Los generales Armada, Milans del Bosch y el teniente coronel Tejero. Estos fueron los protagonistas del golpe del 23 de febrero de 1981. Ellos urdieron la trama y se repartieron los papeles. Armada fue el jefe político de la asonada; Milans el jefe militar y Tejero el responsable operativo del detonante: el asalto al Congreso. Sin embargo los tres dieron el golpe por motivaciones diferentes. Una tesis que desarrolla Javier Cercas en su libro ‘Anatomía de un instante’ y que comparte el salmantino Chema de la Peña, director de ‘23-F’, la primera película española sobre el golpe de Estado. La cinta, que estos días se rueda en Madrid, se estrenará coincidiendo con el treinta aniversario de este levantamiento militar. En la nueva incursión cinematográfica de Chema de la Peña, el vallisoletano Fernando Cayo vuelve a encarnar el papel del Rey Juan Carlos I; Juan Diego se mete en el personaje del general Alfonso Armada y Paco Tous da vida a Antonio Tejero.

 

El 23-F es un acontecimiento de la historia reciente de España que tiene muchos ingredientes cinematográficos. Sin embargo, han pasado treinta años hasta que alguien se ha ‘atrevido’ a hacer la primera película. ¿Por qué cree que han tenido que pasar tres décadas?

Quizá en España no haya tradición de hacer un cine de ‘thriller’ político, que es un género inédito en nuestra filmografía. Espero que con esta incursión se abra la veda y comiencen a hacerse más películas.

 

¿Cree que la sociedad española tiene todavía determinadas reticencias a la hora de enfrentarse con el análisis del 23-F porque es un capítulo aún reciente en la historia?

No. Treinta años es una distancia muy grande. La gente ya tiene superado este episodio y tiene clarísimo que supuso un antes y un después en la historia de España. El lado positivo de este episodio es que se convirtió en una especie de vacuna para que no se hayan vuelto a repetir nuevas intentonas golpistas.

 

¿Ha recibido presiones o ha tenido algún tipo de problemas a la hora de desarrollar este proyecto cinematográfico?

Para nada. Ninguna censura. Hemos tenido total libertad.

 

Todos los españoles tienen en mente las imágenes recogidas por la cámaras de televisión de la llegada del teniente coronel Tejero al Congreso y el gesto heroico de Suárez y Gutiérrez Mellado que se enfrentaron a los golpistas y no se tiraron al suelo cuando empezaron los disparos. Ahí arranca una película que nos contará qué.

La película cuenta pormenorizadamente desde que Tejero llega al Congreso a las 18,20 horas del 23 de febrero de 1981 hasta las 12,15 horas del día siguiente. En esas casi 17 horas, el filme analiza todos los centros de poder, quién hizo qué, dónde estaba. A todo eso le damos una estructura de thriller político con una tensión que va aumentando pese que todos sabemos cuál es el final. El desarrollo de los acontecimientos mantiene atrapado al espectador. Es, además, una película muy coral donde se podrá ver el punto de vista de los diferentes personajes.

 

Imagino que el proceso de documentación antes de empezar a rodar la película ha sido muy prolijo, pero el resultado final no va a ser un documental, sino un ‘thriller’ político en donde la realidad y la ficción deben convivir. ¿Cómo se conjugan ambas en su nuevo trabajo cinematográfico?

Hay una sutil unión. Desde el principio, desde el enfoque del guión, la descripción de los personajes ha tratado de ser muy objetiva, sin tomar partido por nadie y sin catalogar a los personajes como buenos y malos. Presentamos unos hechos contrastados y a partir de ahí encajamos la historia en una estructura de thriller: una cuenta atrás, un secuestro y la tensión que subyace detrás de los acontecimientos que se suceden… De la unión de todos estos matices surge la película. Hemos pretendido que si un extranjero viera la película se quedara enganchado por la trama con independencia de que conociera o no la historia de este golpe militar.

 

¿Cómo cree que va a reaccionar el público ante la película? ¿Espera que el 23-F vaya a generar una polémica política o espera que solamente se vea como un trabajo cinematográfico?

Creo que habrá las dos cosas. Pero nosotros solo queremos mostrar los hechos tal y como sucedieron y que con el paso del tiempo la película se convierta en un referente para los colegios. Que cuando los chavales estudien el 23-F el profesor les pueda decir que hay una película que cuenta lo que pasó.

 

¿Qué motivos le llevaron a abordar este proyecto?

Me llamó el productor Ignacio Salazar-Simpson y me propuso la dirección de la película. Cuando leí el guión me quedé enganchado porque es historia reciente y porque es un género que en España no está muy desarrollado. Así que me puse a trabajar enseguida.

 

¿Dónde estaba cuando Tejero entró en el Congreso? ¿Qué recuerda de ese día?

En esa época tenía 16 años y vivía en Salamanca. El golpe me pilló volviendo del colegio. Cuando llegué a casa había mucho alboroto y confusión. Me acuerdo que mi madre me dijo que los de la ETA habían entrado en el Parlamento. Me pasé la típica ‘noches de transistores’ escuchando la radio y oyendo a José María García…

 

Y una vez que se ha embarcado en el proyecto ha cambiado su impresión de juventud sobre el 23F?

No es que te haya cambiado la percepción pero se hace palpable que solo retienes lo superficial. El ‘se sienten coño’ de Tejero y cuatro expresiones así. Y luego cuando ahondas te das cuentas de que es un drama casi shakesperiano: una noche de traiciones, de obediencias debidas. El mundo militar es lo que tiene, unos valores que hoy en día son difíciles de recuperar en historias de la vida real.

 

El 23-F es en realidad la historia de tres golpes. El de Milans del Bosch, el de Armada y el de Tejero. ¿Comparte la tesis que también sostiene Javier Cercas en su novela ‘Anatomía de un instante’?

Los tres personajes tuvieron distintas motivaciones. Eso es evidente y se verá en la película.

 

¿Cree que hubo personajes que fueron cambiando de motivaciones conforme avanzó el golpe? En este aspecto, ¿aportará la cinta algún nuevo punto de vista o alguna interpretación diferente a lo que en esas 17 horas sucedió con todo un país?

No. La película no va a descubrir nada que no se sepa. Vamos a mostrar los hechos tal y como sucedieron.

 

¿Cuál es el papel del Rey en la película?

Es evidente que el Rey paró el golpe. A poco que bucees en la historia puedes concluir que la presencia y la actuación del Rey fueron cruciales.

 

¿Le fue difícil la elección de los actores?

La verdad es que sí. Con el casting estuvimos casi tres meses trabajando y fue complicado hasta que encontramos a Paco Tous para encarnar el personaje de Tejero.

 

¿Cómo está transcurriendo el rodaje? ¿Poder rodar en escenarios reales como el Congreso está siendo especial?

Ha sido una experiencia muy potente rodar en el Congreso. El propio espacio tiene tanto peso histórico que transmite una energía especial. Y eso se ha transmitido al rodaje, que se produjo con gran solemnidad y respeto por parte del equipo.

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