El alcalde de Segovia, Pedro Arahuetes, calcula que el Círculo de las Artes y la Tecnología (CAT) tendrá que esperar al menos “cuatro, cinco o seis años” para poder desarrollar más fases. Hasta entonces, el Ayuntamiento deberá centrarse en intentar rentabilizar el denominado edificio de emprendedores, cuya ejecución quedó paralizada el pasado mes de junio por la quiebra de Volconsa y se espera reanudar a partir de febrero con una nueva adjudicataria (la UTE Segesa OHL) para su puesta en marcha en la recta final de 2014.

El pasado 21 de diciembre se cumplían precisamente nueve años de la firma de un convenio entre Arahuetes y el entonces ministro de Industria, José Montilla, por el que el Gobierno comprometía 300.000 euros para costear el plan de viabilidad de este proyecto concebido para acoger e impulsar actividades ligadas a las artes, la cultura, el diseño y las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. El Ayuntamiento, por su parte, formalizaba la cesión de más de siete hectáreas en la zona sur de la ciudad, cerca de la estación del AVE, para desarrollar “un espacio de innovación” con diez edificios dispuestos en torno a tres plazas de nueva creación. El coste final, más de 120 millones de euros.

De vuelta a la realidad de hoy, el alcalde hace cuentas: “La inversión actual en el edificio de emprendedores está en torno a los seis o siete millones, porque no se ha utilizado todo”. La obra, en concreto, se adjudicó en marzo de 2011 por 9.000.420,97 euros con un plazo de ejecución de 15 meses y la ilusión por hacer del CAT “un elemento dinamizador de la vida cultural y económica esencial en la propuesta de Segovia como Capital Cultural Europea en 2016”, refleja todavía la página web de Volconsa. Pero San Sebastián se llevó la anhelada designación (por un voto) y la crisis, a la constructora y las opciones de financiación del resto del proyecto.

“Ahora mismo tenemos cuatro millones en la cuenta corriente esperando estar a disposición del Ayuntamiento para terminar las obras que se paralizaron, y lo que sí es seguro es que el edificio de emprendedores del CAT estará terminado en 2014”, subraya el primer edil en declaraciones a Ical. Pero éste es sólo el primero de los tres bloques del Centro de Innovación y Desarrollo Empresarial. Quedarían también los de dos centros más: ‘Artes, Exposiciones y Congresos’ y ‘Conocimiento y la Sociedad de la Información’, “y después toda la zona de ocio, el hotel, el área comercial… El proyecto es muy amplio y sobre todo hace falta inversión privada”, reconoce el alcalde.

“Hay que esperar a que salgamos de la crisis, que España se recupere económicamente, y yo creo que a partir de ahí, dentro de cuatro, cinco o seis años podremos continuar el desarrollo del CAT”, augura. En cualquier caso, la explotación del primer edificio, evidentemente, no va a esperar al desarrollo del resto del proyecto: “En cuanto esté terminado y podamos equiparlo, lo pondremos en marcha rápidamente”, asegura Arahuetes. Dispondrá de casi 4.000 metros cuadrados para empresas que contarán con despachos, salas de reuniones, espacios para impartir formación, un auditorio con capacidad para 135 personas y una zona de exposición que, entre otros usos, servirá para la presentación de productos.

 

Sin noticias de la delegación china

“Ya hay empresas y personas interesadas en ocuparlo, va a ser una fuente generadora de empleo y lógicamente puede ayudar a atraer las inversiones que necesita ese espacio”, añade. De momento, el Mercado Internacional de Animación y Videojuegos 3D Wire y las empresas 737 Shaker y Vodka Capital, productoras de la serie de animación ‘Jelly Jam’, se perfilan como los primeros inquilinos.

La visita más reciente tuvo lugar el pasado 19 de noviembre, cuando una delegación de autoridades chinas se interesaba por conocer sus instalaciones: “En principio no han dicho nada desde entonces, querían verlo y se lo enseñamos, porque no tenemos inconveniente en mostrárselo a todo el mundo. Si luego hay una respuesta positiva pues mejor, y si no, no pasa nada”, continúa el primer edil, que pese a las dificultades no se resigna.

“La crisis nos pilló a todos a contracorriente en 2008 y se paró un poco el proyecto, pero nosotros consideramos que con la evolución económica que llevaba el país podría ser que en 2014 entráramos en un periodo de recuperación en el que nos interesase tener este edificio en el punto de mira de la economía provincial o local. Por tanto, no solamente no me arrepiento de haber continuado el proyecto en 2008, sino que es muy bueno y muy positivo que cuando salgamos de la crisis tengamos ya algo que ofrecer en la ciudad de Segovia”, argumenta. “No se trata de generar nuevas infraestructuras porque además no hay capacidad económica para poder financiarlas, pero sí aprovechar las que vienen de antes para ponerlas rápidamente a disposición del mercado económico”. Y los primeros resultados, si no surgen nuevos imprevistos, antes de un año.

 

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