Un Acueducto de regaliz, ovejas de palomitas o árboles de gominolas, son solo algunos de los elementos que conforman el belén más dulce de Segovia. Acudiendo a la llamada que todos los años hace el colegio Padre Claret para “montar un belén”, cerca de un millar de alumnos, han colaborado en esta edición en la que el único requisito era acercar al colegio una figura hecha con dulces. Pastores hechos con galletas, arbustos de piruleta o posadas con esponjas, también se dan cita en la instalación navideña que, aunque dividida en tres salas, roza los 20 metros de largo y los 5 metros de ancho en total.

Tras la anteriores ediciones en las que el centro coordinó el montaje del belén tradicional de estas fechas con huevos, corchos o tubos de papel higiénico, en 2012 el colorido se ha hecho un hueco entre las cientos de variedades de estos dulces que hacen la delicia de los más pequeños a quienes, por cierto, se les hace difícil no meter la mano. Se trata, como explica a la agencia Ical el coordinador de la actividad, Miguel Ángel Gil, de explicar el sentido de la Navidad, procurando involucrar a los pequeños. “Si lo hacen ellos, lo sienten mucho más”, señala.

Montado en dos días tras el puente de la Constitución, y tras recibir las aportaciones de las familias de alumnos del centro, el belén ha conseguido reunir hasta 14 escenas de la Natividad, reconocibles por la arena de color negro que las rodea. “Son verdaderas obras de arte”, asevera Gil haciendo especial mención a los padres y madres quienes han ayudado a los pequeños a llevar a cabo la actividad. Además, “la ilusión de los niños al verlo no tiene precio”, explica una de las madres que contempla la escena.

Aunque es cierto que las furtivas y pequeñas manos de los alumnos se esconden por los rincones más inhóspitos del montaje para llevarse a la boca uno de los cochinillos segovianos con sabor a fresa, o las piernas de San José de regaliz negro, los pequeños se emocionan al mostrar sus creaciones. “Lo que más me gustan son los camellos hechos con huevo Kinder”, indica uno de los alumnos. “A mi la cabeza de las ovejas que están hechas con peladillas”, resalta otra alumna. “Pues yo el molino y el castillo de galleta. Y el árbol de Coca-Cola también”, resuelve un tercero.

 

Endulzar las fiestas

En concreto, un centenar de alumnos de la guardería, 300 de Educación Infantil y 600 de Educación Primaria son los responsables de este despliegue de originalidad que podrá visitarse hasta finalizada la época navideña. Pero además, y como ya es tradición en el colegio Padre Claret, donarán una de las escenas del nacimiento al Real Monasterio de Santa Clara de Carrión de los Condes (Palencia), en donde las religiosas clarisas, albergan más de 400 belenes.

En este caso San José y la Virgen María, cuyos cuerpos están fabricados con barquillos de helado, portan bastones de caramelo flanqueando a la figura del niño Jesús. Ésta, hecha de dulces de fresa, descansa sobre una cama de regalices de diferentes formas y colores, ante la mirada de un buey de chocolate con leche y una mula de chocolate blanco.

Pero además, otros personajes se mezclan por los rincones del este gran belén. Es el caso de unas segovianas con traje típico, pescadores de “pica-pica”, o un llamativo elenco de ángeles que, desde el cielo fabricado con algodón y con micrófono incluido, anuncian el nacimiento. Una escena que en esta época ha conseguido ya hacer salivar a todos cuántos visitan el belén y a hacer del colegio Padre Claret el que mejor olor tiene en la capital segoviana.

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