El vicepresidente segundo y consejero de Economía y Empleo de la Junta, Tomás Villanueva, reconoció que Caja España-Caja Duero necesitará más de 1.000 millones de euros para alcanzar los requisitos de capitalización marcados por el Gobierno y mantener así su naturaleza jurídica de caja.

Villanueva, que participó en los Desayunos de Santa Cruz sobre el ‘Futuro de las Cajas de Ahorro en Castilla y León’, explicó que es precisó que se conozca la nueva regulación exactamente, pero recalcó que la entidad tendrá que llegar a un diez por ciento de capital básico, ya que el Ejecutivo central exige ese porcentaje para aquellas entidades que no coticen en bolsa o tengan un endeudamiento superior al 20 por ciento en el exterior.

Villanueva hizo está reflexión tras el encuentro en el que el catedrático de Fundamentos del Análisis Económico de la Universidad de Valladolid y miembro del Consejo de Administración de Caja España-Caja Duero, afirmó que la entidad requeriría 1.300 millones para alcanzar los retos marcados por el Gobierno, para evitar su nacionalización y su conversión en un banco.

Tomás Villanueva incidió en que el Gobierno regional apoyará a la caja fusionada en su camino para que pueda alcanzar la capitalización exigida y reclamó a la sociedad de Castilla y León que “prime” a la única entidad de la Comunidad, cuando tome las decisiones pertinentes frente al nuevo escenario. “Nuestro apoyo y trabajo va a ir destinado a que en Castilla y León cuente con una entidad fuerte y solvente que apoye a la economía regional”, dijo, para trasladar a la sociedad que es preciso que apuesta por Caja España-Caja Duero. “No digo que suscriban acciones ya, porque no se qué va a hacer la caja, pero hay que seguir muy de cerca el asunto para apoyar a esta entidad”, dijo, para agregar que “lA sociedad no se puede quedar quieta ante el riesgo de que nuestra económica no esté se vea acompañada por el sistema financiero”.

El vicepresidente económico destacó la necesidad de conocer la “letra pequeña” del nuevo paso dado por el Gobierno, porque es preciso tener un “marco estable” para tomar decisiones. Añadió que la nueva reestructuración puede poner en peligro el sistema financiero de la Comunidad, a favor de otros territorios, por lo que recalcó que la Junta apuesta por Caja España-Caja Duero como instrumento “decisivo para el futuro de la economía de Castilla y León”.

Tomás Villanueva quiso dejar claro que el Ejecutivo regional también apoya al resto de cajas integradas en SIP de la Comunidad, aunque recordó que con su nueva estructura escapan a su capacidad de gobierno. Además, afirmó que en los próximos días, esas cajas de Castilla y León tomarán la decisión de integrar todas sus activos y pasivos en la entidad central de el SIP correspondiente para cumplir los requisitos marcados por el Gobierno. En este sentido, comentó que no se convertirán en fundaciones porque las entidades deberán cubrir las formas ante las sociedad, pero pasarán a gestionar una encomienda que será preservar la marca para mantener el negocio financiero.

Villanueva afirmó también que las entidad fusionada puede tener la sensación de haber estado perdiendo el tiempo, porque ahora se apuesta porque haga una cosa distinta a la que se apoyó inicialmente, con el argumento de adelantar el sistema a Basilea III y cuestionó que la capitalización sea una garantía de viabilidad. Recordó, en este sentido, la apuesta del Banco de España por las fusiones, y que Caja España-Caja Duero, está desarrollando un importante esfuerzo de saneamiento, cuenta con una plan estratégico a cinco años y está usando de forma creíble los fondos del FROB, y en menos de un año, sino logra un diez por ciento de capitalización, se tendrá que convertir en un banco. “Por que no se dijo desde el principio”, se preguntó.

Al respecto, fue muy crítico con la nueva propuesta formulada el pasado lunes por la vicepresidenta segunda del Gobierno, Elena Salgado, que “no creo que se les haya ocurrido de repente” y recordó que llevan cuatro años trabajando sobre la materia y la solución de hoy la podían haber adoptado antes y haber evitado que se perdiera el tiempo y se deterioraran entidades que están utilizando fondos públicos. “Por qué se ha llevado el proceso tan lentamente y ahora de forma apresurada se quiere resolver un problema que no ha surgido de repente”, se cuestionó.

Tomás Villanueva dio por sentado que el reto es la bancarización del sistema de cajas para ganar confianza en los mercados internacionales, cuando la falta de confianza, dijo, no recae en las cajas, sino en la economía española en su conjunto. “Tratar de salvar la imagen en el ámbito internacional haciendo desaparecer las cajas me parece precipitado y no creo que sea la solución. No vamos a conseguir así mejor posición internacional”, dijo.

El vicepresidente denunció los bandazos del Gobierno de Rodríguez Zapatero en esta materia y recordó también que para la autoridad monetaria en un primer momento la mejor solución fueron las fusiones y los SIP se vieron como un “mal menor”. Villanueva defendió una y otra vez el sistema de cajas y destacó que apostar porque desaparezcan o que se queden como meras fundaciones “me parece una solución demasiado fácil”.

Tomás Villanueva señaló que el nuevo anunció supone un “cambio en las relgas del juego”, genera “muchas dudas” en el sector y cambia “radicalmente” la reestructuración llevada a cabo hasta ahora, cuando el sector necesita de un marco estable. “Este paso no es consecuencia de la reestructuración realizada hasta ahora, sino que abre una etapa con consecuencias muy distintas todavía inalcanzables”, aseveró.

Por último, recordó que en Castilla y León se diseñó hace cuatro años el grupo de cajas, con ayuda de profesores de la Universidad de Valladolid, y “hoy podríamos tenido mucho camino andado”, dijo. Sin embargo, lamentó que “desgraciadamente, la ambición e intereses de unos pocos y la falta de perspectiva de determinados profesionales de las cajas, nos privaron de un proyecto de Comunidad”.

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