BÁJAME LA JAULA
Antes que caiga la tarde,
antes de ponerse el sol,
bájame la jaula, Jaime,
la del canario cantor;
que la cosa está que arde
y tu madre se enfadó:
bájame la jaula, Jaime,
para que la limpie yo;
no la bajarás de balde
por lo que te digo ahora:
bájame la jaula, Jaime,
la jaula de la cotorra;
si te prestas a ayudarme,
yo te daré buena paga:
bájame la jaula, Jaime,
donde guardamos la urraca;
tú, que tienes mucho arte,
la bajas en un ratito:
bájame la jaula, Jaime,
la jaula del periquito;
luego yo puedo ayudarte
a limpiarla con esmero:
bájame la jaula, Jaime,
la jaula con el jilguero…
A punto de desmayarse,
el chico me contestó:
de todas las jaulas, padre,
¿cuál quieres que baje yo?
José García Velázquez
Segovia, 27 de septiembre de 2010