicial, también se resalta que en torno al 70 por ciento de los asesinatos se producen en pueblos o ciudades de menos de 100.000 habitantes, por lo que se reclama que se redoblen los esfuerzos en el ámbito rural. El Observatorio hace hincapié en que deben extenderse a estas zonas todos los recursos de prevención de la violencia de género, así como los dirigidos a prestar asistencia y protección a las víctimas. “La coordinación entre todos los servicios, siempre necesaria, se hace aquí aún más indispensable”.

El Observatorio señala que el silencio de la víctima es un “factor de riesgo para la vida de las mujeres maltratadas”, por lo que resulta de enorme importancia concienciarlas a ellas, pero también a toda la sociedad, de la necesidad de denunciar. Las víctimas de la violencia machista viven atenazadas por el pánico, que les impide denunciar por temor a represalias. Es lo que la jurisprudencia del Tribunal Supremo ha denominado “escenario del miedo”, una situación provocada por el maltrato continuado que agrava el padecimiento de la víctima al causarle daños tanto físicos como psicológicos. Sin embargo, recuerda el Observatorio, la denuncia es el paso previo necesario que permite a las distintas administraciones iniciar los trámites para la concesión de ayudas, adopción de medidas de protección e investigación de los hechos que pueda concluir con la condena al agresor.

Además, también se hace un llamamiento a la sociedad, pues la contribución de los familiares de las víctimas o de terceras personas puede llegar a ser decisiva. Los datos son, también aquí, preocupantes: el entorno de la víctima sólo presentó entre el 5 y el 7 por ciento del total de denuncias.