El presidente de la Unión de Cajas Rurales de Castilla y León, Carlos Martínez Izquierdo, advirtió hoy de que la despoblación es el principal desafío que debe afrontar la Comunidad, a la vez que lamentó lo “poco” que se está haciendo en esta materia desde los poderes públicos.
Martínez Izquierdo, que fue el encargado de abrir la segunda jornada del foro ‘Somos Castilla y León’, organizada por el diario El Mundo en Valladolid, afirmó que el medio rural de la Comunidad se está “desangrando” por la falta de oportunidades para los jóvenes, a la vez que reclamó un empuje al tejido productivo asentado en los pequeños pueblos, en especial a la industria, “como sector estratégico”.
En este sentido, defendió la labor y el compromiso de las Cajas Rurales de Castilla y León como “aliadas” del desarrollo económico y social de la Comunidad y aseguró que “nosotros seremos los últimos en abandonar cualquier pueblo de la Comunidad.
En su intervención, Carlos Martínez Izquierdo recalcó que la cercanía y la sensibilidad especial de las cajas rurales, las únicas entidades bancarias con sede en Castilla y León, que “somos capaces de mantener oficinas abiertas en el medio rural aunque no sean rentables. Además, afirmó que “estamos convencidos de las oportunidades que existen en la Comunidad, por lo que nuestro objetivo es apoyar a los empresarios y emprendedores y trabajar junto a las administraciones en la reindustrialización de Castilla y León”.
Como ejemplo del compromiso con el medio rural, Martínez Izquierdo hizo referencia a la situación de la Caja Rural de Soria, que ha sido capaz de copar el 48 por ciento de la cuota de mercado en esta provincia y de formar parte de una veintena de empresas, algunas tan importantes como Puertas Norma. Con respecto a esta sociedad, afirmó que gracias al coraje de la Diputación de Soria y de la Caja Rural, está empresa ya está dando beneficios y ha recuperado más de la mitad del empleo perdido.
Por último, argumentó que el desarrollo industrial en el medio rural es posible y puso como ejemplo la pujanza del sector de transformación del porcino en San Pedro Manrique, un pueblo que ha visto como su población ha crecido en los últimos años hasta los 670 vecinos, pasando de 30 a 140 niños.