El ‘Punto Violeta’ estará instalado en la Verbena del Teo de El Espinar, el próximo 14 de septiembre, para “acompañar, informar y orientar a toda mujer que haya sufrido algún tipo de violencia machista, indica Sara López, componente de Yedra, Colectivo Feminista de El Espinar, impulsoras de esta iniciativa con la que ofrecen un servicio a la sociedad, en especial a las mujeres, ya que “somos conscientes de que en, este caso, las jóvenes son más vulnerables por ser mayoría en el ocio nocturno”.

Ya instalaron puntos violetas este verano en La Estación de El Espinar, San Rafael y Los Ángeles de San Rafael, y el siguiente será en la popular Verbena del Teo de El Espinar. El ‘Punto Violeta’ cuenta con un protocolo de actuación en que quedan recogidos los tipos de violencia machista a los que se exponen las mujeres, especialmente en los espacios de ocio nocturno, así como los pasos a seguir en caso de una agresión. 

Cuando una mujer acude al ‘Punto Violeta’, sus componentes pueden acompañar a la víctima en todo momento, poner distancia con el agresor y tratar de que cese en su comportamiento violento en caso de que éste sea continuado. Solo se contactará con la policía si la mujer así lo desea o si la situación se torna “verdaderamente insostenible”. “Nuestro objetivo prioritario es que se sienta cuidada y protegida, para lo que el punto podrá coordinarse con otros recursos existentes, como la policía local o protección civil, en caso de que fuera pertinente y si así lo desea la mujer que acude al Punto Violeta”, añade.

“Gracias a vosotras me siento más segura”, es uno de los testimonios de una joven que pasó por el Punto Violeta, agradeciendo su asistencia.

Para contactar con el ‘Punto Violeta’, las mujeres solo tienen que acercase a la carpa del colectivo Yedra o preguntar a alguna de las voluntarias, a las que se puede identificar porque llevan un brazalete morado.

“Un ‘Punto Violeta’ es un lugar al que las mujeres pueden acudir para denunciar o pedir ayuda ante cualquier tipo de violencia machista sufrida o detectada a su alrededor, sea esta de carácter físico, psicológico o sexual”, así explica Sara López, la misión que se han marcado con este proyecto desde Yedra. 

La novedosa acción “está permitiendo visibilizar las violencias ejercidas contra las mujeres en el ocio nocturno. De hecho, afirma, son varias las personas que se han acercado a preguntar y a informarse y muchas vecinas nos han agradecido la iniciativa”.

“Creemos que es importante que nos vean, que todo el mundo sepa que estamos ahí y que no queremos tolerar más estas violencias”, enfatiza Sara López, convencidas desde Yedra, de que es una cuestión de “sensibilización” de la sociedad.

Yedra, Colectivo Feminista de El Espinar ha contado con la colaboración del Ayuntamiento de El Espinar que le ha dotado de infraestructura, algunos materiales y les ha puesto en contacto con la Policía Local, por si fuera necesaria la coordinación.

Medio centenar de personas forma parte de Yedra, mayoritariamente mujeres; también hay hombres interesados en sumarse “ya que comparten el ideario feminista del colectivo”, aunque para la acción del ‘Punto Violeta’ han preferido la participación exclusiva de mujeres.

Yedra surge en los albores del pasado 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer. “Algunas de nuestras compañeras comenzaron a ponerse en contacto de manera informal y a plantearse la posibilidad de crear un colectivo feminista en nuestro municipio. Así, empezaron a mover sus redes y a planteárselo a otras personas a quienes consideraban que quizá les podría interesar. De este modo, comenzamos a juntarnos y a realizar asambleas periódicas para ir conociéndonos y sabiendo hacia dónde queríamos dirigir nuestra energía y nuestras acciones. Aunque ya hemos llevado a cabo algunas acciones de cara al exterior, seguimos en ese proceso de construcción colectiva y afianzamiento del grupo que creo que está siendo muy enriquecedor para todas”, apunta Sara López.

En Yedra participan desde jóvenes de 17 años que aún están en el instituto hasta mujeres que rondan los 60 y ya están jubiladas, con situaciones vitales completamente diferentes, lo que “es uno de nuestros puntos fuertes porque esta diversidad de trayectorias y condiciones dota a Yedra de una gran cantidad de perspectivas y posicionamientos que generan interesantes debates y grandes aprendizajes”, concluye.