El 35 por ciento de los castellanos y leoneses estaría dispuesto a cambiar de país para encontrar un puesto de trabajo, frente al 42 por ciento de la media nacional, según el Estudio de Movilidad Internacional Laboral elaborado por Randstad. Los navarros (70 por ciento) son los que más dispuestos están a la hora de afrontar una oportunidad profesional fuera de España, seguidos de andaluces (56 por ciento), castellano- manchegos (48 por ciento), gallegos (47 por ciento) y madrileños (45 por ciento). En el lado opuesto, los españoles que menos interés demuestran en esta materia son riojanos (20 por ciento), baleares (27 por ciento) y asturianos y cántabros (30 por ciento).
El informe constata que el porcentaje de españoles que estaría dispuesto a cambiar de residencia dentro del territorio española se eleva hasta el 65 por ciento. Esto indica que los trabajadores españoles aunque han incrementado notablemente su movilidad laboral, “todavía son reticentes a dejar España por un empleo y prefieren empleos más cercanos a su localidad de residencia”. Así lo ponen también de manifiesto los datos oficiales: 37.000 personas abandonaron España durante 2010, cifra que parece se va a incrementar notablemente durante este 2011, ya que solo en el primer trimestre 14.109 personas abandonaron el país.
El documento incide en que la situación laboral actual se presenta como el factor determinante a la hora de influir en la movilidad internacional. “Los trabajadores son conscientes de que deben aumentar su empleabilidad para hacerse más atractivos en el mercado y poder tener más posibilidades de acceder a un empleo, y para ello, si es necesario, están dispuestos a cambiar su lugar de residencia”. Al respecto, un 62% de las personas que se encuentran actualmente en paro son favorables a cambiar de país en aras de encontrar un empleo.
Frente a este dato, sólo un 38% de los ciudadanos en activo se decantarían por emigrar con el objetivo de mejorar profesionalmente. A pesar de que la cifra es sensiblemente inferior a los que están en desempleo, demuestra “un signo de madurez del profesional español, consciente de que las oportunidades laborales ya no se circunscriben a un reducido círculo geográfico”.