Castilla y León es una de las regiones más importantes de España en lo que a recursos micológicos se refiere; no sólo en calidad, sino también en variedad y cantidad. El aprovechamiento de esos recursos supone ahora una cuestión clave en muchas zonas rurales. Los beneficios socioeconómicos de los hongos comercializables pueden llegar a superar los generados por recursos tan comunes como la madera. Ésa es precisamente la base con la que nace la empresa palentina ‘ECM Ingeniería Ambiental’, con sede en Husillos y puesta en marcha por tres jóvenes emprendedores que arrancaron con su proyecto hace poco más de un año. Su inquietud y ganas de hacer cosas les llevaron a iniciar una actividad que ya ha sido premiada por el Ministerio de Medio Ambiente Rural y Marino (MARM) en la categoría de ‘Excelencia a la Innovación para Mujeres Rurales’.

Beatriz de la Parra es la gerente de la empresa, de base tecnológica, que el pasado mes de mayo se integró en el Parque Científico de la UVa para colaborar en diversos proyectos medioambientales. Una de sus principales líneas de trabajo es “la gestión del recurso micológico desde un punto de vista socioeconómico”, es decir, buscar la rentabilidad a un recurso que “está cada vez más de moda y es muy interesante”. Sin embargo, “también hay que saber qué son, para qué sirven y las funciones que desarrollan en el bosque”, advierte la responsable de ECM.

Por ello nació este proyecto, que ha fijado su objetivo en la divulgación y conocimiento de los hongos desde la gestión de los montes de toda la Comunidad autónoma, siempre “integrando ese recurso micológico, cuya rentabilidad económica llega a ser superior a la de otros recursos más comunes”, explica De la Parra.

El denominado ‘Inventario de la producción y aprovechamiento de hongos silvestres comestibles de importancia socioeconómica en Castilla y León’ es uno de los proyectos más significativos en los que se encuentran inmersos y que garantizará la actividad de la empresa, al menos, tres años más. Se trata de un trabajo de campo, “diferente e innovador”, que se lleva a cabo en diferentes estratos de los montes de la región y que, mediante itinerarios, permite cuantificar el número de ejemplares con que cuenta cada zona. “Esto nos permite estimar el potencial real de los recursos micológicos y a partir de ahí cuantificarlo económicamente, es decir, no sólo cuántos hay, sino su valor real en el mercado”, añade la gerente.

El trabajo se centra en los montes de la región, pero también en todos los terrenos particulares que contienen hongos, para conseguir su máxima rentabilidad económica a partir de la correcta gestión y el conocimiento de estos recursos para su comercialización. A todo este trabajo se añadirá un Sistema de Información Geográfica que permitirá digitalizar estos datos, algo que permitirá, no solo conseguir rentabilidad económica, sino contribuir a fijar población en el medio rural.

 

Aprovechamiento sostenible del entorno

Éste es solo uno de los muchos proyectos en los que trabajan desde ECM, que también participa en el programa de recuperación del hábitat de la nutria en el Cerrato palentino impulsado por la Diputación de Palencia, además de otros muchos de recuperación de ríos y riberas y, en general, cualquier trabajo basado en proporcionar, tanto a empresas como a organismos públicos, una gama de servicios innovadores y rigurosos, orientados al aprovechamiento sostenible del entorno natural.

Junto a De la Parra trabajan Asier Sáiz, director de ingeniería, y Jaime Olaizola, director de I+D+i. Un equipo que ha conseguido sacar adelante una empresa innovadora en tiempos de crisis. Toda una “satisfacción” teniendo en cuenta la situación económica actual y sobre todo por el hecho de que el sector forestal está todavía “poco valorado”. “Se destinan millonadas a campañas de incendios y, sin embargo, no se invierte en prevención. Si este apartado ocupase un lugar más importante, no sería necesario destinar esas cantidades a incendios”, asevera la gerente. Las campañas preventivas permitirían, a su juicio, aprovechar un sinfín de recursos que se pierden en estas zonas y contribuir al asentamiento de las zonas rurales, pero “hay que creer en ello”, lamenta.

Esta iniciativa nace para De la Parra como “un reto personal”. “Me quedé sin trabajo y decidí lanzarme a crear esta empresa, pese a que era consciente de que el forestal es todavía un sector muy masculino y conocía las dificultades”, añade.

 

Premio a la innovación

Precisamente, su condición de mujer le hizo merecedora hace aproximadamente un mes del Premio de Excelencia a la Innovación de Mujeres Rurales que concedió el Ministerio de Medio Ambiente Rural y Marino (MARM). Un galardón que De la Parra recibió “con sorpresa”, dado que “solo llevamos un año de trabajo”, pero que significa “un reconocimiento al esfuerzo y dolor de cabeza que ha supuesto para nosotros arrancar con este proyecto”.

El premio supone además “una ayuda económica muy importante” -25.000 euros – que “nos permitirán mantenernos un poco más en el tiempo y reconoce un largo año de trabajo”, matiza la gerente. Y es que el futuro se avecina “un poco negro” por el recorte de presupuesto de las administraciones –de las que dependen directamente para buena parte de sus proyectos- y la gran competencia que hay en el sector. “Nosotros tenemos experiencia por separado, pero como empresa nuestra trayectoria es muy corta”. Pese a todo, su esfuerzo ha conseguido sacar a flote una empresa novedosa, gracias al “trabajo en equipo, “sin duda el factor más importante para tener éxito en un proyecto”, manifiesta De la Parra.

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