Las obras de la plataforma de la Línea de Alta Velocidad Valladolid-Palencia-León están prácticamente terminadas, ya que se está ejecutando el último cinco por ciento. Los trabajos se centran en el nudo de Venta de Baños, donde la infraestructura del AVE se está adecuando para que se pueda acometer próximamente la integración del ferrocarril en esta localidad palentina. También, se están dando los últimos remates a la infraestructura de 162 kilómetros y 14 metros de anchura, casi ya lista para la colocación de las vías, aunque esta actuación está pendiente de ser licitada.

Por tanto, la construcción de la línea está a punto de entrar en la segunda fase, ya que la capa de subbalasto -piedra triturada- está ya extendida entre las ciudades de Valladolid y León. Fomento ya ha finalizado el tramo Río Cea-Bercianos del Real Camino y está rematando los trabajos en la plataforma de 34 viaductos, de poca altura pero de bastante longitud, ocho pérgolas (1.217 metros), dos túneles y ocho pasos superiores. Asimismo, las empresas constructoras ya han realizado todas las pruebas de carga de estos elementos.

 Para afrontar la nueva etapa, el Ministerio de Fomento deberá encargar los proyectos de extensión de balasto, el montaje de los carriles y las traviesas, que se acometerá desde la base de Villada por estar situada en un punto casi equidistante entre León y Palencia y que está lista desde septiembre de 2011. El Ministerio ha contratado gran parte del material ferroviario de esta segunda fase constructiva: el carril, las traviesas y el balasto, capa sobre la que se asientan los demás elementos.

En el primer semestre del pasado año, se adjudicaron ocho contratos de unos 100 millones, aunque todavía no se ha contratado un lote de balasto presupuestado en 3,1 millones. En concreto, se distribuirán y colocarán con sus correspondientes sujeciones un total de 410.356 traviesas, 400.856 para ancho internacional y 9.500 monobloque polivalentes, es decir, aptas para ancho internacional e ibérico, lo que supondrá un desembolso de unos 44 millones.

También, se contrató el suministro y transporte de carril para el tramo Palencia-León, lo que tendrá un coste de unos 40 millones, y el suministro de gran parte de las 1,3 millones de toneladas de balasto que se extenderán entre León y Valladolid. Además, está pendiente de licitación el cambiador de ancho que se ubicará en León para que los trenes puedan circular hacia Asturias.

Tras completar la colocación de carriles y traviesas en un plazo todavía no concretado, se acometerá la fase de superestructura (electrificación y montaje de instalaciones de seguridad y comunicaciones), que se ejecutará a través del sistema de colaboración público-privada en dos contratos. Adif cuenta ya con el proyecto redactado para colocar las instalaciones de telecomunicaciones móviles GSM-R, mientras todavía se está elaborando el de las señalizaciones, telecomunicaciones fijas y el de gestión del tráfico.

Por tanto, cuatro años después de iniciarse las obras, presupuestadas en 725,7 millones, la línea entre Valladolid-Palencia y León acumula un sobrecoste de unos 250 millones. Los trabajos comenzaron en la primavera de 2008 en la zona del río Cea y Bercianos del Real Camino, aunque los últimos tramos, los centrales del corredor, no se adjudicaron hasta septiembre de 2009. El Ministerio de Fomento ya no da fechas para su puesta en servicio, prevista por el anterior gobierno para finales de 2012, con el objetivo de unir León con Valladolid en menos de una hora y la capital leonesa y Madrid en unos 120 minutos.

 

Triángulo de 24 kilómetros

El grueso de la obra se centra en estos momentos en la estación y el nudo de Venta de Baños (Palencia), un ‘triangulo’ ferroviario de 24 kilómetros, que permitirá todos los tráficos entre Valladolid, Palencia y Burgos, siendo la obra más costosa de la línea. Los trabajos están adelantando la actuación, ya adjudicada, sobre la terminal de 1860, que se remodelará y se reformará para que la playa de vías esté preparada para acoger la llegada de servicios de alta velocidad.

De esta forma, la localidad de Venta de Baños mantendrá su tradición ferroviaria ya que acogerá una estación de alta velocidad para posibilitar las comunicaciones en un punto de confluencia de tres corredores de alta velocidad, que parten desde aquí a Asturias, Cantabria y el País Vasco. Este tramo de 16 kilómetros incluye 7,8 kilómetros de la línea Valladolid-Burgos; 6,9 kilómetros del ramal Valladolid-Palencia y 1,3 del Palencia-Burgos, cuyo viaducto comenzará en breve a levantarse.

Enlazará cuatro vías de alta velocidad –dos corredores- en una zona con construcciones urbanas e industriales, así como con un pequeño pantano en el Pisuerga. Esta infraestructura, además de desdoblar la circulación hacia Palencia y Burgos, conectarán estas dos ciudades, lo que posibilitará que el AVE circule a partir de 2015 entre la capital burgalesa y la leonesa. En total, se invertirán 116,7 millones.

 

Fases constructivas

Las obras en la plataforma se están solapando con la construcción del Centro de Regulación y Control de la Alta Velocidad de León, una obra ya ejecutada en un 80 por ciento. Hasta el momento se ha completado la estructura del edificio, es decir, dos sótanos, la planta baja y las cuatro plantas superiores, y se están concluyendo los trabajos de tabiquerías, falsos suelos y techos. También, se trabaja en la primera fase de la red arterial de Palencia, una actuación que cuenta con un presupuesto de 26,1 millones.

Tras la construcción de la plataforma, se iniciará el tendido del balasto final. Una de las áreas centrales de construcción de la línea será la zona de Villada. En este punto se ubicarán el Puesto de Adelantamiento y Estacionamiento de Trenes (PAET), con cuatro vías, así como la base de montaje. Esta planta, visible por sus puentes, estará conectada con la línea convencional de ferrocarril para poder surtir a las obras de los raíles y traviesas necesarias para la ejecución de los trabajos. Ésta, junto con contra área, que se ubicará en Venta de Baños, serán los puntos de acopio y distribución de material.

Precisamente, desde estas dos bases se distribuirán los raíles en trozos de 360 metros, compuestos por otros de 18 metros, mediante trenes que circularán por la plataforma del AVE pero sobre una vía auxiliar, que una vez rematada la obra se levantará. Ésta discurre por el área central y permite dejar a cada lado los raíles y traviesas, así como los postes que sujetarán la catenaria.

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