El Viveros Herol Balonmano Nava arrancó un punto al empatar (29-29) en su enfrentamiento con el Atlético Valladolid en una nueva jornada de la Liga Sacyr Asobal. El equipo segoviano tuvo que sobreponerse a una caótica primera parte en la que acumuló hasta dieciocho ataques improductivos y encajar un parcial de seis a cero en el ecuador del primer periodo. El empate, que dejó satisfecho al entrenador navarro, Zupo Equisoain, permite a los segovianos mantener la quinta plaza en la clasificación y afrontar los tres últimos partidos de la primera vuelta con la opción de garantizar prácticamente la permanencia en la categoría en diciembre.
Empezó el equipo segoviano dominando en derbi regional con una renta de dos goles gracias a una defensa en apariencia consistente. El equipo vallisoletano pronto supo recortar esta ventaja hasta dejarla en su mínima expresión, cortocircuitando la conexión navera con su pivote y fiando su suerte a la efectividad de César, que aunque no logró descifrar las intenciones ofensivas de Moyano durante todo el choque, sí que logró condicionar lanzamientos del resto con buenas intervenciones bajo palos.
La paridad en el luminoso concluyó en el primer parcial con la primera renta foránea (8-9), una ventaja que no paró crecer hasta alcanzar las seis dianas de diferencia (9-15) y que no frenó hasta que el local Óscar Marugán acortó distancias desde el extremo (10-15). Ni el tiempo muerto de Zupo ni los cambios en ataque y defensa dieron fluidez al Nava que vio como al descanso la renta desfavorable alcanzaba los cinco goles (11-16).
A la vuelta de los vestuarios el Nava perdió a Vujovic después de recibir un fuerte golpe en las costillas que lo llevó dolorido al banco. El percance espoleó a los de Zupo que subieron ostensiblemente su trabajo defensivo y provocaron ataques menos fluidos de los de Pisonerom que empezaron a sufrir los rigores del desgaste físico, cimentado en una rotación más corta que la segoviana. Zupo otorgó galones al joven Smetanka, que revolucionó el partido, repartió juego y llegó a golear, lo que metió a su equipo en el partido.
La ventaja pucelana fue diluyéndose y el grito de «Si se puede» de la parroquia navera que se dio cita hasta casi llenar el Guerrer@s Naver@s llevó en volandas a los suyos hasta el empate a 29 con el que se llegó al último minuto. Con ese caldo de cultivo, un ataque errático local malogró la opción de victoria y dio una prostrera ocasión al Atlético Valladolid para ganar el partido que el equipo de Pisonero no supo materializar.
El empate dejó satisfechos a ambos técnicos, aunque puede que para los locales sepa mejor el punto teniendo en cuenta que seguro hubieran firmado jugarse la victoria en el último ataque después de irse al descanso perdiendo por cinco goles. Nava volvió a mostrar sus dos caras en su propia cancha: la de equipo al que a veces le cuesta mantener la concentración, y la del bloque sin fisuras capaz de subir la intensidad defensiva y fluir en ataque con una plantilla larga, compensada y en el caso de algunos de sus integrantes, insultantemente joven.
Texto: Javier de Andrés
Foto: Moyano, estilete local en el partido de este sábado en el Guerrer@s Naver@s busca el gol con un lanzamiento en posición acrobática/ Dani Pérez