Son malos tiempos para la Iglesia y sus creyentes en Segovia. Al menos eso parece desprenderse del último artículo publicado por el Obispo de Segovia, César Franco, quién admite la continua deserción de las jóvenes generaciones y de las adultas de media edad en torno a la celebración de la eucaristía. “Es un fenómeno general”, señala el prelado para referirse a la cada vez menos frecuente asistencia de personas de mediana edad a la celebración de la misa y cualquier acto litúrgico.
“Abundan los mayores, que siguen fielmente constituyendo nuestras asambleas litúrgicas. No es un fenómenos nuevo”, asegura Franco mientras a la vez incide en la necesidad de valorar a cada miembro que asista a este tipo de celebraciones, independientemente de su edad porque, a su manera de ver las cosas, “cada uno tiene un valor incalculable”.
El Obispo de Segovia admite la actitud “derrotista” de los sacerdotes al convocar a sus comunidades “cuando nos encontramos con presencias poco significativas”. En este sentido recuerda que comentarios como “siempre los mismos o no viene gente nueva” menosprecian a quienes sí asisten a los actos religiosos y anima a “atenderlos como si fueran una multitud porque en realidad representan a la Iglesia extendida por toda la tierra”. Para concluir, César Franco, admite que “si cuidáramos como se merecen a los pocos llegaríamos a muchos”.
“Se muere”
La reflexión del Obispo de Segovia contrasta con un artículo publicado en Infovaticana.com, medio de temática religiosa con cerca de 60.000 seguidores en redes sociales. Uno de sus blogs, firmado por el pseudónimo ‘La Cigüeña de La Torre’, titula en una de sus entradas “Una diócesis española que se muere: Segovia” para hacer referencia al último listado de nombramientos en la provincia publicado en agosto en el que abundan sacerdotes extranjeros: africanos, sudamericanos o polacos.
Sin aportar cifras concretas, el texto achaca esta situación al posible número elevado de defunciones, jubilaciones y “espantadas” de sacerdotes nacidos en la diócesis. “Tampoco sé el número de los ordenados en los últimos veinte años pero es posible que ni lleguen a la media docena”, asegura. En este sentido, el artículo critica la acción de los que fueron Obispos de Segovia, Antonio Palenzuela y Luis Gutiérrez, asegurando que cuando llegaron sus predecesores Ángel Rubio y César Franco, “se encontraron una diócesis arrasada e incluso sembrada de sal. Y en esa situación no puede crecer la hierba” mientras añade que “ellos se encontraron otra cosa y no supieron, o no quisieron, mantenerla”.
Para concluir, asegura que “no tengo nada contra los sacerdotes foráneos y menos siendo una grave necesidad. Ojalá ellos sean capaces de resucitar ese obispado que agoniza. Aunque no todo lo que llega es siempre trigo limpio”.
Imagen: Archivo ICAL